Ni la sonrisa de George Clooney ni los pectorales de Cristiano Ronaldo. No hacen falta semejantes atributos para resultar atractivo, según un estudio publicado en la revista Biological Sciences de la British Royal Society. El secreto para atraer a las mujeres se encuentra... en un dedo. Aunque ellas no sean conscientes. Al parecer, y siempre según esta investigación, cuanto más largo es el dedo anular de un hombre en comparación con el índice, más probabilidades tiene de ser considerado atractivo por una mujer. Los varones que están leyendo este artículo pueden comenzar a mirarse las manos, si es que no lo han hecho ya.
La investigación revela los complejos vínculos entre la exposición fetal a las hormonas masculinas, el desarrollo de ciertos rasgos físicos y cómo estos excitan al sexo opuesto. Estudios anteriores ya habían demostrado que la proporción de tamaño entre los dedos cuarto y segundo, sobre todo de la mano derecha, es un indicador fiable de la medida en la que fue expuesto un hombre a la testosterona mientras se todavía encontraba en el útero, durante la etapa de la gestación. Cuanto más grande es la brecha entre un dedo anular más largo y un índice más corto, mayor será el impacto probable de la hormona.
Para el nuevo estudio, los científicos, dirigidos por Camille Ferdenzi de la Universidad de Ginebra, diseñaron un experimento para averiguar si las mujeres se sienten atraídas por los indicios de altos niveles de testosterona en los hombres -una cara simétrica, una voz más profunda, un olor particular del cuerpo-, quienes tienen esta configuración más «masculina» de los dedos.
Algodones con sudor masculino
En el estudio participaron más de 80 estudiantes universitarias de entre 18 y 34 años, a las que se les mostró las fotos de 49 hombres de edades similares, y se les pidió que evaluaran la masculinidad y el atractivo de los sujetos. Pequeños grupos de mujeres escucharon las grabaciones de las voces masculinas y olfatearon muestras de su olor corporal, tomadas de discos de algodón que los voluntarios habían sostenido bajo el brazo durante 24 horas.
El objetivo era entender qué es lo que hace que un hombre sea atractivo, y si al menos alguna de esas cualidades fueron obtenidas, en parte, cuando tan solo era un feto.
Para la prueba visual, los resultados fueron inequívocos. "Cuanto más largo era el dedo anular en comparación con el índice -es decir, cuanto mayor fue la exposición a la testosterona durante el desarrollo fetal- más atractiva fue calificada su cara», explica Ferdenzi. "También encontramos que el atractivo y la simetría de la cara están altamente correlacionados."
Riesgo de cáncer de próstata
Esta preferencia podría haber evolucionado para mejorar las oportunidades de una mujer de tener éxito reproductivo apareándose con un compañero más viril. Sorprendentemente, sin embargo, las mujeres no siempre calificaron de «masculinos» a los los mismos hombres. Una de las razones, especulan los investigadores, puede ser que la voz y el olor corporal son más dependientes de las fluctuaciones de los niveles de testosterona de los varones en su vida adulta que la testosterona prenatal.
La relación dedo anular-índice también ha demostrado ser un indicador útil para medir el riesgo de cáncer de próstata, igualmente ligado a los altos niveles de testosterona. Otros estudios también han encontrado un vínculo entre la exposición a las hormonas antes del nacimiento y el desarrollo de otras enfermedades, incluyendo el cáncer de mama y la osteoartritis.
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