Dengue, KPC y coronavirus: tres historias sobre microbios
Las noticias de virus de rápida expansión y de superbacterias han poblado los medios de comunicación. Analicemos estos casos
En las últimas semanas se han difundido en el Perú tres historias centradas en los microbios. La primera es la referida al COVID-19, enfermedad que está causando estragos en ciertas regiones de China. La segunda tiene que ver con el contagio de una bacteria tipo KPC –que posee una resistencia a antibióticos– en algunos ambientes del hospital Cayetano Heredia en Lima. La tercera está relacionada a la reaparición del dengue, virus que está causando miles de casos y más de una decena de muertes en varios departamentos del país.
Diferencias entre virus y bacteria
Confundir un virus con una bacteria es como confundir un caramelo con un gato. El primero –al igual que el caramelo– es una entidad inerte, inanimada. El segundo –como el gato– es un ser vivo, que se alimenta, crece, se reproduce y muere. Los biólogos argüirán que este microorganismo es unicelular, mientras que el gato es multicelular, pero ese es otro asunto. El concepto que deseo transmitir con la comparación es que gatos y bacterias son seres vivos independientes.
Un caramelo solo cobra relevancia –y cumple con el objetivo para el cual fue creado– cuando se lo pone en la boca, se disuelve y libera el azúcar que contiene. Del mismo modo, el virus es una molécula inerte de ácido nucleico (ARN o ADN) que está rodeada (protegida) por una cubierta llamada “cápside”, compuesta de azúcares y proteínas. Un virus se vuelve un problema real –y consuma su propósito de existencia– cuando ingresa a un ser vivo, toma por asalto su sistema reproductivo celular, se multiplica y causa enfermedad en el proceso.
La bacteria –como mencionamos anteriormente– es un ser vivo que tiene metabolismo propio y vive por sí sola en el agua, la tierra y dentro de animales, incluidos seres humanos. Y, durante su vida, va causando enfermedad, aunque en algunos pocos casos.
Pero la importancia de saber esa diferencia va más allá de un simple hecho de cultura general. La aplicación práctica de ese conocimiento es que los antibióticos solo son efectivos contra las bacterias, no contra los virus; estos últimos no tienen remedio específico. Las infecciones virales no se curan con antibióticos; estos fármacos solo son efectivos contra las infecciones bacterianas. La gran mayoría de medicamentos antivirales no son específicos y su acción es muy limitada.
El COVID-19
Hasta el cierre de este artículo, la epidemia del nuevo coronavirus sigue concentrada en la provincia de Hubei en China, país en donde se han presentado el 99% de los casos y, prácticamente, casi todas las muertes. Sigue en pie la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha declarado la epidemia como una emergencia de salud pública internacional. En términos prácticos, se trata de una advertencia a los ministros de salud de todos los países para que estén alertas si se presentan casos en sus jurisdicciones.
En los últimos días –y con la ayuda de poderosas computadoras y modelos matemáticos similares a los que usan los meteorólogos–, se está tratando de predecir hasta dónde llegará el virus. Un modelo pronostica que –dado que la mayoría sufre enfermedad muy leve– infectará a dos de cada tres habitantes del planeta. Obviamente, con miles de millones de infectados, el actual porcentaje de mortalidad del virus, que es aproximadamente del 2%, se convierte en significativo. Este último modelo es parecido al modo en que la gripe ataca en el mundo. Al respecto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) anunciaron que, en los últimos cuatro meses, los virus de la gripe han causado 22 millones de infecciones, 210.000 hospitalizaciones y 12.000 muertes, solo en el país estadounidense. Otros estiman que la epidemia se extinguirá como sucedió con los virus H1N1, MERS y SARS.
Bacterias multirresistentes
Debido al mal uso que se le ha dado a los antibióticos desde su descubrimiento, en 1945, las bacterias han aprendido a reconocer esos medicamentos, a neutralizarlos y –lo peor– a pasar la información de cómo hacerlo a su descendencia. El resultado es que se han desarrollado bacterias resistentes a casi todos los antibióticos; y son microorganismos que afectan mayormente a personas con sistemas de defensa debilitados.
Una de esas consideradas superbacterias posee la resistencia de tipo KPC (‘Klebsiella pneumoniae carbapenemasa’), la cual está presente en todos los hospitales del mundo y puede causar una colonización indolora en personas con sistemas de defensa normales, o una grave infección en personas inmunodeprimidas. La semana pasada se denunciaron casos de infección y colonización por KPC en el hospital Cayetano Heredia; los afectados fueron niños. Las autoridades del Colegio Médico del Perú denunciaron inmediatamente que esto era consecuencia de las profundas carencias materiales de los hospitales del Ministerio de Salud (Minsa). Lo cierto es que, viendo lo sucios y descuidados que están los baños públicos de esos establecimientos, no es de extrañar que las autoridades no tengan la capacidad para controlar sus infecciones intrahospitalarias.
El dengue
El Minsa declaró la semana pasada en emergencia sanitaria (90 días) a los departamentos de San Martín, Loreto y Madre de Dios. El motivo: 2.628 casos y más de 12 muertes por dengue, una enfermedad viral transmitida por un mosquito. Al parecer, la cepa del virus del dengue –llamada “Cosmopolitan”– es mucho más agresiva que en epidemias anteriores.
Enfermedad relacionada a la pobreza, el dengue es un indicador del nivel socioeconómico de un país. Gente sin agua potable, con viviendas precarias y carencias socioeconómicas, es la más afectada.
Es perturbador darse cuenta de que los peruanos se preocupen más por una remota infección al otro lado del mundo que por una que tiene lugar bajo sus propias narices.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario