El centro de tratamiento contra el ébola que Médicos Sin Fronteras tiene en Conakry, la capital de Guinea, se está viendo desbordado para atender la creciente llegada de pacientes y podría llegar a saturarse a menos que su personal reciba refuerzos. En un gráfico interactivo nos muestran cómo funciona uno de sus centros.
agencias | Madrid | Actualizado el 14/10/2014 a las 19:28 horas
Médicos Sin Fronteras dispone de dos centros en Guinea, el país donde comenzó en marzo el actual brote de ébola, uno en Conakry y otro en Guéckédou, donde aparecieron los primeros casos, en los que está tratando actualmente a más de 120 pacientes, 85 de ellos confirmados.
La situación es especialmente delicada en el centro de Donka, situado dentro del complejo del hospital del Ministerio de Salud en Conakry, ha explicado la ONG en un comunicado. El centro admitió 22 pacientes en un solo día el pasado 6 de octubre, 18 de ellos procedentes de la región Coyah a 50 kilómetros al este de la capital.
En la actualidad, hay 62 pacientes en el centro, que cuenta con 60 camas y se encuentra en proceso de expansión para incorporar catorce más. Hasta ahora, el centro ha respondido a las diferentes olas epidemiológicas adaptándose y expandiendo sus capacidades de forma constante.
Sin embargo, ha explicado MSF, a pesar de la llegada de tantos pacientes nuevos, entre ellos un gran número niños que requieren un nivel de atención más alto, el centro no puede ampliarse más por falta de espacio del lugar en el que está situado.
Actualmente más de 130 personas están trabajando día y noche en el centro de tratamiento de Donka, la mayoría con un alto nivel de especialización. De los 220 casos confirmados ingresados desde la apertura del centro, 105 se han recuperado, ha precisado MSF.
Sin embargo, equipos médicos y de saneamiento están agotados tras varios meses de duro trabajo y el personal debe reforzarse con el fin de garantizar la calidad de la atención.
Para poder aliviar la carga operativa de sus equipos, MSF procedió a formar personal de otras organizaciones e instituciones para que puedan involucrarse en la respuesta. Así, en las últimas semanas ha formado al personal médico del Departamento de Salud y a equipos de agua y saneamiento de organizaciones locales, como la Cruz Roja de Guinea.
En un intento por hacer visible el drama que se está viviendo en Guinea, Médicos Sin Fronteras ha decidido mostrar cómo trabaja día a día en Conakry. Se trata de un gráfico interactivo en el que se detalla el interior de la zona de alto riesgo de uno de sus centros. Se pueden apreciar dos zonas, una donde el riesgo de infección es alto y otra donde el riesgo es bajo. Las oficinas y las áreas de almacenamiento y, siempre que sea posible, un laboratorio, se encuentran en la zona de bajo riesgo. Los pacientes están en la zona de alto riesgo.
En su página web, Médicos sin Fronteras asegura que no es fácil establecer y dirigir este tipo de centro. El riesgo de infección es complejo y, por lo tanto, se deben aplicar procedimientos de seguridad excepcionalmente estrictos.
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