Lo que comen los niños franceses en el almuerzo del colegio es un ejemplo para el resto del mundo
Este artículo fue redactado por Rebeca Plantier, experta en nutrición y fitness.
Caminé hacia el comedor para ver las mesas puestas para cuatro personas—cubiertos de plata, una panera de plata, platos blancos de cerámica, servilletas de tela, vasos de vidrio y jarros con agua, todo listo para el almuerzo.
Estaba en el comedor de la escuela primaria de mis hijos, o como dicen los franceses de nuestro pueblo local Annecy en Francia, la “cantina”. Como parte de mi investigación de por qué los niños franceses no son gordos, el consejo local del pueblo me hizo un tour por las cantinas y cocinas de las escuelas públicas, donde pude hacer cualquier tipo de pregunta.
Existen muchas teorías de porqué los franceses, y particularmente los niños franceses, no sufren de problemas de peso, de obesidad, diabetes o hipertensión como sus contrapartes estadounidenses. Comer cantidades moderadas alimentos frescos y platos recién preparados en determinados horarios del día, es definitivamente una de las razones más convincentes de cómo mantenerte delgado. Otra manera es con el ejercicio diario, dividido en tres períodos (dos de 15 minutos y uno de 60 minutos todos los días) y caminar o irse en bicicleta a la escuela.
Entonces, ¿qué es lo que comen los niños franceses en el colegio?
Los menús están pensados para hasta con dos meses de anticipación por el encargado de la gestión de la cantina, y luego es enviado a un nutriólogo certificado que realiza pequeñas “correcciones”. El nutriólogo podría cambiar el postra, un pequeño éclair de chocolate por un kiwi, si es que piensa que es demasiada azúcar para la semana. O puede modificar los menús sugeridos, agregando o eliminado carbohidratos, vegetales, frutas o proteínas, para que así quede bien balanceado.
Casi todos los alimentos son preparados en la cocina; no son alimentos congelados. Esto significa que diariamente preparan puré de papas, la mayoría de los postres, sopas, ensaladas y los platos principales. Se incluyen golosinas—ocasionalmente puede ser un pedazo de torta, una cucharada de helado, una delicia de la pastelería local. Revisas estas fotos de la preparación de un almuerzo en una escuela.
Abajo puedes ver fotos y descripciones de un menú de una semana digno de una escuela, tomado durante las últimas semanas del año escolar en junio.
Lunes
Entrada: Pepino y tomate
Plato de Fondo: carne marinada con champiñones y brócoli.
Queso
Postre: Tarta de manzana
Plato de Fondo: carne marinada con champiñones y brócoli.
Queso
Postre: Tarta de manzana
Martes
Entrada: Repollo con tomate
Plato de Fondo: carne de res asada, papas, tomates horneados con hierbas
Queso
Postre: Kiwi
Plato de Fondo: carne de res asada, papas, tomates horneados con hierbas
Queso
Postre: Kiwi
Jueves
Entrada: Tabouleh (hecho con trigo burgol)
Plato de Fondo: Salchichas con zapallito italiano
Postre: Helado, manzana
Plato de Fondo: Salchichas con zapallito italiano
Postre: Helado, manzana
Viernes
Entrada: Ensalada de papas con pepinillo
Plato de Fondo: Pescado apanado con coliflor
Queso
Postre: durazno
Plato de Fondo: Pescado apanado con coliflor
Queso
Postre: durazno
¿De dónde viene la comida?
“Todas nuestras frutas y vegetales, pescados y carnes son de la zona, algunos de ellos de campos locales”, de acuerdo a Dany Cahuzac, el consejero de la ciudad a cargo de los asuntos de la escuela, incluyendo la cantina. La panadería de la zona reparte el pan fresco todas las mañanas, algo esencial de cada comida francesa. Cada dos días existe al menos un ingrediente orgánico en el menú. Una vez al mes, una comida completa es orgánica. Lo único que ofrecen para tomar durante el almuerzo es agua filtrada, servida en jarros de vidrio.
Igual de importante: la manera en que comen los niños.
