El peligro de vacunar contra la polio en Pakistán
M Ilyas Khan
BBC
Miércoles, 19 de diciembre de 2012
Al menos siete trabajadores de la salud que participaban en una campaña de vacunación contra la polio en Pakistán fueron asesinados en las últimas 48 horas, lo que obligó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a suspender la iniciativa.
Por el momento nadie se ha atribuido la autoría de los asesinatos, aunque grupos relacionados con el Talibán habían lanzado amenazas contra la campaña.
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Cada dos meses, miles de trabajadores de la salud salen a las calles de pueblos y ciudades de Pakistán para inmunizar a millones de niños contra la polio, incluso si, como demuestran los últimos asesinatos, su labor cada vez es más peligrosa.
Pakistán es uno de los tres países en el mundo en el que la polio -una enfermedad contagiosa que afecta principalmente al sistema nervioso- es endémica.
Ahora existe el riesgo de que esta afección se propague a áreas donde se había conseguido erradicar, ya que grupos extremistas que cuentan con una gran influencia en amplias zonas del país, sobre todo en el noroeste, se oponen a la campaña.
La OMS lanzó su campaña de erradicación de la polio en Pakistán en 1994.
La organización da el soporte técnico y económico, mientras que los departamentos de salud provinciales proporcionan los trabajadores que realizan las tareas de campo.
En sus primeros diez años, la campaña logró grandes avances y en 2005 la incidencia de la polio llegó a su punto más bajo, con tan solo 28 casos registrados.
Sermones radiofónicos
Pero ese año también fue en el que nació la llamada Radio Mullah, una cadena de FM dirigida por Maulana Fazlullah, quien acabaría convirtiéndose en el líder del Talibán en el distrito de Swat, en el noroeste de país.
Fazlullah fue el primer clérigo que usó sus sermones radiofónicos para atacar las campañas de inmunización contra la polio, asegurando que son una conspiración de Estados Unidos para esterilizar a los niños paquistaníes y así controlar el crecimiento de la población musulmana.
Esos sermones generaron gran controversia en Swat y se les atrubuyó ser los instigadores de los primeros ataques contra trabajadores de la salud en comunidades locales.
Luego otros clérigos empezaron a utilizar canales de radio FM para lanzar ataques similares.
En un año, desde más de media docena de radios en la región tribal del noroeste de Pakistán se vertían ataques contra las campañas contra la polio, lo que empezó a dificultar la tarea de los trabajadores que las llevan a cabo.
Con el tiempo, ciertos grupos religiosos empezaron a propagar otros motivos para oponerse a las campañas, como que potencias extranjeras utilizan a los vacunadores para espiar en las comunidades locales.
Este argumento tomó fuerza cuando se acusó a un médico paquistaní de llevar a cabo una campaña de vacunación falsa ayudado por la CIA estadounidense para localizar al exlíder de al Qaeda Osama bin Laden en Abbottabad.
En los últimos cinco años, trabajadores de la salud han sido atacados en algunas comunidades locales y en ciertos casos han sido secuestrados y asesinados por grupos organizados.
Además, a principios de este año, los grupos militantes que controlan la región tribal de Waziristán, se negaron a aceptar la vacunación de los niños, en lo que fue la primera prohibición extraoficial en toda una región.
Casos en aumento
Las autoridades sanitarias de Waziristán querían vacunar a cerca de 250.000 niños.
Por eso, la incidencia de la polio ha ido en aumento en Pakistán, alcanzando 198 casos en 2011, la mayoría en el noroeste del país.
Según el departamento provincial de salud de Peshawar, 45 de los 56 casos reportados en 2012 se dieron en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa y en la región tribal vecina.
Mientras, las autoridades en Pakistán aseguran que la incidencia de la polio en el país ha aumentado por una epidemia de la enfermedad en el vecino Afganistán y a un reciente brote en China.
También existen temores de que una cepa del virus que causa la polio pueda cruzar a India, país en el que, por el momento, no se ha informado de ningún caso este año.
Puede que la hostilidad de los grupos religiosos y militantes no sea el único impedimento para la erradicación de la polio en Pakistán.
Los trabajos de inmunización se han visto también afectados por algunas campañas militares y por las grandes inundaciones que han afectado ciertas áreas del país en los últimos dos años, cortando las vías de comunicación durante largos periodos de tiempo.
Pero la influencia de grupos militantes ha sido un factor importante y, como demuestran las últimas muertes, ahora son francotiradores contratados por esos grupos los que atacan a los trabajadores de salud.
En los próximos días, quizás muchas de las 80.000 personas que participan en Pakistán en las campañas de inmunización se pregunten, por muy necesitados que estén, si vale correr el riesgo de perder la vida por las 1.500 rupias (US$15) que se les paga por tres días de trabajo.
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