domingo, octubre 31, 2010

El sexo explícito en libros vence el VIH/SIDA


África subsahariana ostenta el récord mundial de personas con VIH/SIDA, pero las infecciones han disminuido en un 25% en los últimos años. Un ejemplo de éxito es Uganda, donde buena parte de la caída en las tasas de contagio tiene que ver con algunas impactantes lecturas.

Uganda
Uganda llegó a sufrir una tasa de VIH/SIDA del 20%. Ahora ronda el 7%.
El libro "Cómo Kwezi se metió en problemas" tiene una foto que muestra a una niña llorando en un pupitre de escuela.
Cuando lo vi pensé que se había metido en problemas por retrasarse en con su tarea escolar. O tal vez, porque se estaba copiando en los exámenes.
Luego miré el texto de la portada y quedé impactada: "En el funeral de su madre, Kwezi fue violada por el mejor amigo de su finado padre".
"Kwezi no tiene a quien contárselo y su madre está enterrada en su tumba. Aunque fue contagiada y tiene sida, Kwezi está decidida a hablarle a los otros alumnos de lo peligroso que es el VIH/SIDA".
Un guión sorprendente para una publicación destinada a niños de edades entre los ocho los diez años.
Antes eran las tías las que hablaban sobre sexo la misma noche de bodas. Pero ahora, con el VIH/SIDA, esto hay que discutirlo antes
Juliet, 33 años
Pero se trata de un libro sobre el VIH/SIDA en Uganda, el país que llegó a tener las más altas tasas de infección en el mundo. Es un tema serio y los niños están informados de lo grave que es.
En otro libro de la misma serie, dos chicos de doce años mantienen relaciones sexuales con una compañera, al mismo tiempo.
Ella es seropositivo, los dos niños resultan infectados y después mueren por sida sin llegar a la edad adulta.

Cuando el león entra a la aldea...

Cuando se trata de luchar contra el VIH/SIDA, el gobierno de Uganda nunca ha negado que verdaderamente tiene un problema. El presidente Yoweri Museveni lo explica así: "cuando un león entra en tu pueblo, debes hacer sonar la alarma lo más alto posible".
En Kampala, entré en una librería acompañada de una maestra de escuela de Londres.
"¡Mira esto! Este libro es sobre un padre que tiene una aventura amorosa y se contagia de VIH/SIDA, la mujer lo abandona, no sin antes pelear e intentar estrangularse mutuamente", comenta.

VIH/SIDA EN UGANDA


  • Infectados con VIH/SIDA: 940.000.
  • Niños con VIH/SIDA: 130.000.
  • Muertes por VIH/SIDA: 77.000.
El libro me pareció sorprendente, no sólo por el argumento sino también por lo explícito de las descripciones.
El pasaje en que un personaje narra como fue violada por un taxista ya resultaría de lo más angustioso en un libro para adultos. Y éste está destinado a los niños.
Pero, hablando con padres en una librería, encontré que su reacción era muy distinta. Por ejemplo, Juliet, que a sus 33 años tiene dos hijos, ya le compró un libro a su hija y volvió para comprar más.
Su hija, de once años, parece mostrar cierto interés en la lectura de novelas, así que Juliet piensa que esas historias son la mejor forma de estimular la discusión sobre asuntos delicados.
Le pregunté en concreto respecto a algunos de los pasajes más fuertes, sobre si los considera adecuados para su hija: "por supuesto", responde.
"De esa manera ella podrá protegerse, pues así lo sabrá todo", argumenta. "Antes eran las tías las que hablaban sobre sexo la misma noche de bodas. Pero ahora, con el VIH/SIDA, esto hay que discutirlo antes".
Presidente de Uganda
Según el presidente, "cuando un león llega al pueblo, hay que hacer sonar las alarmas bien alto".
Sin embargo, los más viejos no parecen totalmente convencidos.
Cuando me aproximé a dos hermanas con apariencia de haber superado los 60 años para preguntarles qué pensaban del libro, me respondieron que no necesitaron algo así durante su juventud.
Primero, dijeron, no existía el VIH/SIDA, y segundo –lo más importante– las personas se comportaban decentemente.
Fue una conversación incómoda, pero después de hablar sobre la decadencia moral de la sociedad, les di las gracias y me marché.

Pragmatismo

No me sorprendió la reacción de las dos mujeres. No era sólo el contenido explícito de los libros lo que era discordante, sino también el contraste con la educación sobre el asunto que hay por acá.
Kampala está cubierto de carteles que promueven la abstinencia. Los carteles con mensajes del tipo "Ella se está reservando para el matrimonio, ¿y tú?" normalmente llevan el logo de alguna organización cristiana extranjera.
Uganda goza de cierto nivel de éxito en la lucha contra el VIH/SIDA. El país pasó de los más altos niveles de infección en el mundo, con más de un 20% de la población, a una tasa de un 6,7%.
La estrategia interna de Uganda parece más bien pragmática. No es sólo que el gobierno haya incrementado la conciencia entre los jóvenes, sino que son ellos mismos los que escriben los libros que luego publican empresas locales.
Su lectura ha sido promovida por las autoridades, pero son las escuelas y los padres los que los están comprando.
Además, creo que informar a los niños es la mejor forma de protegerlos, pero de hecho, me queda difícil imaginarme leyéndole textos tan duros a mis ahijados.
Uganda sí que puede presumir de un cierto nivel de éxito en el asunto de VIH/SIDA. El país pasó de los más altos niveles de infección en el mundo, con más de un 20% de la población, a una tasa de un 6,7%.
Cuando el león entró en el pueblo, hicieron sonar la alarma muy alto. Tal vez otros pueblos deberían tomar nota.

