domingo, diciembre 31, 2017

Las cuatro C para encontrar la felicidad

Las cuatro C para encontrar la felicidad en lugar del placer

Lo de las pequeñas cosas es un cuento

feliz
Qué subidón. Meses ahorrando y por fin es suyo. Menos dar masajes en los pies, hace de todo. Y ya puede, con el dineral que ha costado. Pero ahí está, tan elegante, tan nuevecito. El smartphone último modelo. O el coche. O el abrigo. El caprichazo. La sensación de felicidad es inenarrable. Le embarga, le llena. Pero, ¿es felicidad? Los expertos afirman que no. Que eso que usted siente es placer, y que el placer es efímero. Porque, en nada, lanzarán una versión mejorada de su móvil, un modelo más completo de su coche o se topará con un abrigo más bonito en cualquier escaparate, devolviéndole a la casilla de salida. Y, por si fuera poco, empezará a no saber lo que es la verdadera felicidad.
Mal asunto. "El placer está relacionado con las sensaciones crudas, puntuales, muy de piel y, por eso, tiene un recorrido muy corto", explica Rosana Pereira, psicóloga del gabinete Haztúa y experta en psicología positiva y gestión de los sentimientos, que completa: "Por el contrario, la felicidad es una forma de vida en el medio y largo plazo".
Y ambos estados están determinados por las hormonas; la dopamina, el neurotransmisor que desencadena en el cerebro las sensaciones de euforia y recompensa, es el motor del placer, mientras que la serotonina, relacionada con la calma y la satisfacción, es la responsable de la sensación de felicidad. Pero —y ahora viene el problema— la dopamina suprime a la serotonina o, dicho de otra forma, la búsqueda del placer por el placer nos aleja de la auténtica felicidad.
La dopamina suprime a la serotonina o, dicho de otra forma, la búsqueda del placer por el placer nos aleja de la auténtica felicidad
Entonces, tanta hora feliz en los bares y tanto emoticono sonriente se revelan como parches procuradores de bienestar momentáneo que malacostumbran al individuo y que salpican de fallas el camino a la felicidad real. "La sociedad actual está enfocada únicamente en el placer, en la satisfacción a corto plazo, en el no tener que hacer dar nada a cambio", afirma Pereira, que apunta así a la raíz del problema de muchas personas frustradas y deprimidas.
Pereira explica además el concepto de rueda hedónica, la capacidad del ser humano de adaptarse al placer por el placer: "Como si fuera una droga, cada vez necesitamos más para experimentar el mismo grado de bienestar", sostiene, y pone como ejemplo las primeras salidas con los amigos en la etapa adolescente. Por entonces, cualquier plan era una caravana de nuevas sensaciones placenteras; ir al cine, tomar un refresco… todo valía. Placer en estado puro. Pero conforme pasa el tiempo los planes deben volverse más elaborados para hacernos disfrutar.

