¿El ejercicio de una vez por semana hace daño? Esto dice la ciencia
Contrariamente a lo que se piensa, la intensa actividad física solo los sábados o domingos tiene efectos positivos en la salud
No
es cierto que los que hacen ejercicios solo durante los fines de semana
ponen en peligro su vida. En YouTube, la palabra 'infarto' está
relacionada a más de 650.000 resultados. (Foto referencial: Rolly Reyna /
El Comercio)
La sensible pérdida del joven periodista deportivo Daniel Peredo,
quien al presentar síntomas durante su partido de fulbito semanal fue
trasladado a una clínica local –donde falleció aparentemente de un
infarto cardíaco–, ha puesto en el tapete el peligro de hacer ejercicios
solo durante el fin de semana.
Muchos hombres y
mujeres, por razones de tiempo, son relativamente sedentarios durante
la semana, pero hacen ‘jogging’ o juegan fulbito los sábados y domingos.
¿Se han preguntado si esa práctica los pone en riesgo de sufrir también
un infarto cardíaco? Hoy veremos qué dice
la ciencia al respecto.
la ciencia al respecto.
Intuitivamente,
pareciera que el hacer ejercicio intenso solo durante los fines de
semana no es lo mejor para la salud, que lo sensato –y saludable– es que
este sea la culminación de un programa diario o interdiario de
actividad física. Pero lo cierto es que –a pesar de que mucha gente solo
hace ejercicios los fines de semana– en la vida real no hay
estadísticas que demuestren que cada fin de semana decenas o centenares
de personas mueran haciendo ejercicios.
--- Creencia errónea ---
La única manera de saber si esta costumbre es peligrosa sería hacer un estudio que compare esa práctica con otros tipos de actividad física. Al respecto, la investigación más completa sobre ese tema fue publicada por especialistas del Centro Nacional para el Deporte y la Medicina del Ejercicio de Inglaterra en la revista de la Asociación Médica de Norteamérica el 9 de enero del 2017. En esta, se demuestra que la práctica del deporte intenso del fin de semana es beneficiosa para la salud.
La única manera de saber si esta costumbre es peligrosa sería hacer un estudio que compare esa práctica con otros tipos de actividad física. Al respecto, la investigación más completa sobre ese tema fue publicada por especialistas del Centro Nacional para el Deporte y la Medicina del Ejercicio de Inglaterra en la revista de la Asociación Médica de Norteamérica el 9 de enero del 2017. En esta, se demuestra que la práctica del deporte intenso del fin de semana es beneficiosa para la salud.
Los autores
analizaron los datos de 63.591 hombres y mujeres que fueron estudiados
entre 1994 y el 2012. El 44% de los voluntarios fueron mujeres y 46%
varones. Ambos tenían una edad promedio de 58 años.
Los participantes respondieron un cuestionario en el que detallaron la frecuencia de actividad física que practicaban, lo que permitió clasificarlos en cuatro grupos. El primero, de los sedentarios, constituyó el 63% de toda la muestra. El segundo, de los insuficientemente activos (menos de 150 minutos a la semana de ejercicio moderado o menos de 75 minutos a la semana de ejercicio intenso) fue el 22%. El tercero, de los ‘guerreros’ de fin de semana (más de 150 minutos de ejercicio moderado o más de 75 minutos de ejercicio intenso en una o dos sesiones de fin de semana), fue el 4% de la muestra. Finalmente, el cuarto grupo, de los regularmente activos (más de 150 minutos a la semana de ejercicio moderado o más de 75 minutos a la semana de ejercicio intenso por lo menos durante tres días a la semana), formaba el 11%.
Durante todo el tiempo de observación, se produjeron 8.802 muertes, de las cuales 2.780 se debieron a enfermedades del corazón y 2.526 por cáncer.
Los resultados demostraron que –en comparación con los participantes sedentarios– aquellos que hicieron cualquier tipo de ejercicio (insuficientemente activos, ‘guerreros’ de fin de semana
o regularmente activos) tuvieron menor posibilidad de morir, ya sea de enfermedad cardíaca o de cáncer.
Para ser más específicos –y resaltar a los ‘guerreros’ de fin de semana–, este grupo tuvo 30% menor posibilidad de morir por cualquier causa, 40% menor posibilidad de morir por enfermedades del corazón y 18% menor posibilidad de morir de cáncer que una persona sedentaria.
En otras palabras, este estudio demuestra que no es cierto que los que hacen ejercicios solo durante los fines de semana ponen en peligro su
vida. Al revés, la evidencia demuestra que eso es beneficioso para su salud. Ya un estudio previo –de la Universidad de Harvard y publicado en el 2004– había demostrado que había 41% menor mortalidad de los ‘guerreros’ de fin de semana, comparados con los sedentarios. ¿Cuál es el problema entonces?
