Los estudios en el pasado habían revelado que las personas con sobrepeso y cintura grande, con una mayor acumulación de grasa en esa zona corporal, eran las que tenían más riesgo de sufrir un infarto y derrame cerebral.
Ahora, sin embargo, una nueva investigación pone en duda esa afirmación e indica que toda la grasa corporal, sin importar donde esté acumulada, es perjudicial para el corazón.
El estudio internacional, publicado en la revista The Lancet, fue llevado a cabo por un consorcio de 200 científicos en 17 países y coordinado por investigadores de la Universidad de Cambridge, Inglaterra.
Estudios en el pasado habían encontrado que las personas con "cuerpo de manzana", aquéllas cuyos depósitos de grasa se concentraban en la cintura, tenían tres veces más riesgo de sufrir un infarto o derrame que aquellos con una distribución más general de grasa.
La nueva investigación expresa que el sobrepeso es uno de los riesgos más importantes de enfermedad cardiovascular, pero de igual importancia son los niveles de colesterol en la sangre y la medición de la presión arterial.
Obesidad "central" y "general"
Según los investigadores, hay mucha confusión sobre la mejor forma de medir la obesidad. Y hasta ahora los estudios han utilizado distintos métodos para analizar su riesgo.
Por ejemplo, las investigaciones que hablan de "obesidad central" (o cuerpo de manzana), medían la proporción entre las circunferencias de cintura y cadera, mientras que la "obesidad general" se mide en función del Índice de Masa Corporal (IMC), que es la proporción entre peso y altura.
Otros sugerían que había que centrarse únicamente en la medición de la cintura.
Según los investigadores, todos esos estudios tienen "grandes limitaciones en su diseño".
El nuevo estudio siguió a más de 220.000 personas durante 10 años. Y durante ese período 14.000 sufrieron un infarto o derrame.
Ninguna de las mediciones corporales, ya sean utilizadas solas o combinadas, mejora la predicción de riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente cuando se tiene información adicional disponible como la presión arterial sistólica o su historia de diabetes o lípidos
Prof. John Danesh
Los científicos descubrieron que los datos confirmaban que la obesidad era uno de los principales determinantes de la enfermedad cardiovascular.
"Pero tanto el IMC, la circunferencia de la cintura y la proporción de cintura a cadera tuvieron un impacto similar en el riesgo de subsecuentes infartos o derrames cerebrales", afirman los autores.
Tal como señala el profesor John Danesh, quien dirigió la investigación, "ninguna de las mediciones corporales, ya sean utilizadas solas o combinadas, mejora la predicción de riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente cuando se tiene información adicional disponible como la presión arterial sistólica o su historia de diabetes o lípidos".
Es decir, la obesidad, como quiera que sea medida, no debe ser el único factor de riesgo que los médicos generales deben tener en cuenta.
"El estudio demuestra el valor de medir los niveles de presión arterial y de colesterol en la sangre", dice Danesh.
"Aunque este hallazgo, por supuesto, no disminuye la importancia de la adiposidad como uno de los principales determinantes, que pueden modificarse, de la enfermedad cardiovascular", agrega.
Y otros expertos subrayan que no se debe olvidar que, además del riesgo cardiovascular, la obesidad también conduce a otras enfermedades.
"Cerca de 60% de los casos de diabetes tipo 2 y 20% de los casos de enfermedad del corazón son atribuibles al exceso de grasa corporal", señala Stephen Holgate, del Consejo de Investigación Médica del Reino Unido.
"Y seis tipos de cáncer también están vinculados a la obesidad", añade.
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