Frente al hedonismo vacío, las cuatro C

El experto en salud y bienestar americano Robert Lustig tiene una propuesta para reencauzar y ordenar la dicotomía placer-felicidad. En su libro The Hacking Of The American Mind —algo así como El pirateo de la mentalidad estadounidense—, el científico ha investigado la dependencia a la dopamina y al hedonismo y plantea un camino alternativo para abandonar la búsqueda de la felicidad a través de acciones que, realmente, sabotean las posibilidades de alcanzarla. Y lo hace estableciendo un plan en torno a cuatro C: conectar, contribuir, cuidarse y cocinar.
En primer lugar, anima a entrar en conexión con el mundo, pero de verdad. Nada de consultar Facebook compulsivamente para estar al día de las vidas de personas que no nos importan ni de inundar el WhatsApp con simpáticas pelotitas de color amarillo y aspecto exultante. Para conectarnos realmente, Lustig aboga por las relaciones personales, cara a cara y, como refuerza Rosana Pereira, del gabinete Haztúa, "a encontrar momentos de calidad con los demás que nos lleven a generar empatía, un motor básico para la producción de serotonina y, por tanto, de felicidad duradera".
Las cuatro C de Robert Lustig: conectar, contribuir, cuidarse y, la más sorprendente, cocinar
Lustig también aconseja contribuir, colaborar, dar algo a los demás sin pedir nada a cambio. "Darte al otro y comprobar cómo tu aportación hace felices al resto permite enfocarte hacia dentro, pensar en lo que sí tienes y no en lo que te falta", afirma Pereira. Porque la felicidad, dice, es dar, mientras que el placer se basa únicamente en recibir.
Siguiente C: cuidarse. "Es lo básico. Si la máquina que te mueve no tiene un buen mantenimiento, es difícil que lo demás funcione bien", confirma Pereira, que también anima, ahora sí, a no demonizar del todo al hedonismo: "La vida no tiene que ser siempre sacrificio; por eso, la combinación de la felicidad con el placer encuentra aquí su mejor punto". Por su parte, Lustig subraya cómo la falta de sueño y descanso, el estrés o la sobrecarga de tareas aumentan de forma sobresaliente el cortisol, motor a su vez de la depresión. Por eso, invita a cuidar y a no olvidar las atenciones a la única persona que nos acompañará, de forma incondicional, durante toda la vida: nosotros mismos.
Por último, la que quizá sea la C más sorprendente, la de cocinar. De nuevo, para trabajar en la generación de serotonina. Afirma el experto que el triptófano presente en los huevos o en el pescado, los ácidos grasos omega 3 y la fructosa son generadores de este hormona y, por tanto, la cocina —sana, equilibrada— se convierte en una práctica precursora de la felicidad. Por contra, la mala alimentación es motor de placer: "Una hamburguesa industrial, con sus aditivos y potenciadores del sabor, nos proveerá de un fuerte bienestar puntual pero, a la larga, levantará una barrera frente a la felicidad", apunta la psicóloga Pereira.
El placer no es malo, pero cuando es el único motor de nuestra vida, como lo fue para Arístipo de Cirene, fundador del hedonismo, nos convierte en unos desgraciados

Pero tampoco nos volvamos unos cartujos

El placer es visceral; la felicidad, etérea. El placer es recibir; la felicidad, dar. El placer es individual; la felicidad se comparte. Y el ánimo por darse placer es insaciable, porque el cuerpo y la mente siempre querrán más. Un móvil mejor, un coche con más extras, un abrigo más caro. Aunque todo cumple su función y, de nuevo, el equilibrio es clave: "El placer no es malo. ¿Cómo va a serlo? Darse un capricho, comer, practicar sexo… Lo malo llega cuando la vida se enfoca únicamente en ese sentido", concluye Rosana Pereira.
Por eso, cuatro C y alguna licencia, que tampoco pasa nada. Pero puntual, si no queremos terminar siendo profundamente desdichados. Como probablemente terminó muriendo Arístipo de Cirene, discípulo de Sócrates y fundador de la corriente filosófica del hedonismo. Sí, seguro que disfrutó de maravillosos banquetes, increíbles orgías y que consagró su vida a los más altos [o bajos] placeres terrenales. Pero quizá muriera, a la vista de la opinión de los expertos, sintiéndose un auténtico desgraciado.

“Aporofobia”, palabra del año

“Aporofobia”, palabra del año para la Fundéu BBVA

El neologismo da nombre al miedo a los pobres y fue acuñado por la filósofa Adela Cortina