Un estudio demuestra cómo el trabajo en equipo en el quirófano salva vidas


Por Elizabeth Landau
Jueves, 28 de octubre de 2010 a las 13:02
La comunicación al estilo de la aviación o la industria nuclear mejora la eficiencia de los equipos quirúrgicos en los hospitales (Getty Images).
La comunicación al estilo de la aviación o la industria nuclear mejora la eficiencia de los equipos quirúrgicos en los hospitales (Getty Images).
Lo más importante
  • La disminución de muertes en hospitales capacitados cayó de 17 a 14 muertes por cada 1,000 casos
  • En un equipo quirúrgico participan anestesiólogos, cirujanos, enfermeras y técnicos

Temas relacionados
La pregunta es cómo comunicarse. No es suficiente decirle a la gente que se debe comunicar mejor
James Bagian, investigador
(CNN) — El trabajo en equipo salva vidas en el quirófano. Esa es la conclusión de un estudio publicado el pasado 20 de octubre en elDiario de la Asociación Médica de Estados Unidos.
La tasa de mortalidad en los hospitales Veterans Affairs (VA) registró una caída de 17 a 14 muertes por cada 1,000 casos, después de que sus equipos de médicos quirúrgicos recibieron capacitación, dicen los autores de la investigación.
El doctor James Bagian, autor del estudio y ex astronauta de la NASA, explica que el entrenamiento en estos hospitales se inspiró en las industrias de aviación y energía nuclear, que emplean listas de pendientes y han mejorado la comunicación para reducir riesgos.
"La pregunta es cómo comunicarse. No es suficiente decirle a la gente que debe comunicarse mejor", explicó Bagian, el primer director del Centro Nacional de Seguridad de los Pacientes desde 1998 hasta hace poco.
Los equipos quirúrgicos en los hospitales Veterans Affairs comenzaron a realizar listas de pendientes antes y después de las cirugías paraprevenir problemas y aprender de sus errores. Están compuestos por cirujanos, anestesiólogos, enfermeros anestesiólogos, enfermeros generales y técnicos.
Antes de cada operación, los miembros del equipo comparten suspreocupaciones sobre el caso, detalló Bagian. Después, sus integrantes discuten lo que hicieron bien y lo que no hicieron tan bien, para poder tener un mejor desempeño la próxima vez.
En el quirófano, la capacitación fomentó que todos compartieran sus preocupaciones de seguridad y fue un reflejo de lo que la NASA y las aerolíneas hacen para alentar a los tripulantes, quienes cuestionan al piloto si perciben algún problema.
La capacitación del equipo no sólo redujo la tasa de mortalidad: mientras más se aplicó más bajó la tasa de mortalidad a lo largo del tiempo, según el estudio.
Los autores analizaron los resultados de 108 hospitales y 182,409 procedimientos realizados entre 2006 y 2008: en 74 hospitales donde impartieron capacitación y 34 donde no. En estos últimos la tasa de mortalidad también bajó, de 15 a 14 por cada 1,000 casos.
La disminución fue más notable en los quirófanos donde implementaron la capacitación en equipo: 18% en términos totales, comparado con 7%.
Desde mediados de 2009, todos los hospitales VA han adoptado la capacitación quirúrgica en equipo, dijo Bagian, quien ahora trabaja en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan y en la Universidad de Ingeniería.
La capacitación en equipo surgió de un programa piloto implementado en 2003. Antes de esto, la capacitación en equipo mostró otros beneficios, como mayor puntualidad al iniciar las intervenciones, un aumento en la satisfacción laboral y menos cambios de enfermeras, según Bagian.

sábado, octubre 30, 2010

Cáncer de mama, un asesino silente en América Latina


Cuarenta siluetas rosas y negras, campaña de concientización de cáncer.
Las siluetas en negro representan una de cada nueve mujeres que serán diagnosticadas de cáncer de mama en el mundo.
El cáncer es la segunda causa de muerte en América Latina. Y el de mama es el tumor que más vidas se cobra entre las mujeres latinoamericanas, según cifras de la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Pero los expertos afirman que todavía no recibe la atención que merece en la región, lo cual he llavado a varias organizaciones no gubernamentales a efectuar una campaña de concientización durante todo el mes de octubre.
Se calcula que este año habrá en América Latina un estimado de 150.000 nuevos casos y más de 37.000 muertes.
"En América Latina hay un índice de 40 casos de cáncer de mama por cada 100.000 personas y uno de muerte de 12 por cada 100.000. Si lo comparamos con Estados Unidos y Canadá (...) vemos que el índice de muertos casi dobla el de otros países", explica a BBC Mundo Silvana Luciani, investigadora de la OPS.
No hay cifras oficiales, pero organizaciones no gubernamentales estiman que entre 60 y 70% de las mujeres en América Latina descubrieron demasiado tarde que padecían de cáncer de mama.
La enfermedad registra un 98% de supervivencia si se detecta en el estadio 1, y entre 85% y 86% de supervivencia en el estadio 2, pero sólo un 30% cuando se identifica en los estadios 3 y 4. Esta sería una de las grandes causas que hace que la enfermedad se cobre más vidas en la región que en otros lugares del mundo.

