Las cartas perdidas de los últimos años de Alan Turing
Una colección única de correspondencia del genial matemático británico ha sido encontrada en un antiguo archivador de un almacén de la Universidad de Mánchester. Los escritos reflejan su vida académica, sus avanzadas ideas científicas y algunas de sus tajantes opiniones
Una colección perdida de cartas del científico británico Alan Turing, padre de la computación y descifrador del código secreto de comunicaciones de los nazis (Enigma), ha sido encontrada en un antiguo archivador en un almacén de la Universidad de Mánchester, donde el matemático fue director de computación. La correspondencia, que no había visto la luz durante décadas, data desde principios de 1949 hasta la muerte del genio en junio de 1954.
En total hay 148 documentos, entre ellos una carta que contiene un borrador manuscrito de GCHQ, un programa de radio de la BBC sobre Inteligencia Artificial, y ofertas de conferencias de algunas de las universidades más famosas de Estados Unidos, como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
El expediente apenas refleja la azarosa vida personal de Turing. Condenado por «indecencia grave y perversión sexual» por ser homosexual, tuvo que someterse a un tratamiento hormonal que le provocó serias alteraciones físicas. Sumido en una profunda depresión, se suicidó a los 41 años. Además, el trabajo en Enigma era todavía alto secreto en ese tiempo y tampoco se menciona, con la excepción de una única misiva del director de GCHQ que hace alusión a la mansión de Bletchley Park, la famosa instalación del Servicio de Inteligencia Británico en la que Turing logró, casi en solitario, desentrañar el código nazi.
«Detesto América»
Pero las cartas dan una visión única de la vida cotidiana y de trabajo del matemático en el momento de esos acontecimientos. Además, los documentos también reflejan algunas de sus opiniones personales más directas, según explica la Universidad de Mánchester en un comunicado. Por ejemplo, su tajante respuesta a la invitación a llevar a cabo una conferencia en Estados Unidos en abril de 1953: «No me gustaría el viaje, y detesto América».
Los documentos fueron encontrados por el profesor Jim Miles de la Escuela de Ciencias de la Computación. Miles estaba reorganizando el almacén cuando descubrió un vulgar archivo de papel rojo que tenía escrito el nombre de Alan Turing.
«Cuando lo encontré pensé, 'no puede ser lo que creo que es', pero una inspección rápida demostró que sí, que era un archivo de viejas cartas y correspondencia de Turing. Estaba asombrado de que una cosa así permaneciera escondida durante tanto tiempo. Nadie que ahora trabaja en la Universidad sabía que existían (las cartas). Realmente fue un hallazgo emocionante y es un misterio por qué fueron archivadas», dice Miles.
La colección apareció en mayo de este año, pero ahora ha sido ordenada, catalogada y almacenada en la biblioteca de la universidad por el archivero, James Peters, y está disponible para los investigadores. «Es un hallazgo verdaderamente único. El material de archivo relacionado con Turing es extremadamente escaso, así que tener algo de su correspondencia académica es una incorporación bienvenida e importante», menciona. «Hay muy poco de la correspondencia personal, y no hay cartas de los miembros de la familia de Turing. Pero tenemos una visión muy interesante de sus prácticas de trabajo y vida académica mientras estaba en la universidad», añade.
Muchas de las cartas se centran en la investigación de Turing y su pensamiento avanzado y revolucionario en áreas como la Inteligencia Artificial, la informática y las matemáticas. «En su mayoría, las cartas confirman lo que ya se sabe sobre el trabajo de Alan Turing en Mánchester, pero añaden una dimensión extra a nuestra comprensión del hombre mismo y su investigación. Como hay tan poco sobre este período de su vida, esto es un hallazgo muy importante en ese contexto. Realmente no hay nada como esto», subraya Peters.
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