domingo, agosto 29, 2010

RABIA

 
Rabia





Datos y cifras


  • La rabia tiene un amplia distribución mundial y causa más de 55 000 muertes al año, de las cuales aproximadamente un 95% se registran en África y Asia.
  • La mayoría de las muertes humanas se producen a consecuencia de mordeduras de perros, y un 30% a 60% de las víctimas de mordeduras de perros son menores de 15 años.
  • La limpieza de la herida y la inmunización según las recomendaciones de la OMS tan pronto como sea posible tras un contacto sospechoso con un animal permite prevenir la aparición de la rabia en prácticamente el 100% de las exposiciones.
  • Una vez que hayan aparecido síntomas y signos de rabia no hay tratamiento, y la enfermedad es casi siempre mortal.
  • La estrategia más costoeficaz para prevenir la rabia humana a nivel mundial consiste en eliminar la rabia canina a través de la vacunación de los animales.


La rabia es una enfermedad zoonótica (transmitida al ser humano por los animales) causada por un virus. El virus de la rabia infecta a animales domésticos y salvajes, y se propaga a las personas a través de un contacto estrecho con la saliva infectada (a través de mordeduras o arañazos). La enfermedad está presente en casi todos los continentes, pero la mayoría de las muertes humanas (más del 95%) se registran en África y Asia. Una vez que aparecen los síntomas, la enfermedad es mortal.

Manifestaciones clínicas

Las primeras manifestaciones de la rabia son de carácter pseudogripal (fiebre, cefaleas y fatiga); posteriormente se ven afectados el aparato respiratorio y los sistemas nervioso central y digestivo. En la fase crítica predominan los signos de hiperactividad (rabia furiosa) o parálisis (rabia muda). Ambas formas acaban progresando hacia la parálisis completa, seguida de coma y muerte en todos los casos, generalmente por insuficiencia respiratoria. Sin cuidados intensivos, la muerte se produce en los primeros siete días de la enfermedad.

Transmisión

Los perros siguen siendo los principales portadores de la rabia en África y Asia, y son los responsables de la mayoría de los casos humanos de rabia en todo el mundo. Los seres humanos suelen infectarse por mordeduras o arañazos de perros o gatos.
En los países desarrollados, la rabia persiste sobre todo en los animales salvajes. La enfermedad se transmite a los animales domésticos y al ser humano a través de la exposición a la saliva infectada. En los últimos años, la rabia de los murciélagos ha reaparecido como problema de salud pública en las Américas y en Europa. En 2003, en Sudamérica murieron por primera vez más personas de rabia por exposición a animales salvajes, sobre todo murciélagos, que a perros.
Los casos de rabia humana tras la exposición a zorros, mapaches, mofetas, chacales y lobos salvajes son muy raros. Aunque es raro, el ganado, los caballos y los ciervos también pueden infectarse y transmitir el virus a otros animales o al ser humano.

¿Quiénes corren mayor riesgo?

Las personas con más riesgo de contraer la rabia viven en zonas rurales de África y Asia. Se calcula que cada año mueren de rabia de origen canino unas 31 000 personas en Asia y 24 000 en África. Se administran más de 14 millones de tratamientos para prevenir la aparición de la enfermedad tras la exposición a perros. La carga económica de la rabia en los países en desarrollo es muy elevada. El costo medio de la inmunización antirrábica tras una mordedura animal sospechosa es de US$ 40 en África y US$ 49 en Asia. Este tratamiento posexposición supone una importante carga económica para la mayoría de los hogares en países donde el salario medio es de aproximadamente US$ 1 a US$ 2 por persona y día.
Los pobres, y en especial los niños, son quienes corren mayor riesgo de sufrir rabia de origen canino. Aproximadamente un 30% a 60% de las víctimas de mordeduras de perros (el principal modo de transmisión del virus) son menores de 15 años. Los niños suelen jugar con animales y es menos probable que comuniquen que han sido mordidos o arañados.
En zonas donde la rabia no es rara, los profesionales expuestos frecuentemente a animales (los veterinarios, por ejemplo), o que pasan mucho tiempo al aire libre (naturalistas o investigadores), sobre todo en zonas rurales, deben vacunarse de forma preventiva. Lo mismo vale para los viajeros y senderistas que visiten zonas donde abunden los murciélagos.