Cambió desde 2006

Lazo rosa símbolo del cáncer de mama
Este octubre se celebra en todo el mundo el mes de concientización de la lucha contra el cáncer de mama.
El cáncer de mama superó, en 2006, en mortalidad a cánceres tradicionalmente más letales, como el de cérvix.
Según datos publicados en la revista científica Reproductive Health Matters sólo un 10% de las mexicanas detectaron ese mismo año la dolencia en la fase 1.
"El cáncer de mama supone un desafío porque ha avanzado de forma muy rápida y muy silenciosa, no la vimos llegar pero se cobra muchas vidas", afirma a BBC Mundo Felicia Knaul, investigadora del Instituto Carso de la Salud y Fundación Mexicana para la Salud, sobreviviente de la enfermedad y Directora de la ONG para la concientización "Tomátelo a pecho".
Para muchos especialistas en el área, el cáncer es una condición que afecta cada vez más a los llamados países de ingresos medios y una consecuencia del progreso, los procesos demográficos y epidemiológicos sufridos por la región
Cada vez hay menos mujeres que se mueren en el momento del parto o por enfermedades contagiosas, pero estamos enfrentando cada vez más las enfermedades crónicas y no transmisibles y el cáncer de mama es una de las principales
Felicia Knaul, investigadora del Instituto Carso de la Salud y Fundación Mexicana para la Salud
"Cada vez hay menos mujeres que se mueren en el momento del parto o por enfermedades contagiosas, pero estamos enfrentando cada vez más las enfermedades crónicas y no transmisibles y el cáncer de mama es una de las principales", explica Knaul.
"Cuando empezamos a mirar más de cerca, en los países del cono Sur como Brasil, Argentina o Chile, que tienen unos ingresos más altos, se produce una mayor incidencia de esta cáncer de mama que en países como Centro América, donde los indices de cáncer de mama son menores y el de cervix es mayor. Hay una gran relación entre los factores socio económicos y el impacto del cáncer", puntualiza Luciani.

Factores de riesgo

En el caso del cáncer de pecho no hay un factor o causa que explique la enfermedad, como ocurre con el cáncer de pulmón y el tabaco. Pero si hay factores de riesgo. La creciente obesidad, la comida, factores ambientales y, sobre todo, el retraso de la edad reproductiva de la mujer y la falta de lactancia, que han sido factores tradicionalmente protectores para la mujer.
Pero los expertos señalan que la incidencia de la enfermedad en la región tiene que ver con una falta de conciencia por parte del público, de acceso a sistemas de detención precoz y la falta de políticas gubernamentales.
"La no aplicación generalizada de aplicación de la mamografía a partir de los 40 años, la falta de formación del médico a la hora de realizar una buena exploración que pueda detectar la enfermedad, el que no se perciba la enfermedad como un problema para las mujeres de bajos ingresos o que en muchos países la mamografía sea costeada por el paciente son algunos de los problemas que estamos detectando a la hora de luchar contra esta enfermedad", explica Knaul.
Chichen Itza
No sólo la Casa Blanca también la pirámide maya mexicana de Chichen Itza se tiñó de rosa para recordad la enfermedad.
"En México se ha hecho por ejemplo una gran inversión en mamografías pero no tienen técnicos para que las lean. En países como Chile o Uruguay los sistemas de detección son mejores que en otros países, pero otros lugares están lejos de tener buenos sistemas de prevención y detección en marcha", explica en conversación con BBC Mundo Eduardo Cazap, presidente de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Oncología Médica.
Aunque Cazap señala, con acierto, una de las grandes constantes en la región: la imposibilidad de hacer generalizaciones.
"El cuadro de Latinoamérica es variable. La incidencia no es la misma en Argentina capital que en el norte del país y no resulta igual las grandes ciudades que las pequeñas poblaciones. Hay países muy diferentes, no es lo mismo Haití que Costa Rica. Hay diferente capacidad de acceso a tratamientos y diferentes realidades socioculturales".
Una diferencia que habría que tenerse muy en cuenta a la hora de hacer campañas de concientización para vencer el estigma que aún tiene la población.
"Una cosa es educar a una población en Sao Paulo y otra en medio de la selva peruana, o en zonas alejadas del Caribe o en la Patagonia argentina. Es un problemas de que las campañas educativas lleguen a toda la población de una forma eficaz y a todos los estratos sociales y eso es difícil", asegura el investigador.

Falta de datos

Y más allá de todos también hay problemas estructurales: la falta de datos verificables.
Muchas de las estadísticas no son certeras. No todos los países tienen registros. No hay obligatoriedad de registrar el cáncer, pero sí hay obligación de registrar las defunciones
Eduardo Cazap, presidente de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Oncología Médica.
"Muchas de las estadísticas no son certeras. No todos los países tienen registros. No hay obligatoriedad de registrar el cáncer, pero sí hay obligación de registrar las defunciones", dice Cazap.
Hay países donde no existe ningún registro de cáncer oficial. Los datos son sacados por extrapolación de regiones vecinas.
"Y a veces el certificado está incorrectamente completado. Le ponen paro cardíaco pero la señora falleció de cáncer", explica Cazap.
Para el investigador el registro poblacional debería ser obligatorio y sólo puede hacerse a nivel gubernamental, modificando las leyes.
"Los datos ayudan a establecer el diagnóstico. Usted no puede construir una casa sin tener los planos o la evaluación financiera sin los números, para el cáncer es lo mismo. Si no sabemos cuáles son los cánceres prevalentes, en qué regiones, cuáles son las edades, lo que sólo conocemos de forma fragmentaria, no podemos luchar realmente con la enfermedad".

miércoles, octubre 27, 2010

Comparta la información, no al virus citomegalovirus congénito

mujer embarazada leyendo en la computadora

El citomegalovirus (CMV) es la infección congénita (presente en el nacimiento) más común en los Estados Unidos. Si usted está embarazada o planea un embarazo, la mejor manera de proteger a su futuro bebé del citomegalovirus es protegiéndose usted misma.

