Pies para todos
Un récord: medio millón de personas caminarán con el ‘pie de Jaipur’ en 2015
Este modelo de prótesis indio de bajo coste y sin patentar ya se usa en otros 27 países
ÁNGEL L. MARTÍNEZ CANTERA Nueva Delhi 24 SEP 2014 - 18:50 CEST22
Rajveer Ahalawat dibuja cuatro tajos en el aire al relatar las sendas amputaciones que tuvieron que hacerle en la pierna. La narración se corta en seco cuando llega al muñón desnudo. Rajveer, de 42 años, estaba recogiendo trigo cuando una serpiente le picó en el pie izquierdo, envenenándole hasta la espinilla. Después de un año de operaciones, se ha desplazado desde el vecino estado de Haryana para recoger la única prótesis en el mundo que le permite seguir trabajando para dar de comer a su familia. "No podría volver a labrar el campo sin esta pierna ortopédica", resume el campesino con aire seráfico mientras dobla el pie de goma de su nueva prótesis.
El pie de Jaipur no sólo permite a muchos mutilados ejercer su profesión además de ejercicios tan comunes como correr, pedalear o patinar gracias a la elasticidad del material con que se fabrica. Además, su diseño en forma de pie, no de zapato como la prótesis común en occidente, también hace que se adapte a las necesidades de las áreas rurales en Asia, donde se trabaja descalzo, y descalzo se vive.
"Es apto para la posición de descanso —muchos asiáticos y especialmente indios esperan en cuclillas—, así como para el uso de retretes locales —sin asiento— o para el rezo musulmán", explica Ramesh, encargado del centro de la organización Bhagwan Mahavir Viklang Sahayata Samiti (BMVSS) en Delhi. Esta organización lleva casi 40 años produciendo y distribuyendo esta y otras prótesis de forma gratuita. Sólo entre 2013 y 2014, el centro de BMVSS de la capital india ha ofrecido servicios a casi 6.600 tullidos repartiendo más de 2.000 unidades del pie de Jaipur para lisiados y alrededor de 3.000 calibradores ortopédicos para afectados por la polio. También en este periodo han llegado a producir 464.000 unidades, lo que significa que el año que viene habrá medio millón de personas caminando de nuevo gracias a esta ortopedia
Recientemente, el primer ministro indio, Narendra Modi, alabó el trabajoque durante los últimos 40 años ha realizado BMVSS, cuyo último reto ha sido instalar un campamento de ayuda en Srinagar, en la región de Cachemira, para dotar de prótesis a otros 1.300 afectados. Y la organización que dio luz al ‘pie de Jaipur’ continúa su camino, trabajandodesde hace dos años junto a la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, en la llamada mano de Jaipur. El invento se encuentra aún en fase de desarrollo, pero se espera que la nueva prótesis permita a los pacientes realizar sencillos movimientos de dedos.
Todos ellos entran inválidos y salen caminando sin haber gastado una rupia. Deelip juguetea con una sonrisa eterna entre los pliegues del sari de su madre, que sostiene a su hermano con la mirada ausente. Tiene seis años y parálisis cerebral. "Nos han referido a este centro desde un hospital de Delhi. Nosotros no podemos pagar por ningún tratamiento. Su madre no puede trabajar y yo soy vendedora de té. Estos calibradores hacen que Deelip pueda andar", cuenta su abuela Shyma.
Los pacientes andan otra vez mientras que BMVSS corre con los gastos. "Nuestra organización se financia por ayudas públicas y donaciones de particulares. Damos formación y ayuda a cualquier otra institución u organización sólo bajo dos condiciones: que usen el pie de Jaipur y que lo distribuyan gratuitamente", explica V. R. Mehta, presidente ejecutivo de BMVSS y hermano del fundador de la misma. Desde su modesto despacho se escucha el ruido procedente de los talleres anexos. En cinco minutos los técnicos engarzan las partes de goma. Después de moldear la pieza en un horno a 250 grados, ésta se une a una pierna artificial hecha a medida del paciente. El uso de polietileno de alta densidad le da mayor robustez al diseño, haciéndolo más resistente a temperaturas extremas. En algo más de una hora el pie de Jaipur está listo, con un uso medio de cuatro a cinco años. Los materiales de bajo coste utilizados hacen que cada unidad no supere los 39 euros, una cuantía irrisoria si se compara con los miles de euros que cuesta una prótesis occidental. Es la ejemplificación de la filosofía india del jugaad —innovación frugal, consistente en desarrollar productos eficientes con lo poco que se tiene—.
El pie de Jaipur echó a andar al mismo tiempo que D. R. Mehta, fundador de BMVSS, recuperaba su paso. El funcionario, ahora retirado, sufrió un aparatoso accidente en 1975 que le trituró el fémur y lo mantuvo cinco meses postrado en el hospital de Jaipur (capital del estado indio de Rajastán). "Compartí muchas experiencias con otros pacientes. Me di cuenta de que, si hubiese perdido la pierna, el Gobierno tendría que haber pagado por mi tratamiento en Estados Unidos o Inglaterra. Pero los pobres no tenían dónde ir para volver a caminar", recuerda Mehta.