Los participantes respondieron un cuestionario en el que detallaron la frecuencia de actividad física que practicaban, lo que permitió clasificarlos en cuatro grupos. El primero, de los sedentarios, constituyó el 63% de toda la muestra. El segundo, de los insuficientemente activos (menos de 150 minutos a la semana de ejercicio moderado o menos de 75 minutos a la semana de ejercicio intenso) fue el 22%. El tercero, de los ‘guerreros’ de fin de semana (más de 150 minutos de ejercicio moderado o más de 75 minutos de ejercicio intenso en una o dos sesiones de fin de semana), fue el 4% de la muestra. Finalmente, el cuarto grupo, de los regularmente activos (más de 150 minutos a la semana de ejercicio moderado o más de 75 minutos a la semana de ejercicio intenso por lo menos durante tres días a la semana), formaba el 11%.
Durante todo el tiempo de observación, se produjeron 8.802 muertes, de las cuales 2.780 se debieron a enfermedades del corazón y 2.526 por cáncer.
Los resultados demostraron que –en comparación con los participantes sedentarios– aquellos que hicieron cualquier tipo de ejercicio (insuficientemente activos, ‘guerreros’ de fin de semana
o regularmente activos) tuvieron menor posibilidad de morir, ya sea de enfermedad cardíaca o de cáncer.
Para ser más específicos –y resaltar a los ‘guerreros’ de fin de semana–, este grupo tuvo 30% menor posibilidad de morir por cualquier causa, 40% menor posibilidad de morir por enfermedades del corazón y 18% menor posibilidad de morir de cáncer que una persona sedentaria.
En otras palabras, este estudio demuestra que no es cierto que los que hacen ejercicios solo durante los fines de semana ponen en peligro su
vida. Al revés, la evidencia demuestra que eso es beneficioso para su salud. Ya un estudio previo –de la Universidad de Harvard y publicado en el 2004– había demostrado que había 41% menor mortalidad de los ‘guerreros’ de fin de semana, comparados con los sedentarios. ¿Cuál es el problema entonces?
--- Riesgos propios ---
El problema –y un hecho que puede explicar algunas muertes de ‘guerreros’ de fin de semana– es que mucha gente no tiene la buena costumbre de contar con un médico de cabecera, por lo que no tiene ni idea de cuál es su estado de salud. En otras palabras, muchas personas padecen de presión alta, arritmias cardíacas, malformaciones cardíacas congénitas, diabetes sin control, trastornos
glandulares u otras enfermedades que las vuelven susceptibles a presentar problemas durante el ejercicio intenso, sea este diario o de
fin de semana.
Si toda persona tuviera consultas preventivas anuales, en las que se identifiquen sus factores de riesgo –o características personales que
la predisponen a sufrir una enfermedad–, sería más fácil dosificar la intensidad del ejercicio que se debe practicar y prevenir la mayoría –no todos– de casos de muerte durante la actividad física.
Al respecto, la recomendación de que cada persona que desee hacer ejercicio deba hacerse un electrocardiograma, un ecocardiograma o una radiografía de pulmones es impráctica e innecesaria. Los exámenes auxiliares que necesita una persona deberán ser individualizados por el médico en la visita anual.
--- Corolario ---El problema –y un hecho que puede explicar algunas muertes de ‘guerreros’ de fin de semana– es que mucha gente no tiene la buena costumbre de contar con un médico de cabecera, por lo que no tiene ni idea de cuál es su estado de salud. En otras palabras, muchas personas padecen de presión alta, arritmias cardíacas, malformaciones cardíacas congénitas, diabetes sin control, trastornos
glandulares u otras enfermedades que las vuelven susceptibles a presentar problemas durante el ejercicio intenso, sea este diario o de
fin de semana.
Si toda persona tuviera consultas preventivas anuales, en las que se identifiquen sus factores de riesgo –o características personales que
la predisponen a sufrir una enfermedad–, sería más fácil dosificar la intensidad del ejercicio que se debe practicar y prevenir la mayoría –no todos– de casos de muerte durante la actividad física.
Al respecto, la recomendación de que cada persona que desee hacer ejercicio deba hacerse un electrocardiograma, un ecocardiograma o una radiografía de pulmones es impráctica e innecesaria. Los exámenes auxiliares que necesita una persona deberán ser individualizados por el médico en la visita anual.
No es raro que la ciencia demuestre que una situación que a simple vista parezca lógica y predecible sea errónea. Solo un estudio científico bien diseñado, adecuadamente conducido y con datos bien analizados, puede dar luz sobre un tema controversial. En el caso de los ejercicios de fin de semana, no es cierta entonces la creencia de que el que los hace está poniendo su vida en peligro; al revés, la evidencia demuestra que esta costumbre es beneficiosa. Lo malo es no saber cuál es el estado previo de nuestra salud y lanzarnos a la piscina sin saber si esta tiene agua.
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