Todos los años cerca de 5,500 niños (1 de cada 750) que nacen en este país presentan o contraen discapacidades del desarrollo debido a la infección por citomegalovirus. Hay más niños con discapacidades debidas al citomegalovirus que niños con otras infecciones y síndromes congénitos conocidos, como el síndrome de Down, el síndrome alcohólico fetal, la espina bífida y el VIH/sida pediátrico.  

¿Qué es el CMV?

El citomegalovirus, o CMV, es un virus común que infecta a las personas de todas las edades. Una vez que entra en el cuerpo de una persona, permanecerá allí de por vida. Casi todas las infecciones por citomegalovirus son “silenciosas”, lo que significa que la mayoría de las personas infectadas por citomegalovirus no presentan signos ni síntomas. Sin embargo, el citomegalovirus puede causar enfermedades en los bebés en gestación.

¿Qué es la infección congénita por citomegalovirus?

  • Cuando la madre transmite el citomegalovirus al bebé durante el embarazo o en el nacimiento, se dice que el bebé tiene una infección congénita por citomegalovirus. Las madres que contraen la infección por citomegalovirus cuando están embarazadas, tienen una probabilidad de 1 a 3 veces mayor de transmitirla a sus bebés en gestación. Si una mujer está infectada por el citomegalovirus antes de quedar embarazada, el riesgo de transmitir el virus a su bebé se reduce a aproximadamente 1 de cada 100. En general, alrededor de 1 de cada 150 niños nace con citomegalovirus congénito. Esto significa que anualmente en los Estados Unidos cerca de 35,000 niños nacen con esta infección congénita.

¿Cómo la infección congénita por CMV puede afectar un bebé?

La mayoría de los niños (alrededor del 90%) con infección congénita por CMV no presentan síntomas al nacer. En el 10% restante, los síntomas en el momento de nacer pueden incluir:
  • Cuerpo muy pequeño
  • Problemas con el hígado, el bazo o los pulmones
  • Ictericia (piel y ojos amarillos)
  • Parches color púrpura en la piel
  • Convulsiones
Aproximadamente el 20% de los niños infectados con o sin síntomas en el nacimiento desarrollan problemas de salud permanentes en sus primeros años, tales como:
  • La pérdida de audición
  • Pérdida de la visión
  • Discapacidad intelectual
  • Falta de coordinación
  • Convulsiones
  • En algunos casos, la muerte
Más de 5,500 niños desarrollan deficiencias relacionadas con el CMV cada año.
¿Cómo se transmite el citomegalovirus a las mujeres embarazadas?
  • La forma más frecuente de transmisión de esta infección a mujeres embarazadas es por el contacto de sus ojos, nariz o boca con la orina o saliva de niños pequeños.
    • Los niños pequeños tienen más probabilidad de propagar el citomegalovirus a través de los líquidos corporales que las personas adultas. Una vez que el niño está infectado, puede propagar el virus durante los años preescolares. Los niños pequeños también son más propensos a pasar sus líquidos corporales al medio ambiente al babear, al meterse los juguetes a la boca y al orinarse en los pañales.
Las mujeres embarazadas también se pueden infectar a través del contacto sexual con una persona adulta que esté en etapa de transmisión del citomegalovirus.

¿Está embarazada o está planeando un embarazo?

Evitar el contacto con la orina o la saliva, en especial de los niños pequeños, puede reducir su probabilidad de contraer citomegalovirus y de contagiarlo a su bebé en formación. Estas son algunas medidas sencillas que usted puede tomar para evitar el contacto que sus ojos, nariz o boca entren en contacto con la orina o la saliva:
Foto: mujer embarazada
  • Lávese las manos a menudo con agua y jabón, especialmente después de:
    • Cambiar pañales, alimentar al niño, limpiarle la nariz o la baba, tocar sus juguetes y tocar su saliva o secreciones nasales (mocos)
    • Si no hay agua, use un desinfectante para manos a base de alcohol
  • No comparta con los niños pequeños alimentos, bebidas ni cubiertos
  • No se lleve a la boca el chupón del bebé
  • Evite el contacto con la saliva cuando le dé besos al niño
  • Limpie los juguetes, superficies de las mesas y todo lo que entre en contacto con la orina o la saliva del niño
mamá alimentando a su bebé

¿Existe una prueba para detectar el citomegalovirus?

Sí, se pueden hacer pruebas de laboratorio para ver si una mujer ya tiene la infección por citomegalovirus. Sin embargo, estas pruebas no predicen bien si el bebé tendrá problemas de salud. La buena higiene sigue siendo la mejor manera en que una mujer embarazada puede proteger a su bebé contra la infección por citomegalovirus.

mamá alimentando a su bebé

Tratamiento

Algunos estudios han evaluado el uso de medicamentos para tratar a recién nacidos con citomegalovirus congénito grave. Estos medicamentos pueden prevenir la pérdida auditiva y mejorar los resultados en el desarrollo de los bebés afectados. Sin embargo, debido a sus posibles efectos secundarios peligrosos, estos medicamentos solo deben recomendarse para recién nacidos con citomegalovirus congénito grave. Si su niño tiene citomegalovirus congénito, consulte a su médico sobre el mejor tratamiento a seguir.
Las vacunas para prevenir la infección por citomegalovirus todavía se encuentran en la etapa de investigación y creación.
Si usted está embarazada o planea un embarazo y le preocupa tener citomegalovirus, hable con su proveedor de atención médica.