Tratamiento posexposición

La limpieza de la herida y la inmunización según las recomendaciones de la OMS tan pronto como sea posible tras un contacto sospechoso con un animal permite prevenir la aparición de la rabia en prácticamente el 100% de las exposiciones. El tratamiento recomendado para prevenir la rabia depende del tipo de contacto:

  • Tipo I: persona con piel intacta que haya tocado o alimentado animales sospechosos.
  • Tipo II: persona con piel no intacta que haya sido lamida por animal sospechoso o contacto que haya producido pequeños arañazos, pero sin pérdida de sangre.
  • Tipo III: persona que haya sufrido una o más mordeduras o arañazos, lametones en piel no intacta u otros contactos que interrumpan la continuidad de la piel, o que haya estado expuesta a murciélagos.
El tratamiento profiláctico de la rabia tras la exposición incluye la limpieza y desinfección de la herida o punto de contacto, seguida de la inmunización antirrábica lo antes posible en caso de exposición de tipo II o III. En caso de contacto de tipo III y en personas con sistema inmunitario debilitado deben administrarse inmunoglobulinas (anticuerpos) antirrábicas.
En caso de exposición humana a animales sospechosos debe intentarse identificar, capturar o sacrificar inmediatamente el animal implicado. El tratamiento posexposición debe comenzar inmediatamente y sólo debe detenerse si el animal es un perro o un gato que siga estando sano al cabo de 10 días. Los animales sacrificados o que hayan muerto deben ser sometidos a pruebas de detección del virus, y los resultados deben enviarse a los servicios veterinarios y de salud pública competentes para que la situación en la zona esté bien documentada.

Más información sobre la inmunización

La guía de la OMS sobre inmunización antirrábica profiláctica tiene por objetivo garantizar que se administre un tratamiento eficaz y potente, incluso en lugares donde haya escasez de vacunas, como suele ser el caso en muchos países en desarrollo. Hay estrategias de vacunación alternativas, más económicas, que han tenido éxito en países en desarrollo donde la financiación y el suministro de las vacunas son limitados. El personal sanitario debe conocer bien las técnicas y las vacunas deben almacenarse adecuadamente para que sean eficaces.
Las vacunas a base de inmunoglobulinas (anticuerpos) antirrábicas, recomendadas en casos de exposición de tipo III y en pacientes inmunodeprimidos, son caras y pueden escasear o no estar disponibles en la mayoría de los países en desarrollo. La inmunoglobulina antirrábica equina purificada constituye, como mínimo, una solución parcial a los problemas actuales de escasez y elevado costo de las inmunoglobulinas humanas en los países en desarrollo.

Prevención

Hay vacunas seguras y eficaces para prevenir la rabia en los animales y en el ser humano antes y después de exposiciones sospechosas. La vacunación de los animales domésticos (principalmente los perros) y salvajes (zorros y mapaches, por ejemplo) ha reducido la frecuencia de la enfermedad en varios países desarrollados y en desarrollo. Sin embargo, el aumento reciente de las muertes humanas por rabia en Sudamérica y zonas de África y Asia demuestra que la rabia está resurgiendo como problema grave de salud pública.
La estrategia más costoeficaz para prevenir la rabia humana consiste en eliminar la rabia canina mediante la vacunación de los animales. El desconocimiento de la eficacia y viabilidad de esta estrategia profiláctica dificulta la eliminación de los casos humanos. Tal como se ha demostrado en varios países (entre ellos el Japón y Malasia), la eliminación de la rabia en el perro puede llevar a la eliminación de la transmisión al ser humano y a otros animales. La prevención de la rabia humana a través del control de la rabia de los perros domésticos es un objetivo realista en la mayor parte de África y Asia.
La prevención de la rabia human debe ser un esfuerzo comunitario en el que participen los servicios veterinarios y de salud pública. Las actividades de eliminación de la rabia centradas en la vacunación masiva de los perros están justificadas económicamente por los ahorros futuros en tratamientos profilácticos posexposición de las personas.
Para más información puede ponerse en contacto con:
WHO Media centre
Teléfono: +41 22 791 2222
E-mail: mediainquiries@who.int

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