La Gran Manzana se queda sin gaseosas gigantes
Hace 1 h 21 min
Nueva York se convirtió en la
primera ciudad en imponer un límite al tamaño de las bebidas gaseosas,
una polémica medida promovida por el alcalde Michael Bloomberg como
mecanismo para luchar contra el problema de la obesidad.
El Consejo de Salud neoyorquino aprobó la
iniciativa, considerada por los funcionarios de la alcaldía como
"histórica", pero cuestionada como "discriminatoria" por parte de la
industria de bebidas."Si quiere tener una vida más larga y más saludable que la media del país, venga a vivir a Nueva York", anunciaba recientemente orgulloso Bloomberg al destacar que la esperanza de vida es un año y medio más que en el resto de Estados Unidos.
Pero no todos están de acuerdo con esta "cruzada saludable" para beneficiar a la población, ni la industria de bebidas -la potencial afectada- hasta muchos ciudadanos -los potenciales beneficiarios.
Cruzada saludable
Desde que llegó a la alcaldía en el año 2002, Bloomberg prohibió fumar en parques o playas, que las comidas tengan grasas trans y exigió a las cadenas de restaurantes poner a la vista el conteo de calorías de sus productos.Su propuesta más polémica hasta ahora ha sido la prohibir las bebidas gaseosas de más de 473 ml en restaurantes, cines, bodegas y estadios deportivos.
La más reciente: obligar a los hospitales a esconder la fórmula artificial a las madres que acaban de dar a luz como una manera de promover la lactancia materna.
Casi todas estas medidas se han adoptado sin demasiadas consultas a la ciudadanía, aprobadas por comisiones del Ayuntamiento controladas por personas que comparten la filosofía del alcalde.
Memoria corta
Según dijo James Colgrove, profesor de Ciencias Sociomédicas de la universidad de Columbia las medidas de Bloomberg suelen ser polémicas pero una vez que se aplican, la gente se olvida de ellas."La prohibición de las bebidas azucaradas es muy impopular porque mucha gente las toma. Pero no creo que haya disturbios callejeros por ello", bromea Colgrove.
"Bloomberg ha sido muy agresivo a la hora de utilizar la ley para avanzar en objetivos de salud pública. Ha sido bastante radical y los neoyorquinos han tenido más oportunidades que otros ciudadanos para acostumbrarse a que sea el gobierno el que tome este tipo de medidas".
Algunos neoyorquinos consultados aleatoriamente por BBC Mundo dijeron reconocer que la obesidad es un problema muy grave pero se muestran divididos sobre la intervención directa del ayuntamiento en su estilo de vida.
"¿Por qué no poner leyes en marcha que ayuden a la gente que a veces no son capaces de cuidarse de sí mismos a la hora de comer, y de tomar el control de sus dietas o sus hábitos de salud?, Me parece bien que se pongan leyes." dijo Damaris Bartholomew, una joven que trabaja en un puesto de venta de comidas.
"En Nueva York no todo el mundo puede comprar la comida saludable que quiere imponer el alcalde", afirmó Juan Luciano quien comparte la advertencia que hacen algunos de que comer sano puede ser caro y por tanto un problema en las zonas con ingresos más bajos de la ciudad.
Cuestión de salud pública
El profesor Colgrove destaca que Nueva York por ser una ciudad tan poblada con problemas de salud masivos, fue pionera en el siglo XIX en iniciativas de salud pública.El alcalde afirma que no les ha quitado derechos a los ciudadanos y argumenta que las enfermedades relacionadas con la obesidad le cuestan a la ciudad US$ 4.000 millones y que por tanto tiene derecho a legislar sobre un problema público que afecta a las cuentas municipales
"Es inmoral que el alcalde pueda legislar el estilo de vida, es una dictadura"
Diana Reyna
"Es inmoral que el alcalde pueda legislar el estilo de vida, es una dictadura. Si el alcalde quiere hacer un impacto en la obesidad, que ponga atención a la falta de educación física en las escuelas públicas, en la falta de parques", dijo Reyna a BBC Mundo.
Reyna asegura haber realizado varias visitas por el distrito de Brooklyn que representa para conocer el impacto de la prohibición de las bebidas azucaradas en los negocios locales.
"El ayuntamiento tiene que consultar a la comunidad sobre cómo hacer frente a la obesidad, el periodo de consultas que hay antes de que se aprueban las medidas es sólo una fachada, no se consulta", destacó Reyna.
El periódico The New York Times, en su blog sobre la ciudad, recientemente preguntó a los lectores: ¿Qué más debería prohibir el alcalde?
Las cientos de respuestas recibidas fueron tan variadas como la ciudad, pero muchos respaldaron la idea que dejó alguien identificado en foro del medio como "Janes": "Que prohíba prohibir".
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