 

Más Información

Otros artículos sobre la serie de prevención de defectos congénitos:
mujer embarazadaTips to Prevent Infections During Pregnancy - [PODCAST - 4 MIN] (en inglés)
mujer embarazada¿Conoce a una mujer embarazada? 

Hospitales de la solidaridad..un ejemplo?




Por Alejandro Ruelas-Gossi (*)
Ayer, mientras hacía mi lectura matutina del “Financial Times”, vi una noticia maravillosa: “Las ventas vuelven a crecer en Europa”; las empresas europeas empezaron a ver un aumento en sus ventas en el último trimestre, dando un posible espaldarazo a la confianza corporativa. Y el artículo decía literalmente: “Pero el retorno del crecimiento en las ventas será un alivio para los inversionistas preocupados porque las empresas que el año pasado elevaron la rentabilidad, lo hicieron por recortes en los costos y no por un retorno de la demanda real”.
En todos mis artículos critiqué el tratar de ganar rentabilidad mediante estrategias ‘anoréxicas’ como el recorte de costos. Eso no funciona nunca. Solo destruye valor. Y desde una mirada más filosófica, reduce el ingreso per cápita, que es el indicador más generalizado del desarrollo.
Entonces me alegra que hasta los inversionistas – que no son precisamente los analistas más orientados al desempeño de largo plazo – finalmente se estén dando cuenta de que la reducción de costos es una trampa, y una bastante maliciosa.
La práctica de limitarse a reducir o aumentar porcentajes no es una estrategia. En la jerga estratégica la llamamos ‘decrementalismo’ e ‘incrementalismo’. Es hacer más o hacer menos, haciendo lo mismo. La estrategia, en cambio, consiste en moldear un juego nuevo. Incluso en el segmento de bajos ingresos, también conocido como la Base de la Pirámide (o BOP, por ‘bottom of the pyramid’).
En este artículo, hablaré de la desafiante tarea de usar la orquestación para reimaginar el valor en el segmento BOP. Siempre está la tentación de caer en el ‘decrementalismo’ con el BOP. Pero en Lima, eso no fue lo que hicieron. Allá re-imaginaron el valor de un hospital.
Veamos algunas estadísticas para estimar el tremendo valor que el Hospital de la Solidaridad, perteneciente a la Municipalidad de Lima, reimaginó en el Perú.
Este país ocupa el tercer lugar en mortalidad infantil en América Latina (29 fallecimientos por cada 1.000 nacimientos), solo después de Haití (60) y Bolivia (45). A nivel mundial, el ránking lo lidera Angola, con 180. Un 63% de la población peruana recibe atención médica de las instituciones públicas y 7% de los seguros privados. El 30% no recibe nada. En este escenario apareció el Hospital de la Solidaridad.
REIMAGINAR EL VALOR
El valor es un conjunto de atributos que la audiencia (un concepto más amplio que el de los clientes) percibe y aprecia. Una organización debe desarrollar actividades en torno a la atracción y la retención. La primera consiste en llamar la atención de la audiencia para que valore lo ofrecido por la organización. La segunda, en los esfuerzos por tener una audiencia complacida con el valor ofrecido.

La atracción está compuesta por dos elementos: contenido y entrega. El contenido es definido como los atributos específicos del valor. La entrega consiste en asegurarse que la audiencia esté completamente consciente de todos los atributos. Cuando el contenido es más potente que la entrega, la organización pierde dinero. Cuando la entrega es más potente que el contenido, la organización está prometiendo demasiado. Un desequilibrio entre el contenido y la presentación afecta la retención.
Reimaginar el valor no es ni anoréxico ni decremental. Empieza con reconocer que los atributos de valor varían según el segmento objetivo e incluso según las zonas geográficas. Por ello, podemos ‘jugar’ con los diversos atributos que componen la oferta de valor en tres direcciones: eliminarlos, alterarlos e inventar otros nuevos.
Estos son los atributos del valor de un hospital, y esto es lo que hizo con ellos elHospital de la Solidaridad (HS):
Papeleo: Un montón de procesos burocráticos, como procedimientos técnicos, conseguir un terreno, propuestas de construcción, levantar el edificio. etc. Mucha inversión en un tiempo estimado de 4 años. HS la eliminó.
Equipamiento: igual que la anterior. Mucha inversión. HS lo alteró. No invirtió, sino que orquestó todo su equipamiento. Los médicos invirtieron y se hicieron cargo de él.
Ubicación: un hospital convencional ofrece sus servicios en una ubicación fija. HS inventó algo nuevo, el diseño modular móvil: el Hospital de la Solidaridad es un conjunto de módulos ensamblados, y fáciles de moverse, con el propósito de “ir donde la demanda lo requiera”.
Funcionamiento: un hospital convencional pre-asigna al médico, el día y la hora de atención. HS también lo alteró. El paciente decide con quién atenderse, qué día, a qué hora y a un precio justo. Para darnos una idea, una operación láser a los ojos cuesta en promedio unos US$ 100, lo que en un centro privado puede variar entre US$1.000 y US$1.500, según la complejidad del caso. Una resonancia magnética cuesta hasta seis veces menos que en otros centros de salud.
Los precios no son subvencionados por HS, ya que esto produciría el deterioro del servicio.
En otras palabras, el Hospital de la Solidaridad no es “un hospital para pobres”, Es otra cosa: una red orquestada de médicos inversionistas, buses y contenedores en desuso y la municipalidad de una ciudad para ofrecer exactamente lo que su audiencia necesita, y de una manera que ella lo perciba y lo valore. El Hospital de la Solidaridad reimaginó el valor para el segmento de los que no tienen seguro médico.
¿CÓMO LO LOGRÓ?
La idea nació para abordar el tremendo contraste entre la escasez de recursos que caracteriza a las entidades de salud y la creciente demanda por sus servicios en los sectores más pobres de Lima. Y la pregunta fue muy simple: ¿Qué podemos hacer para atender a los más necesitados del Perú de manera rápida, con profesionales de calidad y a bajo costo?

