Cómo se reconstruyó el rostro de la Reina Wari, noble peruana preincaica
La llamada Reina Wari, cuyo rostro fue reconstruido recientemente, tiene unos 1.200 años. Se cree que fue especialmente venerada porque en su tumba había joyas y otros artefactos de valor
Si te la cruzaras hoy en las calles de Perú no te llamaría la atención: parece una mujer mayor con facciones típicamente andinas. Pero la llamada Reina Wari, cuyo rostro fue reconstruido recientemente, tiene unos 1.200 años.
Se trata de uno de los 58 esqueletos de mujeres nobles que fueron hallados en 2012 en una tumba de la civilización Wari, que habitó en lo que hoy es Perú entre los años 700 a 1000 a.C. , siglos antes de la llegada de los Incas.
La tumba fue descubierta por expertos polacos y peruanos en El Castillo de Huarmey, un sitio arqueológico ubicado unos 280 kilómetros al norte de la capital peruana, Lima.
Se trata de una antigua construcción piramidal que habría funcionado como centro administrativo de la cultura Wari, alrededor del cual se hallaron un gran número de cámaras funerarias donde se cree fueron sepultados los miembros de la nobleza.
Lo excepcional de la tumba donde fue hallada la Reina Wari es que fue una de las pocas que no fue saqueada con la llegada de los conquistadores españoles.
Se cree que la mujer, de unos 60 años, fue especialmente venerada porque en su tumba había joyas y otros artefactos de valor, como un hacha ceremonial y un cáliz de plata.
También había herramientas para tejer hechas de oro, un indicio de por qué era tan admirada: por su talento como tejedora.
-Más valioso que el oro-
Esa fue la conclusión a la que arribaron el arqueólogo polaco Milosz Giersz y su par peruano Roberto Pimentel Nita, quienes hallaron los restos hace unos cinco años.
Esa fue la conclusión a la que arribaron el arqueólogo polaco Milosz Giersz y su par peruano Roberto Pimentel Nita, quienes hallaron los restos hace unos cinco años.
Su equipo analizó el esqueleto y determinó que, al igual que el resto de las mujeres nobles enterradas en El Castillo de Huarmey, la apodada Reina Wari había pasado la mayor parte de su vida sentada, pero había utilizado extensamente la parte superior de su cuerpo. Se trata de una característica típica de las tejedoras.
Otro aspecto asociado a esta actividad era la ingesta de chicha, una bebida alcohólica muy dulce hecha a base de maíz al que solo tenían acceso los miembros de la elite. A la Reina Wari le faltaban varios dientes, algo que los arqueólogos atribuyeron al consumo frecuente de chicha.
Según la revista National Geographic, es probable que su estatus noble haya provenido de su talento para tejer, ya que "para los Wari y otras culturas andinas de esa época los textiles eran considerados más valiosos que el oro y la plata, debido a la inmensa cantidad de tiempo que se requería para hacerlos".
-¿Cómo pasó la Reina Wari a tener rostro?-
Fue gracias al trabajo de Oscar Nilsson, un artista forense basado en Suecia, quien se especializa en reconstruir esqueletos. Giersz contactó a Nilsson durante el otoño europeo para "traer a la vida" a la Reina Wari.
Fue gracias al trabajo de Oscar Nilsson, un artista forense basado en Suecia, quien se especializa en reconstruir esqueletos. Giersz contactó a Nilsson durante el otoño europeo para "traer a la vida" a la Reina Wari.
A diferencia de la llamada Señora de Cao, la gobernante o sacerdotisa peruana de 1.700 años de antigüedad cuyo rostro también fue reconstruido este año, Nilsson no se conformó con una impresión en 3D hecha a computadora.
Usando una impresora 3D el experto creó una copia de la calavera de la Reina Wari y reconstruyó sus facciones a mano utilizando arcilla. Basó su recreación forense en la edad real de la mujer -unos 60 años- ya que la edad "influencia el grosor del tejido facial", según explicó al sitio Live Science.
También se guió por la forma de los huesos y estadísticas que permiten estimar el espesor de los músculos de la cara. Como referencia, usó fotografías de indígenas que habitan cerca de El Castillo de Huarmey.
Tardó más de 220 horas para realizar su trabajo, que incluyó detalles como arrugas y poros, y tras finalizar de esculpir el rostro creó un molde de silicona. "De esta forma puedo ser muy realista. Se ve casi como una persona real, incluso para mí", señaló el autor.
En efecto, el trabajo final impresiona por su realismo, como puede verse en las imágenes que acompañan esta nota.
Ningún detalle quedó librado al azar: Olssen incluso recreó los aros que fueron hallados en la tumba junto al cuerpo y utilizó pelo real de mujeres andinas mayores, que Giersz compró en un mercado de pelucas de Perú.
"Cuando vi la reconstrucción me pareció ver en su rostro a mis amigos indígenas de Huarmey. Sus genes aún están allí", le dijo a National Geographic el experto polaco, quien lideró el descubrimiento.
El país de este arqueólogo será el primero que podrá ver de cerca a la Reina Wari ya que la reconstrucción forma parte de una muestra de objetos peruanos que abrió en el Museo Etnográfico Nacional de Varsovia este diciembre.
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