El barrio de Lima donde el 10% del sueldo se gasta en agua
- 12 diciembre 2014
Mientras representantes de más de 190 países continúan discutiendo en Lima, Perú, un borrador de un acuerdo para frenar el calentamiento global, Matt Grath, enviado de la BBC a la cumbre visitó el barrio limeño de Nuevo Pachacutec, donde la falta de agua es un problema acuciante y donde sus residentes deben pagar una fortuna para acceder a este recurso vital.
La calle donde vive Daniza Cruz Navarro se conoce en el barrio como "la de las casas azules".
Y es que en la entrada de muchas de las viviendas hay un barril de plástico azul.
En este recipiente los residentes almacenan el agua que compran a los camiones repartidores que visitan a diario las polvorientas calles de este vecindario, a tan sólo una hora de Lima.
Algunos perros se acercan a beber del barril. Los mosquitos dejan sus huevos en la superficie del agua.
Daniza tiene la suerte de contar con un sistema más eficiente: un tanque que compró con ayuda de la organización sin fines de lucro Alternativa (con financiación del gobierno alemán) que trabaja codo a codo con los habitantes del lugar.
Sin embargo, como todavía necesita comprarle al repartidor su suministro diario, tiene que pagar mucho más que otra gente por este recurso vital.
Daniza gasta 120 nuevos soles en agua al mes, unos US$40. Esto equivale al 10% de su salario.
Los que están conectados a la red de suministro sólo pagan entre 6 y 12 soles (US$2 y US$4).
Ciudad en el desierto
Comprar agua a los camiones repartidores es una rutina diaria para decenas de miles de personas que viven en Nuevo Pachacutec.
Los primeros residentes llegaron a esta zona elevada que mira al Pacífico en los años 80, alentados por los políticos que prometían terrenos a cambio de un voto favorable.
Cuando llegaron, se encontraron con un gran arenal. Y es que Lima, después de El Cairo, en Egipto, es la segunda ciudad emplazada en un desierto.
En promedio, llueve alrededor de 50 milímetros al año.
Pero el agua no es solo un recurso escaso. El acceso al líquido es también un parámetro de estatus social y progreso.
Muchas veces, surgen fricciones entre aquellos que se ven forzados a pagar más y los que pagan menos.
No obstante, a pesar de estos problemas, quienes trabajan con los vecinos de Nuevo Pachacutec, dicen que la zona está progresando.
Aunque no todo es perfecto, se han logrado mejoras en términos de infraestructura, dice Osvaldo Cáceres, ingeniero que trabaja con Alternativa.
"La población local sabe lo que quiere y tiene claro que para conseguirlo tiene que participar", añade.
Glaciares en retroceso
A unos pocos kilómetros al sur de Nuevo Pachacutec, un pequeño riachuelo corre por debajo de una autopista.
En la orilla se ven bolsas de basura y llantas de auto.
Es el río Chillón, la única fuente de agua para cerca de dos millones de personas en el norte de Lima.
Las aguas del Chillón se alimentan del deshielo de los glaciares de los Andes. Y esto es una fuente de preocupación.
"Estamos preocupados en Perú porque el cambio climático está teniendo un gran impacto en nuestro acceso al agua", dice Armando Mendoza, investigador de Oxfam.
"En los últimos 40 años, los glaciares retrocedieron aproximadamente un 40% por el aumento del calentamiento global".
"Las predicciones indican que el acceso al agua será aún más difícil en el futuro y los más vulnerables son los pobres", explica Mendoza.
Participación de todos
La necesidad de disponer de recursos como el agua para fortalecer a la comunidad no es sólo algo que preocupa a los residentes de Nuevo Pachacutec.
En la cumbre del clima de la ONU, los negociadores se enfrentan con los mismos dilemas: cómo encontrar un equilibrio entre las necesidades de una población creciente y la necesidad de limitar las actividades que ponen en riesgo el futuro del planeta.
Para Cáceres, resolver el problema de la falta de agua en este barrio es la forma de ganarle la batalla del cambio climático.
Es decir: consiguiendo que todos participen en la búsqueda de una solución y no dejar el problema para que lo resuelvan los políticos.
"Cada actor debe asumir su responsabilidad de lo que tiene que hacer", dice Cáceres.
"Los gobiernos, las autoridades y obviamente la gente, todos tienen que actuar".
"No queda otra alternativa".
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