Empezó con 23 buses viejos, que no tenían motor, neumáticos ni nada. Absolutamente obsoletos y no operativos.
Y al cabo de apenas cuatro meses, los 23 buses estaban equipados con un sistema de agua, luz, desagüe, aire acondicionado y el equipamiento médico apropiado. Ése fue el primer Hospital de la Solidaridad. Pero, ¿cómo funciona?
La Municipalidad de Lima hace un estudio en función a las necesidades de la población, después elige un lugar para la implementación del hospital e invita a médicos inversionistas a equipar (enfoque alocéntrico). El 80% del equipamiento de cada hospital es aportado por los médicos y los servicios son los mismos en 80% de los casos (legos de conocimiento: juntar y usar). El otro 20% de los servicios que se brindan responden a un estudio de epidemiología que realiza la Municipalidad de Lima para recopilar información. Este patrón común hace muy fácil y rápida la implementación de un nuevo centro. Sólo se necesitan ¡cuatro meses! Vale la pena resaltar esto, ya que cuando el Estado decide levantar un nuevo hospital dentro del sistema público de salud del Perú, puede demorar entre cuatro y seis años desde que se escoge el lugar hasta que se contrata al personal médico.
Los procesos críticos que no se delegan y realizados solo por la Municipalidad son: el control, la administración y la seguridad de cada hospital. Esto es intransferible, ya que de ello depende mucho el funcionamiento y el éxito de este modelo. El HS se queda con aproximadamente 15% de los ingresos, lo cual se utiliza para pagar los gastos administrativos y de seguridad de cada sede y para financiar otros proyectos de responsabilidad social.
La paradoja de la complejidad es también muy evidente, con un funcionamiento muy simple de cara a la audiencia: el cliente escoge médico, día, hora; el hospital “va a encontrarse con la audiencia”, la que es atendida por profesionales especializados de manera eficiente, con equipos de última generación, y a bajo costo, pero a la vez con una gran complejidad interna, no sólo en la orquestación de los nodos, sino en el hecho de que para realizar atenciones masivas y ambulatorias se necesitan licencias, cumplir una serie de requisitos, permisos. Para los pacientes, en cambio, el proceso es sencillo, la atención es óptima y el trato del personal es excelente. Según una encuesta reciente de la Universidad de Lima, el Hospital de la Solidaridad supera ampliamente a los otros sistemas hospitalarios del país en calidad del servicio.
Como comenté, una condición necesaria para el concepto de la teoría de juegos, clave en la orquestación, es la creación de valor en ambas direcciones: que cada nodo obtenga y genere valor. Eso es lo que ocurre con este hospital peruano. Por un lado, presta servicios de salud utilizando mínimos recursos del Estado o autofinanciados, sobre la base de orquestar profesionales y terceros, brindando una amplia oferta, eficiente servicio, precios accesibles y que favorece a los sectores de menores recursos.
Y por otro lado, la Municipalidad de Lima obtiene un perfil epidemiológico actualizado de la población. Estas estadísticas son muy valiosas, especialmente en economías emergentes. Ésa es la ventaja de contar con el hospital más largo del mundo, uno que pretende abarcar a toda una ciudad.
(*) Director de la Adolfo Ibáñez School of Management

El negocio de los medicamentos 2


Santiago Stucchi Portocarrero
No hace falta ser médico para saber que entre los diferentes medicamentos que se expenden en las farmacias existen enormes diferencias en precios, inclusive tratándose de medicamentos utilizados para un mismo propósito, e inclusive tratándose del mismo medicamento pero con distintas denominaciones comerciales (unas conocidas como “originales” –las fabricadas por el laboratorio que las patentó-, y las otras, “genéricas”). Así por ejemplo, tenemos que el antidepresivo fluoxetina 20 mg en su versión genérica, tiene un costo que oscila entre S/. 0.10-0.50 (US $ 0.03-0.15), en tanto que en su versión original (Prozac) puede llegar hasta los S/. 8 (US $ 2.4); por su parte, el antibiótico azitromicina 500 mg en su versión genérica cuesta alrededor de S/. 2 (US $ 0.67), mientras que su versión original (Zitromax) puede llegar a los S/. 19.5 (US $ 6.5) (datos de farmacias de Lima, julio del 2009).