Por aquel entonces el pie de Jaipur aún andaba con dificultades. Hacía siete años que había sido creado por Ramchandra Sharma y un grupo médico. El experto artesano de la unidad de rehabilitación del hospital de Jaipur ya había diseñado un modelo diferente a la pesada prótesis que se distribuía en departamento de ortopedia, pero sólo 50 pacientes se habían beneficiado hasta entonces. Fue D. R. Mehta y la creación de una organización destinada a la fabricación y distribución gratuita de la nueva prótesis lo que permitió que el pie de Jaipur diese el paso definitivo.
Las intermitentes ayudas del Gobierno del Estado de Rajastán de los años 80 se transformaron en la actual subvención nacional de un 35% por parte del Ministerio de Justicia Social y Empoderamiento de India. La organización BMVSS pasó a tener centros en 24 ciudades de India, además de disponer de 52 clínicas en zonas rurales de difícil acceso para los servicios médicos. Y el pie de Jaipur se ha convertido en un modelo de cooperación entre países del sur, con campamentos para su distribución en otros 27 países en desarrollo de Asia, África y Latinoamérica. En Camboya, el país con más mutilados a causa de la guerra, se fabrica con caucho de ruedas viejas. Mientras que en Afganistán se usan los cartuchos gastados de artillería, consiguiendo casi más impacto directo en las vidas de los afganos que muchas de las intervenciones humanitarias de las últimas dos décadas. La revista Timedescribió el pie de Jaipur en 1997 como un invento que ha "revolucionado la vida de millones de amputados por minas anti-persona".
Paso a paso, la organización BMVSS ha conseguido ofrecer servicios de ortopedia a alrededor de 60.000 lisiados en todo el mundo cada año. Los 1,4 millones de personas que ha rehabilitado desde que comenzara su andadura hacen que potencialmente sea la organización más grande del mundo trabajando con discapacitados. Pero su ideario se mantiene en pie. "No patentaremos el invento porque nuestro mandato es el de ayudar al mayor número de personas en el mundo, de forma directa o a través de otras organizaciones. El pie de Jaipur no es una propuesta comercial", sostiene su fundador, D. R. Mehta.
Durante estos años, el pie de Jaipur ha caminado junto al desarrollo científico. Organizaciones tecnológicas de reconocido prestigio internacional como Stanford University, MIT o la Organización India para la Investigación Tecnológica (ISRO) han colaborado en proyectos para la mejora del invento. En 2009, Time seleccionó la articulación artificial creada por el equipo de investigadores de la Stanford University y Jaipur como uno de los 50 mejores inventos de ese año.
El carácter voluntario de las colaboraciones con entidades tecnológicas y la necesidad de financiación han hecho que algún miembro de BMVSScuestione la sostenibilidad de este modelo gratuito y plantee cobrar a los beneficiarios que puedan pagar. "Creemos que si hubiese distinción económica entre pacientes, aquellos que pagasen esperarían un servicio especial o más rápido. Además el 90% de ellos son extremadamente pobres y del 10% restante ya recibimos algunas donaciones porque consideran que les ofrecemos un buen servicio", explica V. R. Mehta. El director ejecutivo de la empresa no tiene dudas en cuanto a la sostenibilidad de la organización: "Hemos tratado a 1,4 millones de pacientes, con lo que somos efectivos. Desde 1975, muchas consultorías de gestión nos han recomendado cobrar por nuestros servicios, ¿pero cuántas de ellas han sobrevivido en estos 40 años, aun cobrando por los suyos?".
El pie de Jaipur tropieza, sin embargo, con las leyes del mercado internacional. Ser un invento no patentado ha favorecido su universalización al tiempo que la expansión transfronteriza del servicio de BMVSS lo ha puesto a beneficio de los más necesitados. Sin embargo, el mal llamado "pie de los pobres" puede haber creado la asociación de que el invento es de baja calidad al estar fabricado con materiales de bajo coste.
En 1998, V. R. Mehta fue llamado a Estados Unidos para promocionar la prótesis. El Gobierno de Clinton había creado la Iniciativa de Desminado 2010 —pese a no firmar el Tratado de Ottawa para prohibir el uso de minas anti-persona—. La acogida del invento fue buena pero nunca se tomaron medidas para implantarlo para uso humanitario pese a su bajo coste. "Creo que no se aceptó porque no puede competir en un mercado con prótesis de empresas que cuestan 200 veces más. Sin beneficio, el ‘pie de Jaipur’ no es rentable", explica V. R. Mehta. Posteriores intentos de cooperación con Cruz Roja o la agencia estadounidense para la ayuda internacional (USAID) han fracasado por consideraciones relativas a la calidad de un invento revisado por los mejores centros tecnológicos del mundo.
El pie de Jaipur lleva caminando ya casi 40 años. Se espera el paso al frente de gobiernos, organismos internacionales y organizaciones humanitarias para contribuir a que el mundo ande gratis. Para que haya pies para todos.
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