A pesar de que han sido aceptadas sin cuestionamientos por los gobiernos y las autoridades sanitarias, no hay evidencia de que muchas aplicaciones informáticas y digitales de e-salud realmente sirvan para mejorar el cuidado de la salud.
Ésa es la conclusión de un estudio llevado a cabo por científicos en el Reino Unido.
Según los investigadores del Imperial College de Londres y las universidades de Edimburgo, Escocia y de Manchester, Inglaterra, "hay una amplia brecha entre los beneficios postulados de las llamadas tecnologías de e-Salud y sus beneficios empíricamente demostrados".
El estudio, publicado en Public Libray of Science (PLoS) (Biblioteca Pública de Ciencia), señala además que no se han llevado a cabo suficientes investigaciones sobre los riesgos de estas aplicaciones y a pesar de su costo "verdaderamente considerable" hasta ahora no se ha demostrado su efectividad.
e-Salud
La tecnología de e-Salud se refiere al uso de las soluciones digitales y la tecnología de la información para mejorar la calidad y seguridad de la asistencia y los servicios de la salud.
Ésta incluye: historiales médicos electrónicos, telemedicina (consulta a distancia), archivo digital de imágenes médicas de análisis y pruebas, formulario computarizado de solicitud del médico (para análisis, radiografías o remitir al paciente al especialista), prescripción electrónica, asistencia médica virtual (por computadora, teléfono móvil, etc.), entre otras.
En años recientes, todas estas aplicaciones electrónicas han sido ampliamente promocionadas por las autoridades sanitarias y aceptadas sin cuestionamientos en la mayoría de los servicios nacionales de salud.
Estas iniciativas están siendo establecidas en varias partes del mundo y ofrecen una oportunidad sin paralelo no sólo para mejorar los sistemas de asistencia a la salud sino para aprender cómo implementar, o cómo no hacerlo, los programas de e-Salud
Prof. Aziz Sheikh
Por ejemplo, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) comisionó recientemente un proyecto llamado NHS Connecting for Health (Conexiones para la Salud), para establecer un registro electrónico de historiales médicos de pacientes en Inglaterra y "conectar" a 30.000 médicos generales a 300 hospitales para intercambio de información sobre pacientes.
El proyecto, uno de los más ambiciosos de e-Salud en el mundo, tiene un costo de US$20,500 millones de dólares.
Y un programa similar está siendo llevado a cabo en Estados Unidos.
En el estudio, el profesor Aziz Sheikh, del Centro para las Ciencias de la Salud de la Población de la Universidad de Edimburgo, analizó las investigaciones sobre e-Salud publicadas entre 1997 y 2010.
Se seleccionaron 53 estudios que se centraban en el impacto de estas aplicaciones en la calidad de la asistencia a la salud y otros 55 estudios que ofrecían información suplementaria sobre estas intervenciones.
Los científicos encontraron que la evidencia sobre los beneficios de la e-Salud era "débil e inconsistente" y además hay pruebas "insustanciales" de que realmente sean rentables.
También descubrieron que la introducción de estas aplicaciones en los servicios de salud puede generar nuevos riesgos.
Mucha dependencia
"Por ejemplo -dice el estudio- algunos médicos se han vuelto demasiado dependientes de los sistemas de prescripción electrónica para tomar sus decisiones clínicas", lo cual podría resultar en un mal desempeño del profesional, aseguran.
Los expertos afirman que, como ha ocurrido en todos los campos de investigación, es indudable que la tecnología electrónica y digital ha facilitado y mejorado varios aspectos de la asistencia sanitaria.
Por ejemplo, el acceso, la consulta e intercambio de información entre diversos profesionales médicos sobre los datos clínicos de pacientes o la accesibilidad a imágenes e información de diagnóstico en lugares remotos.
Sin embargo, agregan, muchas de las afirmaciones sobre los potenciales beneficios clínicos que se han hecho sobre las tecnologías de e-Salud más utilizadas no han sido comprobadas con evidencia empírica.
Y además, en vista de que muchos países de altos, medianos y bajos ingresos ya han establecido proyectos de e-Salud a un costo considerable es urgente obtener evidencia sobre su rentabilidad.
Los autores concluyen que "es vital que las futuras tecnologías de e-Salud sean evaluadas en un marco de medidas establecidas, idealmente en todas las etapas del ciclo de vida de cada tecnología".
"Estas iniciativas están siendo establecidas en varias partes del mundo y ofrecen una oportunidad sin paralelo no sólo para mejorar los sistemas de asistencia a la salud sino para aprender cómo implementar, o cómo no hacerlo, los programas de e-Salud y cómo refinarlos una vez que ya han sido introducidos", dicen los investigadores.
El profesor Sheikh y su equipo llevarán a cabo durante los próximos tres años un análisis sobre el impacto del cuidado médico a larga distancia y la informática en la salud del consumidor.
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