El mayor problema surge sin embargo, cuando un medicamento de gran necesidad se encuentra aún en el periodo de exclusividad que se le otorga al laboratorio fabricante (20 años desde el registro de la patente), durante el cual ninguna otra casa farmacéutica puede comercializar el producto, y no queda en el mercado otra alternativa más que la onerosa. Y la industria farmacéutica hace todo lo posible por extender al máximo dicho periodo de exclusividad, para impedir la aparición y difusión de los medicamentos genéricos, que le generan enormes pérdidas en ingresos económicos. Y no duda en entablar demandas legales bajo cualquier pretexto contra quienes afecten sus intereses. Por ejemplo, cuando en 1999 el laboratorio Astra-Zeneca perdió la patente por el antiulceroso omeprazol (Prilosec), denunció al fabricante del producto genérico, logrando 30 meses más de exclusividad, al cabo de los cuales volvió a hacer otra querella, ganando un mes y medio adicional. En nuestro medio, Eli Lilly no cesa en su empeño por impedir la comercialización de cualquier presentación del antipsicótico olanzapina, que no sea la suya propia (Zyprexa).

Particularmente infame fue el caso de los medicamentos contra el virus del SIDA. Según Philippe Pignarre, hasta hace algunos años, sólo el 5% de los 40 millones de infectados por el VIH podía acceder a los mismos, por cuestiones económicas; como consecuencia, 3 millones fallecían anualmente por esta enfermedad en África, y la esperanza de vida había retrocedido 25-30% en varios países africanos. Cuando en 1997, el gobierno de Su­dáfrica aprobó una ley que permitía la importación de versiones económicas de medicamen­tos antirretrovirales procedentes de otros países (importación paralela), 39 laboratorios lo denunciaron por “violación de los acuer­dos internacionales”, en tanto que la Cámara de Comercio de los Es­tados Unidos presionó al gobierno sudafricano para que derogara la ley (Lawrence Lessig hizo entonces la siguiente reflexión: “Habrá un momento dentro de treinta años en el que nuestros hijos mirarán al pasado y se preguntarán cómo pudimos permitir que esto ocurriera. Cómo pudimos permitir que se siguiera una línea política cuyo coste directo fue acelerar la muerte de entre quince y treinta millones de africanos y cuyo único beneficio real era afirmar la ‘santidad’ de una idea. Qué justificación podría remotamente existir para una política que tiene como resul­tado tantas muertes. Cuál es exactamente la locura que permite que tantos mueran por semejante abstracción”).

Para justificar los altos costos de sus medicamentos, la industria farmacéutica y sus defensores suelen explicar que aquéllos son imprescindibles para financiar la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos, de tal modo que cualquier restricción en los precios traería consecuencias nefastas para la medicina. Como dijo el presidente de Investigación Farmacéutica y Fabricantes de los Estados Unidos (PhRMA): “Créanme, si le imponemos controles de precios a la industria farmacéutica, y si reducimos la investigación y desarrollo que esta industria puede realizar, eso va a perjudicar a mis hijos y a los millones de estadounidenses que padecen enfermedades graves”. Tal argumento es simplemente falso. El costo de los medicamentos no se destina ex­clusivamente a recuperar lo invertido en investigación ni a asegurar la aparición de nuevos tratamientos; como han demostrado diversos estudios, la mayor parte se utiliza en publi­cidad y promoción. La Families U.S. Foundation (2002) llevó a cabo un análisis de los informes presentados a la Securities and Exchange Commission en el 2001, por nueve compañías –Merck, Pfizer, Bristol Myers Squibb, Eli Lilly, Abbott Laboratories, Wyeth, Allergan, Phar­macia y Schering-Plough Corporation–, encontrando que el 27% de sus ingresos fueron destinados a marketing, publicidad y administra­ción, el 18% a beneficios, y solamente el 11% a la búsqueda de nuevos productos. Otra investigación, realizada por Consumers Internatio­nal (2006) en siete países europeos, dirigida a estudiar las prácticas de publicidad de 20 casas farmacéuticas, reveló que la industria de los medicamentos invierte US $ 60 mil millones al año en publicidad, casi dos veces más que en investigación y desarrollo. Por otro lado, una noticia publicada en The New York Times el 27 de junio del 2007, in­formó que la psiquiatría es la especialidad médica que más beneficios económicos recibe de los fabricantes de medicamentos, mencionan­do además que dicha industria gastó US $ 2.25 millones en propagan­da, honorarios y gastos de viajes para médicos psiquiatras, hospitales y universidades, en el estado de Vermont, Estados Unidos; dicha cifra –añade el artículo- no incluye el costo de las muestras médicas y el salario de los representantes de ventas. Otra noticia publicada en The New York Times el 10 de mayo del 2007, refirió que las retribuciones de la industria farmacéutica hacia los médicos psi­quiatras del estado de Minnesota, Estados Unidos, aumentaron seis veces durante el periodo 2000-2005 (hasta llegar a US $ 1.6 millones), en tanto que las prescripciones de antipsicóticos atípicos para niños del programa Minnesota’s Medicaid se multiplicaron por 9 durante dicho periodo; además, aquellos médicos psiquiatras que recibieron más de US $ 5000 a lo largo del periodo 2000-2005 prescribieron tres veces más antipsicóticos atípicos a niños, que aquellos médicos que recibieron menos de dicha suma. ¿Coincidencia? Poco probable, pues resulta cada vez más claro que los “desinteresa­dos” presentes que la industria ofrece a los galenos –desde lapiceros hasta viajes a congresos internacionales con alojamiento en hoteles cinco estrellas–, ejercen una influencia en un porcentaje apreciable de ellos, que se materializa al momento de prescribir (cuando debiera primar el beneficio del paciente antes que el propio interés). Tal como revela otro estudio realizado por Consumers International (2007), hasta el 50% de los medicamentos estarían prescriptos, dispensados o ven­didos en forma inapropiada en los países en desarrollo, como conse­cuencia de aquella influencia. Como resultado, muchas personas terminan recibiendo medicamentos costosos pudiendo acceder a opciones más económicas e igualmente eficaces, lo que es más censurable cuando se trata de poblaciones de escasos recursos (por supuesto que existen casos en los cuales sí es necesario acudir a los medicamentos más caros, tratándose de enfermedades raras o cuando otros tratamientos han fracasado, pero esa no es la generalidad). Claro que la mayoría de “colaboradores” no admite tal compromiso de su objetividad, y hasta se cree merecedora de semejantes prebendas por el simple hecho de ostentar el título de médico.

Pero la propaganda y la “generosidad” de los laboratorios no son los únicos factores que estarían influyendo sobre las decisiones de muchos médicos al momento de decidir una prescripción. Una investigación publicada por la revista The New England Journal of Medicine (2008) revisó 74 ensayos clínicos de 12 antidepresivos registrados por la FDA en el periodo 1987-2004 –que involucraban a más de 12 mil pacientes–, encontrando 38 estudios con resultados favorables para los laboratorios y 36 con resultados no favorables. Del primer grupo, 37 fueron publicados en revistas científi­cas, en tanto que del segundo grupo, solamente 3 vieron la luz admi­tiendo los resultados negativos, y 11 se publicaron presentando los resultados como positivos, quedando 22 sin publicarse. Concluyen los autores diciendo que aquellos estudios con resultados favorables hacia la industria farmacéutica, tienen 12 veces más probabilidades de publicarse que aquéllos con resultados desfavorables, dando así la impresión de una abrumadora evidencia científica respaldando el uso de estos medicamentos. Por otro lado, la industria de los medicamentos financia toda clase de actividades supuestamente educacionales dirigidas hacia los médicos, con expositores que no se caracterizan precisamente por su objetividad al presentar datos supuestamente científicos.

Tampoco es cierto que la industria de los medicamentos sea particularmente innovadora, pues los últimos años no han visto surgir muchos tratamientos realmente nuevos, limitándose en la mayor parte de los casos a medicamentos muy similares a sus predecesores, y con escasas ven­tajas respecto a aquéllos (los medicamentos “yo-también”), o simplemente a nuevas indicaciones para productos ya existentes en el mercado (según Marcia Angell: “en los 5 años que pasaron entre 1998 y 2002, la FDA aprobó 415 medicamentos nuevos, de los cuales sólo el 14% fueron innovadores en realidad. El 9% consistió en fármacos antiguos que habían sufrido algún cambio, el cual, según los parámetros de la FDA, los mejoraba en forma significativa. ¿Y el 77% restante? Por más que resulte increíble, fueron medicamentos ‘yo-también’, clasificados por la entidad como medicinas no mejores que las que ya se encuentran en el mercado para el tratamiento de ciertas enfermedades”). Aunque al momento de ser lanzados o “relanzados” al mercado, cuenten con una descomunal y multimillonaria campaña publicitaria, no exenta de “abundantes” estudios y “opinio­nes de expertos” (speakers) sumamente favorables -aunque no precisamente independientes-, destinados a convencer a los prescriptores de que el “nuevo” producto es muy superior a los ya existentes, y que por lo tanto justifica con creces su abultado precio. Por ejemplo, el antipsicótico quetiapina fue promocionado inicialmente por Astra-Zeneca (bajo el nombre comercial de Seroquel) como medicamento contra la esquizofrenia, luego como tratamiento para el trastorno bipolar, y hace algunos meses fue presentada su versión de acción prolongada (Seroquel XR) ante la comunidad médica local, con bombos y platillos, y nada menos que en el lujosísimo restaurante limeño La Rosa Náutica.

Y por si todo lo anterior no resultara suficiente, un porcentaje apreciable de los medicamentos que la industria farmacéutica promociona como suyos y que utiliza para intentar justificar sus elevados presupuestos, no proviene de sus propias fuentes, si no de investigaciones financiadas con fondos públicos, y llevadas a cabo en universidades, pequeñas compañías biotecnológicas o en el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, los cuales ceden la exclusividad de sus descubrimientos a los laboratorios a cambio de regalías. Al respecto, un informe de la Agencia Nacional de Investigación Económica de los EE.UU. refirió en 1997 que la investigación financiada con dinero público era responsable de 15 de los 21 fármacos más eficaces aprobados entre 1965 y 1992; por otro lado, el Boston Globe reveló que 45 de los 50 medicamentos más exitosos aprobados entre 1992 y 1997, habían recibido fondos del gobierno de los EE.UU.

En suma, la gran diferencia en los precios de los medicamentos originales no se justifica solamente por la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos verdaderamente innovadores, si no principalmente por la publicidad –abierta o disfrazada (incluyendo generosos obsequios hacia todos los “desinteresados colaboradores”, así como actividades “educacionales”)- y por las enormes ganancias de una industria farmacéutica dedicada en la actualidad mayormente a la fabricación y difusión de medicamentos poco novedosos y que no ofrecen mayores ventajas respecto a los que ya existen. Aunque muchos de sus áulicos digan lo contrario.
Referencias:

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