En vídeo, declaraciones de Adela Cortina, filósofa y creadora de la palabra ''aporofobia''. VIDEO: EFE
"Aporofobia", el neologismo que da nombre al miedo, rechazo o aversión a los pobres, ha sido elegida palabra del año 2017 por la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA.
Tras elegir "escrache" en 2013, "selfi" en 2014, "refugiado" en 2015 y "populismo" en 2016, el equipo de la Fundación ha optado en esta ocasión por "aporofobia", un término relativamente novedoso que alude, sin embargo, a una realidad social arraigada y muy antigua.
La voz "aporofobia" ha sido acuñada por la filósofa española Adela Cortina en varios artículos de prensa y en libros en los que llama la atención sobre el hecho de que solemos llamar "xenofobia" o "racismo" al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce por su condición de extranjeros, sino porque son pobres.
"Pues qué voy a sentir, alegría, claro, aunque su significado no tiene nada que ver con la alegría sino con un fenómeno negativo", ha comentado esta mañana Cortina desde su casa en Valencia, al enterarse por este periódico de la elección de su neologismo. "Pero me parece oportuno que se ponga sobre el tapete que este fenómeno existe, dándole un nombre. Me llama la atención cuando se dice que hay que darle un nombre a las tormentas, por ejemplo, o a los ciclones, porque la gente se previene así frente a ellos. Pues el rechazo al pobre, el relegarlo socialmente, también hay que prevenirlo así, porque es lo más contrario a la dignidad de las personas y es un desafío contra la democracia. No puede ser que una parte de la población desprecie a otra y los considere inferiores", explica por teléfono la catedrática de Ética de la Universitat de València.
El término se le ocurrió hace unos 20 años. "Lo incluía en alguna columna de periódicos, cuando se hablaba de los problemas en el Mediterráneo, que eran de xenofobia hasta cierto punto, porque el turismo es la principal riqueza de España y cuando se trata de estos extranjeros, no hay xenofobia, hay hospitalidad. Sin embargo, cuando vienen refugiados, inmigrantes, sí que se produce ese rechazo, o con los propios gitanos más pobres y excluidos, a pesar de que son más antiguos que muchos payos en España", añade.
De modo que Cotina buscó en un diccionario de griego y junto los dos términos; áporos (el que no tiene recursos) y fobia. Y en un artículo del año 2000, publicado en EL PAÍS, la colaboradora de este diario invitaba a la RAE a que lo incluyera en su diccionario, Precisamente, la nueva versión digital del DRAE, que se presentó la pasada semana, ha incorporado aporofobia. "El término ha ido ganado terreno: muchas organizaciones solidarias que organizan jornadas lo emplean y en el Observatorio del Ministerio del Interior, que analiza los casos de xenofobia, homofobia y otros también lo ha incluido", señala la experta en ética. El término también ha sido bien acogido entre estudiantes de Máster y Postgrado y recientemente en una charla en el Instituto Cervantes de Nueva York. "Allí, lo han traducido como aporophobia", apunta.
Esta es la quinta ocasión en la que la Fundéu BBVA da a conocer su palabra del año, escogida entre aquellos términos que han estado presentes en mayor o menor medida en la actualidad informativa durante los últimos meses y tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico.
Antes de la elección definitiva la Fundación, dio a conocer una lista con doce candidatas que deben cumplir varios requisitos. Por un lado, que sean términos que hayan estado, en mayor o menor medida, presentes en el debate social y en los medios de comunicación. Por otro, que, por su formación, significado o dudas de uso, ofrezcan interés desde el punto de vista lingüístico y hayan sido, por tanto, objeto a lo largo del año de alguna de las recomendaciones de uso del idioma que publica diariamente la Fundéu BBVA. Finalmente, se intenta que las elegidas sean de uso general en todo el ámbito hispanohablante y no solo en algunas zonas concretas.
Con esos criterios, el equipo de la Fundación eligió este año, además de aporofobia, aprendibilidad, bitcóin, destripe, machoexplicación, noticias falsas, odiador, soñadores, superbacteria, trans, turismofobia y uberización.

sábado, diciembre 30, 2017

Cómo se reconstruyó el rostro de la Reina Wari, noble peruana preincaica

Cómo se reconstruyó el rostro de la Reina Wari, noble peruana preincaica

La llamada Reina Wari, cuyo rostro fue reconstruido recientemente, tiene unos 1.200 años. Se cree que fue especialmente venerada porque en su tumba había joyas y otros artefactos de valor

