1.- Piensa diferente. Think different
No se deje llevar, estimado lector, por el espesor del libro. 707 páginas más agradecimientos, bibliografía y notas, se leen con la pasión de quien descubre que el genio detrás de su Mac, iPod, iPad, iPhone, iTunes, Toy Story, entre otros, tiene una historia que trasciende su tiempo y circunstancia.
Ríos de tinta han corrido desde la muerte de Jobs, tratando de contar su historia y las lecciones que todos podemos aprender de su vida y de su obra, sin embargo, Steve Jobs acudió en persona a solicitar al autor de“Einstein, su vida y su universo” (Debate, 2008), Walter Isaacson, que escribiera la historia de su vida y el trabajo final es un maravilloso y aleccionador documento que muestra el retrato definitivo de uno de los iconos indiscutibles de nuestro tiempo.
Tal vez Isaacson, que conoció a Jobs desde los tiempos en los que se desempeñaba como presidente de la CNN y director ejecutivo de la revista TIME, tuvo la posibilidad de identificar más de una coincidencia entre Einstein y Jobs. Guardando las proporciones, ambos creían en el pensamiento desde los márgenes de la modernidad. Uno afirmó “¿Cómo piensas conseguir resultados diferentes si continúas haciendo las mismas cosas de la misma forma todo el tiempo?” y el otro creó un logo legendario al que adosó un lema épico que es considerado ahora uno de los signos de nuestro tiempo: “Piensa diferente”.
2.- En el diseño, como en la vida, menos es más
El axioma “Menos es más” en campos tan distintos como la moda o la arquitectura, rigió el modus vivendi y operandi de Steve Jobs.
Isaacson afirma que la inspiración primigenia de Jobs fue la casa donde vivió su infancia en Mountain View, California, diseñada conforme el patrón de uno de los cuatro padres de la arquitectura contemporánea, Frank Lloyd Right. Líneas sencillas pero firmes, la función antes que la forma y el orden y la simplicidad ante todo.
Es común que el ojo inexperto juzgue un diseño de líneas puras como los de Jobs o Lloyd Right, como “simples”, cuando detrás de esa aparente sencillez, hay horas de trabajo que consiguen fusionar forma y función en un paroxismo estético alejado de cualquier cosa “bonita” o “mona” que frivolice la esencia del producto final.
En el contexto de la biografía que Isaacson realiza del genio, aparecen revelaciones interesantes al respecto. Mire usted.
3.- Nuevas narrativas para el siglo XXI
Las parcelas en las que está dividido el conocimiento, cada vez operan menos en la vida real. Son necesarios nuevos horizontes desde los cuales abordar los retos que permean la cotidianeidad, imaginación para trazar planes y metas y pasión y compromiso para concretar todo lo anterior. Jobs le contó a Isaacson:
“Siempre me sentí atraído por la rama de las humanidades cuando era pequeño, pero me gustaba la electrónica –comentó-. Entonces leí algo que había dicho uno de mis hérores, Edwin Land, de Polaroid, acerca de la importancia de la gente capaz de mantenerse en el cruce entre las humanidades y las ciencias, y decidí que eso era lo que yo quería hacer”
4.- Origen no es destino
Steve Jobs supo que era adoptado desde una edad muy temprana. “Mis padres siempre fueron muy abiertos conmigo al respecto”, relató. Tenía muy claro estar sentado en el jardín de su casa, con seis o siete años y de contárselo a la chica que vivía en la casa de enfrente “¿entonces eso significa que tus padres de verdad no te querían?” preguntó la chica “¡Oooooh! Se me llenó la cabeza de truenos –cuenta Jobs-. Recuerdo que entré corriendo y llorando en casa. Mis padres me dijeron: “No, tienes que entenderlo”. Estaban muy serios y me miraron fijamente a los ojos. Añadieron: “Te elegimos a ti en concreto”. Los dos lo dijeron y me lo repitieron lentamente. Y pusieron gran énfasis en cada una de las palabras de esa frase”
Abandonado. Elegido. Especial. Esos conceptos pasaron a formar parte de la identidad de Jobs y de la forma en la que se veía a sí mismo.
5.- Dios siempre estuvo allí
Un día, la profesora de cuarto grado le preguntó: “¿Qué es lo que no entiendes sobre el universo?” y Jobs contestó: “No entiendo por qué de pronto mi padre no tiene nada de dinero”.
En el legendario discurso que pronunció en Stanford[i], Jobs sostuvo que la vida estaba llena de lo que llamó “connected dots” (puntos conectados) que entendidos por separado no tenían sentido, pero analizados en perspectiva cobraban especial relevancia, por ejemplo, su afición a la caligrafía y cómo este hecho contribuyó a que la computadora Apple tuviera los tipos de fuente más hermosos en el mercado (posteriormente copiados por Microsoft).
Dice Isaacson que una tarde soleada en que no se encontraba demasiado bien, Jobs estaba sentado en el jardín trasero de su casa y reflexionó sobre la muerte.
Habló acerca de sus experiencias en la India de casi cuatro décadas atrás, su estudio del budismo y sus opiniones sobre la reencarnación y la trascendencia espiritual. “Creo en Dios aproximadamente al cincuenta por ciento – afirmó -. Durante la mayor parte de mi vida, he sentido que debía de haber algo más en nuestra existencia de lo que se aprecia a simple vista”
Reconoció que, a medida que se enfrentaba a la muerte, podía estar exagerando aquella posibilidad motivado por un deseo de creer en una vida más allá de esta. “me gusta pensar que hay algo que sobrevive después de morir – comentó- . Resulta extraño pensar que puedas acumular toda esa experiencia y tal vez algo de sabiduría, y que simplemente desaparezca, así que quiero creer que hay algo que sobrevive, que a lo mejor tu conciencia resiste”
Se quedó callado durante un buen rato.
“Pero por otra parte, a lo mejor es como un botón de encendido y apagado –añadió- ¡Clic! Y ya no estás”
Entonces hizo de nuevo una pausa y sonrió levemente. “A lo mejor por eso nunca me gustó poner botones de encendido y apagado en los aparatos de Apple”
Hitchens y Jobs son para mí, estimado lector, dos grandes ejemplos de cómo los caminos del Señor son inescrutables. “¿spoiled brats?” ¿niños consentidos? Tal vez….
La lección final
La pérdida no es tal si al hacerlo usted aprendió la lección y esta experiencia se convierte en un trampolín para su vida, estimado lector. Jobs usó sus fracasos como leña para la locomotora de su genio. En el balance final, sostuvo:
“(…)En ese entonces no lo entendí, pero sucedió que ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de ser exitoso fue reemplazada por la liviandad de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, comencé una compañía llamada NeXT, otra compañía llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por computadora, Toy Story, y ahora es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple.Además, con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones, la vida te golpeará con un martillo en la cabeza: NO PIERDAS LA FE”
Lo mejor para el 2012 y siempre, estimado lector.
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