A medida que los niños van llegando a la cantina, se sientan en mesas listas para 4 personas y esperan que un alumno más grande y voluntario les traiga el primer plato a la mesa. El niño que se sienta en la silla “roja” designada es el único que puede ir a buscar más agua en el jarro, más pan para la panera o pedir más comida para la mesa. Después de terminar el primer plato (generalmente ensalada), los voluntarios les traen el plato principal y los niños se sirven ellos mismos. Luego viene un queso (normalmente un yogurt o por ejemplo, un pequeño pedazo de Camembert), y al final el postre (normalmente fruta fresca).
“Nosotros hacemos lo mejor posible para variar los menús en la semana y al mes, pero hay comidas que a los niños no le gustan mucho.” Explica Cahuzac. “Siempre les pedimos a los niños que por lo menos prueben todo y que coman lo que más puedan antes rechazar la comida que no les gusta.”
“Comer comida balanceada, sentados y calmados, es muy importante para el desarrollo de la salud del niño,” suma Cahuzac. “Esto les ayuda a digerir la comida apropiadamente, evitar dolores de estómago, y evitar bajones de energía en la tarde.”
¿Qué pasa con el ejercicio?
Los franceses se especializan en estar moviéndose todo el rato, no solo durante una clase bisemanal de gimnasia. Por ejemplo, los niños de la escuela primaria tienen tres periodos establecidos de recreos: 15 minutos para correr en la mañana, 60 minutos después de almuerzo y otros 15 minutos de recreo en la tarde. Además de estos tiempos designados, motivan a los niños a irse caminando o en bicicleta al colegio, aunque depende mucho de la distancia entre el colegio y la casa. Los estacionamientos de bicicletas de nuestra escuela local, por lo general está siempre llena en la mañana, mientras que lo más jóvenes se van a la escuela con un adulto al lado, y los que sobre el 5to grado, por lo general se van solos.
Además de los dos períodos de una hora de gimnasia, los niños por lo general caminan cuando van de paseo fuera de la escuela (lo que puede incluir cualquier como una hora a la librería local, visita a las granjas locales, visitas a las orillas de lagos para lecciones de paddleboard, o una caminata hasta la montaña local). Durante los años más jóvenes, enfatizan el caminar—de hecho niños de 3 a 4 años de edad, en etapa pre escolares caminarán 2 kilómetros en una tarda para ir a la biblioteca local. Algunas veces caminan a las casas de reposo para cantarles a los ancianos.
“Incluso los niños más pequeños del pre escolar caminan juntos todas las semanas” explica Cahuzac. “Esos que se quejan constantemente, igual siguen al grupo y finalmente obtienen el hábito de caminar”.
Los niños de la escuela primaria en grandes ciudades de Francia, también caminan harto — es más fácil para ellos porque existen las aceras. O usan un trottinette (mini scooter). “Mi hijo de primer grado les gustaban tanto que su papá fue y se compró uno para él” dijo Tina Isaac-Goizé. “Le entrega otra buena razón para que le guste ir al colegio, además del ejercicio, le toma la mitad de tiempo que si va caminando.”
Imitar la actitud Francesa, también nos funciona.
Entonces, ¿qué podemos hacer para promover una mejor alimentación y hábitos de movimiento para nuestros niños?
Todo comienza en la casa: Sabemos cuáles son los alimentos saludables, y necesitamos usar nuestra influencia positiva para alimentar a nuestros niños con comidas más saludables y enseñarles a comer sano y a hacer ejercicios habitualmente con el ejemplo.
Comida hecha en casa basada en productos frescos, y una caminata familiar semanal o un juego de pillarse son simple hábitos que pueden hacer la diferencia en el estilo de vida de un niño a través del tiempo.
¿Qué pasa con el colegio? Dos sugerencias: si las opciones saludables no están disponibles en su colegio, mándales colaciones y almuerzo saludable de la casa, y así no comen de la comida rápida de la cafetería. Después, contacta a los cargos electos en tu comunales, estatales y nacionales y exige una mejor nutrición en tu escuela.
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