Si te la cruzaras hoy en las calles de Perú no te llamaría la atención: parece una mujer mayor con facciones típicamente andinas. Pero la llamada Reina Wari, cuyo rostro fue reconstruido recientemente, tiene unos 1.200 años.
Se trata de uno de los 58 esqueletos de mujeres nobles que fueron hallados en 2012 en una tumba de la civilización Wari, que habitó en lo que hoy es Perú entre los años 700 a 1000 a.C. , siglos antes de la llegada de los Incas.
La tumba fue descubierta por expertos polacos y peruanos en El Castillo de Huarmey, un sitio arqueológico ubicado unos 280 kilómetros al norte de la capital peruana, Lima.
Se trata de una antigua construcción piramidal que habría funcionado como centro administrativo de la cultura Wari, alrededor del cual se hallaron un gran número de cámaras funerarias donde se cree fueron sepultados los miembros de la nobleza.
Lo excepcional de la tumba donde fue hallada la Reina Wari es que fue una de las pocas que no fue saqueada con la llegada de los conquistadores españoles.
Se cree que la mujer, de unos 60 años, fue especialmente venerada porque en su tumba había joyas y otros artefactos de valor, como un hacha ceremonial y un cáliz de plata.
También había herramientas para tejer hechas de oro, un indicio de por qué era tan admirada: por su talento como tejedora.
-Más valioso que el oro-
Esa fue la conclusión a la que arribaron el arqueólogo polaco Milosz Giersz y su par peruano Roberto Pimentel Nita, quienes hallaron los restos hace unos cinco años.
Su equipo analizó el esqueleto y determinó que, al igual que el resto de las mujeres nobles enterradas en El Castillo de Huarmey, la apodada Reina Wari había pasado la mayor parte de su vida sentada, pero había utilizado extensamente la parte superior de su cuerpo. Se trata de una característica típica de las tejedoras.
Otro aspecto asociado a esta actividad era la ingesta de chicha, una bebida alcohólica muy dulce hecha a base de maíz al que solo tenían acceso los miembros de la elite. A la Reina Wari le faltaban varios dientes, algo que los arqueólogos atribuyeron al consumo frecuente de chicha.
Según la revista National Geographic, es probable que su estatus noble haya provenido de su talento para tejer, ya que "para los Wari y otras culturas andinas de esa época los textiles eran considerados más valiosos que el oro y la plata, debido a la inmensa cantidad de tiempo que se requería para hacerlos".
-¿Cómo pasó la Reina Wari a tener rostro?-
Fue gracias al trabajo de Oscar Nilsson, un artista forense basado en Suecia, quien se especializa en reconstruir esqueletos. Giersz contactó a Nilsson durante el otoño europeo para "traer a la vida" a la Reina Wari.
A diferencia de la llamada Señora de Cao, la gobernante o sacerdotisa peruana de 1.700 años de antigüedad cuyo rostro también fue reconstruido este año, Nilsson no se conformó con una impresión en 3D hecha a computadora.
Usando una impresora 3D el experto creó una copia de la calavera de la Reina Wari y reconstruyó sus facciones a mano utilizando arcilla. Basó su recreación forense en la edad real de la mujer -unos 60 años- ya que la edad "influencia el grosor del tejido facial", según explicó al sitio Live Science.
También se guió por la forma de los huesos y estadísticas que permiten estimar el espesor de los músculos de la cara. Como referencia, usó fotografías de indígenas que habitan cerca de El Castillo de Huarmey.
Tardó más de 220 horas para realizar su trabajo, que incluyó detalles como arrugas y poros, y tras finalizar de esculpir el rostro creó un molde de silicona. "De esta forma puedo ser muy realista. Se ve casi como una persona real, incluso para mí", señaló el autor.
En efecto, el trabajo final impresiona por su realismo, como puede verse en las imágenes que acompañan esta nota.
Ningún detalle quedó librado al azar: Olssen incluso recreó los aros que fueron hallados en la tumba junto al cuerpo y utilizó pelo real de mujeres andinas mayores, que Giersz compró en un mercado de pelucas de Perú.
"Cuando vi la reconstrucción me pareció ver en su rostro a mis amigos indígenas de Huarmey. Sus genes aún están allí", le dijo a National Geographic el experto polaco, quien lideró el descubrimiento.
El país de este arqueólogo será el primero que podrá ver de cerca a la Reina Wari ya que la reconstrucción forma parte de una muestra de objetos peruanos que abrió en el Museo Etnográfico Nacional de Varsovia este diciembre.

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