La edad a partir de la cual se deberían realizar las mamografías entre la población general sigue siendo un tema controvertido. En EE.UU. algunas sociedades recomiendan que se hagan en mujeres sanas a partir de los 40 años y otras a partir de los 50, anuales o bianuales. En Europa, y en España también, las recomendaciones son más conservadoras y aconsejan los programas de cribado mediante mamografías a partir de los 45 o 50 años cada dos años, señala José Enrique Alés, oncólogo del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila.
Este escenario podría modificarse debido a las nuevas recomendaciones que hará en agosto la Academia Americana de Ginecología y Obstetricia que si bien en un primero momento aconsejaba los 50 como la edad adecuada para iniciar dichos programas de cribado, ahora ha cambiado sus recomendaciones y la ha bajado a los 40 años y de forma anual.
Según explica Jennifer Griffin, una de las autoras de esas nuevas directrices, el cambio en la edad de cribado para el cáncer de mama se basa en tres factores: la incidencia de cáncer de mama, el tiempo de permanencia para el crecimiento de un tumor de mama, y el potencial para reducir la tasa de mortalidad gracias al diagnóstico y los nuevos tratamientos.
Más rápido
Explica Griffin que el tiempo que transcurre una mujer de 40 años desde que se le detecta el tumor hasta que éste da síntomas es más corto que el que transcurre en una mujer de 50. «Aunque el tiempo de permanencia de los tumores individuales pueden variar, el mayor referente es la edad. Las mujeres entre los 40-49 tienen el menor tiempo de permanencia (2-2,4 años), mientras que las mujeres de 70-74 años de edad tienen el mayor tiempo de permanencia (4-4,1 años)». Por este motivo, aunque la incidencia de cáncer de mama en las mujeres a los 40 años es menor que la de las mujeres mayores, el periodo ventana para detectar dichos tumores antes de que tengan síntomas es más corto».
Y, justifica la experta, los datos demuestran que la tasa de supervivencia a cinco años es del 98% para aquellas mujeres cuyos tumores se detectan en su etapa más temprana, antes de que sean palpables y cuando son pequeños y se limita a la mama. «Si se realizan mamografías anuales a las mujeres de 40 años, entonces las posibilidades de detectar y tratar el cáncer antes de que tenga tiempo de propagación son mayores».
Mortalidad
Sin embargo, estas nuevas directrices no aportan el dato definitivo sobre la incidencia que tiene bajar la edad en los programas de detección de cáncer de mama a los 40 años en términos de mortalidad, asegura Alé, del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM). Además, explica, no hay que olvidar que a esa edad el cáncer de mama es menos frecuentes y que «la mamografía es de muy difícil interpretación debido a que la mama es muy densa y resulta muy difícil hacer el diagnóstico».
Ahora bien, ello no quiere decir, señala el experto español, que no haya beneficio en el hecho de hacer un diagnóstico más precoz, aunque también hay considerar los falsos positivos, etc. Desde GEICAM lo que se recomienda es la «individualización de cada paciente. Evidentemente las mujeres con factores de riesgo son sometidas a un programa distinto, pero en los tumores esporádicos también preconizamos la individualización».
En su opinión, estas nuevas directrices no van a cambiar las recomendaciones actuales en España, aunque sí deberán ser analizadas y tenidas en cuenta.
nota
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Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.
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