por Paula Bedregal.
La gran satisfacción para quienes trabajamos en desarrollo es poder probar el impacto que tienen nuestras iniciativas en la gente, más aún, si se trata de niños. En el post de hace unos días había comentado los diferentes tipos de instrumentos disponibles para medir el desarrollo infantil. Continúo esa discusión respondiendo las preguntas más comunes cuando hablamos de medir el desarrollo.
1. ¿Cuál es el objetivo de usar un instrumento de medición del desarrollo?
Lo más importante es determinar cuál es la finalidad de la medición, ya que conforme a esta respuesta, seleccionaremos un instrumento u otro pues cada uno nos arroja información diferente. ¿Usaré el instrumento para evaluar el impacto de un programa o política? ¿Utilizaré el instrumento para realizar una primera aproximación clínica o pedagógica individual y tomar decisiones clínicas?
2. ¿A quiénes quiero medir (grupos de edad, grupos sociales)?
No todas las escalas están elaboradas para los mismos grupos de edad. Por ejemplo EEDP sólo permite medir a niños y niñas entre 0 y 2 años, Bayley sólo permite medir a niños y niñas entre 1 y 42 meses de edad, Battelle-2 entre los 0 y 7 años y 11 meses.
Por otra parte, no todos los instrumentos disponibles cuentan con evaluación de las capacidades psicométricas y normas para diferentes grupos de población, como etnias, estratos socioeconómicos, etc. Por ejemplo el EEDP se validó sólo en muestras urbanas de nivel socioeconómico medio-bajo.
3. ¿Qué nivel de calidad tienen los instrumentos de medición del desarrollo (psicométrica y de soporte teórico) para los grupos que quiero medir?
En general se debería contar con instrumentos que tengan, al menos, base teórica. En términos simples, es fundamental contar con elementos que permitan establecer que el instrumento se comportará de igual manera en la población con que voy a trabajar, sea tanto para estudios, como para el ámbito clínico y pedagógico. Si se tienen dudas, es bueno realizar estudios locales para pilotar el comportamiento de la prueba y poder hacer un análisis psicométrico inicial.
4. ¿Requiero un instrumento de medición con normas nacionales?
La mayor parte de los instrumentos disponibles no se rigen a través de normas específicas para cada país. Sin embargo, la necesidad de disponer de estas normas es muy relevante para el uso clínico de los instrumentos, ya que implica tomar una decisión terapéutica y comunicar la situación a padres o cuidadores.
Si se quiere comunicar prevalencias o frecuencias de retraso/rezago/riesgo en desarrollo es fundamental señalar que la estimación realizada se basa en normas que no son del país, y que pueden estar sujetas a sesgos, por lo que solo se presentan para comparar con otras realidades que usan el mismo criterio.
5. ¿Qué requisitos de implementación requiere el instrumento (calificación del personal que mide, costos asociados, contexto posible de aplicación)?
Todo manual de los diversos instrumentos de valoración del desarrollo establece cuál es el tipo de profesional o personal que puede realizar las mediciones. En general, las pruebas de tamizaje requieren de capacitación para un personal técnico o profesional que tenga experiencia o le guste trabajar con niños, niñas y familias, ya que este aspecto es crítico para lograr una adecuada interacción y, por lo tanto, diálogo al momento de la evaluación.
En el caso de los instrumentos de diagnóstico, además de la necesaria empatía con niños, niñas y familias, se requiere de un profesional que esté familiarizado con sus implicancias, por lo que se suele recomendar que sean médicos, enfermeras, psicólogos o educadores con formación en desarrollo, que además reciban una capacitación específica para la prueba.
Otro punto clave es el lugar de aplicación del instrumento. Hay escalas que son más factibles de utilizar en los hogares; en general las pruebas de tamizaje con pocos implementos facilitan la tarea. Hay que recordar que para la aplicación de pruebas directas a los niños, se requiere de ciertas condiciones de luz, espacio o tranquilidad que a veces no se encuentran en el hogar, y que puede implicar que el niño no rinda adecuadamente. Si se va a aplicar en hogares una prueba diagnóstica o de tamizaje con muchos implementos, es necesario adaptarse muy bien al contexto, para lo cual es fundamental pilotar y registrar en detalle.
Otras pruebas requieren idealmente de un contexto clínico o educativo, con un ambiente preparado especialmente para la aplicación de la prueba.
6. ¿Son pertinentes culturalmente los instrumentos de medición del desarrollo?
Es crítica la adaptación cultural. Se deben considerar aspectos como la calidad de la traducción (del original del instrumento en que fue creado) y el lugar de aplicación (hogar, centro de salud, centro infantil etc.). Sin esta revisión rigurosa podemos cometer errores en los juicios de nivel de desarrollo alcanzado por los niños y niñas, que se explican por la falta de adaptación cultural.
Frente al gran número de instrumentos de valoración del desarrollo es importante hacerse estas preguntas con una mirada crítica y así favorecer la calidad en las mediciones y una adecuada comunicación de resultados.
¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con instrumentos de medición de desarrollo infantil? Cuéntanos en la sección de comentarios abajo o en Twitter.
Paula Bedregal, MPH, PhD es Profesora Asociada y Jefa del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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