El país con mayor crecimiento económico de América Latina es el penúltimo de la región en inversión en Salud. Esta paradoja se refleja en la muerte en lo que va de año de 500 personas por neumonía, en la aparición de un rebrote de peste, en la prevalencia endémica de enfermedades como la tuberculosis y en altos índices de mortalidad materno-infantil, entre otros síntomas de la enfermedad que afecta al sistema de salud.
Con un 45% de la población sin cobertura médica, una infraestructura hospitalaria durante 30 años postergada y más de un 80% de los especialistas del país concentrados en tan sólo cuatro ciudades, la sanidad pública está "en coma", según diagnostica el Colegio Médico Peruano.
Un diagnóstico del que el Ministerio de Salud se defiende mostrando cifras como la del incremento en un 37% del presupuesto del sector respecto a 2009 e informando de la construcción de 26 nuevos hospitales y 146 centros de salud a pesar del contexto de la crisis financiera global. También con avances como la reducción de la mortalidad materna de 185 por cada 100.000 nacimientos a 103, apartando a Perú de los últimos puestos de Latinoamérica en este triste posición.
"Pero a pesar de la dinámica de nuestras acciones es difícil revertir una brecha de 30 años de desatención"; reconoce a ELMUNDO.es Carlos Acosta, Director de Salud de las Personas del Ministerio de Salud.
Una brecha que enferma a los bolsones de pobreza rural de las zonas alto andinas y la Amazonía. "En el interior del país no hay especialistas, no hay médicos y a veces tampoco enfermeras, tan sólo promotores de salud y parteras que atienden en pequeñas postas médicas sin equipamiento y sin antibióticos, por lo que la gente sobrevive con su medicina ancestral", describe Guido Maguiña, Decano del Colegio Médico.
El regreso de la peste
Las contradicciones del crecimiento económico tienen en el rebrote de peste en la región de La Libertad, en el norte del país, su muestra más dramática. Los cultivos agroindustriales, causantes del índice de 7% de crecimiento económico que vive este departamento, también lo han sido del regreso de la bacteria Yersinia Pestis.
La ampliación de la frontera agrícola y la práctica de quemar grandes extensiones de monocultivos de caña de azúcar durante la zafra han desplazado a las ratas, portadoras de la pulga que transmite la peste, hasta los pequeños centros poblados. El resultado: 3 personas fallecidas hasta el momento y 31 casos de peste registrados, 25 de ellos de peste bubónica, 2 de peste septicémica y 4 de peste neumónica, la más virulenta. Este último tipo de peste, al contrario de la bubónica que sólo se contagia a través de la picadura de una pulga infectada, se transmite de persona a persona.
"Esto rebrote es lamentable porque es un tema de falta de prevención que pasa por el control biológico y de vectores, que es una responsabilidad de todos los sectores del Estado, especialmente de las autoridades locales", admite Carlos Acosta, responsable de Salud de las Personas del Ministerio de Salud, quien informa de que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Instituto Pasteur de Madagascar están asesorando al Gobierno peruano en el manejo de esta epidemia.
Hasta el momento, se han desinfectado los poblados del área afectada y se han analizado a los roedores, haciendo énfasis en los puertos marítimos utilizados por la agro exportación, concluyendo que están libres de riesgo. "Hemos sido afortunados en este brote de peste", considera Acosta poniendo como ejemplo que durante el anterior rebrote, en 1994, murieron 35 personas de las más de 1000 que contrajeron la enfermedad.
Tuberculosis 'extremadamente resistente'
Perú, según datos oficiales, ocupa el segundo lugar en Latinoaméricaen casos de Tuberculosis (casi 35 mil, la mitad de ellos en Lima) y el cuarto lugar en el mundo de tuberculosis multidrogo resistente, una dramática variante que en su cuadro más crítico degenera en 'extremadamente resistente' y se convierte en terminal.
"No es que Perú tenga una epidemia de TBC multidrogo resistente sino que buscamos sincerar las cifras, ya que hasta 2002 la falta de equipos de diagnóstico impedía identificar este tipo de pacientes", explica Acosta. "Su prevalencia indica que no avanzamos en la mejora de nuestros indicadores de pobreza".
Aseguramiento universal a debate
Frente a esta situación de crisis, la sanidad pública ha entrado bajo el gobierno de Alan García en un "proceso de resucitación" que tiene en el aseguramiento universal su caballito de batalla.
Actualmente, el gasto en salud representa tan sólo un 4,7% de PBI del país, frente al 8% que es la media latinoamericana. Sin embargo, sin variar significativamente este presupuesto, Alan García promulgó en 2009 la Ley de Aseguramiento Universal, un avance calificado de positivo por los colegios médicos y las asociaciones de pacientes, pero también de inviable en este estado de las cosas.
"Creemos en el aseguramiento universal, pero en estas condiciones no porque es parcial, inconcreto e insostenible a largo plazo", denuncia Ciro Maguiña, Decano del Colegio Médico.
"Parece que en el tema del aseguramiento universal el Gobierno no ha logrado ponerse los pantalones largos", considera Mario Ríos, Coordinador Nacional de Foro Salud, un movimiento social que aglutina a organizaciones de pacientes y ONGs que trabajan por el derecho a la salud. Foro Salud explica que el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), que cubre el 65% de la carga de enfermedades, cuesta poco menos de 100 dólares por persona y año. Por lo tanto, como el Sistema Integral de Salud (SIS) tiene 12 millones de personas aseguradas, son necesarios 1200 millones de dólares. Sin embargo, el SIS sólo cuenta actualmente con 182, por lo que se avecina su colapso.
"En Perú hay dinero, pero no voluntad política para que se respete el derecho a la salud de las personas", opina Ríos en nombre de Foro Salud. "El actual aseguramiento universal es una ley con efecto electoral".
Frente a esta situación, el Ministerio de Salud ha informado a ELMUNDO.es que en septiembre planea promover una discusión nacional para sentar las bases de una ley de financiamiento del sistema sanitario.
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