Desde que el ser humano se dio cuenta de que la muerte es inevitable, su fantasía creó el sueño de la inmortalidad; la protociencia primero, y la ciencia ahora, han ayudado a alimentar esa fantasía. Un reciente estudio abre una nueva ruta en el entendimiento, y potencial manipulación, del proceso del envejecimiento.
Los seres vivientes somos organismos complejos, en los que la unidad fundamental de la vida es la célula. El conjunto de células forma los tejidos, y el conjunto de estos, los órganos, los que a su vez se agrupan en sistemas (circulatorio, respiratorio, digestivo, etc.).
Desde el punto de vista de la diaria percepción y el sentido común, los seres humanos nos damos cuenta que estamos envejeciendo, cuando envejecen nuestros órganos, y por tanto nuestros sistemas. Que ya nos duelen las rodillas por el desgaste de las coyunturas (osteoartritis), que nuestra piel ya no tiene la lozanía y la juventud de antaño, que ya perdemos el cabello o nuestros pulmones, cerebro, corazón o riñones ya muestran signos de deterioro, son algunas señales obvias de que estamos envejeciendo.
Pero desde el punto de vista biológico, el envejecimiento no ocurre en los órganos sino en la unidad fundamental de la vida, que es la célula; por lo que cualquier intento de frenar el envejecimiento del organismo, debe primero entender el proceso de envejecimiento celular. Solo cuando entendamos como envejecen las células, podremos entender el envejecimiento de los tejidos y los órganos.
Pues la semana pasada se publica un interesante estudio en el que se abre toda una nueva avenida de investigación en el proceso del envejecimiento humano, una visión que no solamente agrega una nueva teoría del envejecimiento celular, sino que también permite especular con la idea de que ese proceso pueda ser manipulado.
Investigadores del Instituto Salk en California y de la Academia China  de Ciencias han encontrado que los cambios en la composición química de ciertos “paquetes” de ADN que se encuentran dentro del núcleo de la célula, tiene mucho que ver con el proceso del envejecimiento. Pero mas importante aun, los investigadores han demostrado que la manipulación de esos “paquetes de ADN”, ha hecho que una célula normal envejezca mas rápidamente, con lo que abren la posibilidad de que el fenómeno contrario, es decir el frenar o revertir el envejecimiento, pueda ser también una realidad.
Es importante primero entender que, desde el punto de vista de su función, el ADN que se encuentra dentro del núcleo de la célula no presenta el mismo nivel de actividad. Mientras que ciertos paquetes de ADN, la llamada eucromatina, está “en plena actividad”, hay otros paquetes de ADN, la llamada heterocromatina, que esta “en reposo”.
Este es un raro desorden genético en el cual un niño crece normalmente hasta que alcanza la pubertad. Es ese momento de su desarrollo, el sistema de envejecimiento celular del niño “se acelera” y todo su cuerpo empieza a envejecer a un paso mas rápido. Muy pronto, la piel se arruga, aparece la calvicie y los órganos muestran signos de disminución de su función, apareciendo también diferentes tipos de cáncer, todos relacionados al envejecimiento prematuro. La persona muere joven, pero con un envejecimiento acelerado de sus órganos.
El estudio
Sabiendo que los pacientes con el síndrome de Werner envejecen prematuramente porque carecen de una proteína celular llamada WRN, la cual regula el proceso de envejecimiento celular a través de su respectivo gen WRN, los investigadores norteamericanos y chinos usaron al síndrome de Werner como modelo de envejecimiento humano. Recordemos que cada proteína celular es un producto de la actividad de un determinado gen o unidad genética del cromosoma.
Algunas de las preguntas que trataron de responderse los investigadores fueron: ¿A que nivel de la célula actúa la proteína WRN? ¿Cómo actúa la proteína WRN? ¿Será posible “fabricar” células deficientes en proteína WRN y por tanto hacer que una célula normal envejezca?
Pues eso es lo que hicieron precisamente los científicos norteamericanos y chinos. Gracias a técnicas de biología molecular, se obtuvieron células madre embrionarias a las cuales se les eliminó el gen WRN y por lo tanto carentes de la proteína WRN. Usando técnicas de manipulación genética, los científicos hicieron que esas células madres embrionarias sin proteína WRN se diferencien en células maduras, las cuales por tanto eran también deficientes en los genes WRN y no producían proteína WRN. El experimento creó entonces células artificiales con síndrome de Werner, las que si se dejaban desarrollar hubieran envejecido prematuramente.
Usando ahora técnicas de “edición genética” en esas células, los investigadores descubrieron que la región del núcleo mas afectada por la ausencia de la proteína WRN era la heterocromatina o parte del ADN que esta en reposo y dentro de esta, a las histonas, sustancias que pueden cambiar nuestros cromosomas en respuesta a los efectos del medio ambiente, tales como sustancias químicas, productos del tabaco, mala alimentación, etc.
En resumen, esta investigación ha demostrado que el proceso de envejecimiento celular radica en la arquitectura del ADN en reposo o heterocromatina y que la ausencia de la proteína WRN provoca cambios en la estructura de esos cromosomas, similares a los causados por el medio ambiente. Esto ratifica la teoría de la epigenética, que dice que el medio ambiente es capaz de producir cambios genéticos que pueden causar diversas enfermedades.
Esta teoría se agrega a otras dos que consideran que el envejecimiento celular es consecuencia de mutaciones genéticas y a la de las telomerasas o extremos de las moléculas de ADN que se piensa que “se van gastando” a medida que envejecemos.
Pero la aplicación práctica de esta investigación radica en que, a través de experimentos mas complicados, los investigadores fueron capaces de producir células que envejecían muy rápidamente, simplemente manipulando la presencia o ausencia de proteínas que actuaban sobre la heterocromatina.
Dicen ellos que estos experimentos abren las puertas para que en el futuro se puedan producir medicamentos que afecten la producción de sustancias que afecten las histonas, con lo que teóricamente se podría manipular el envejecimiento celular y hacer exactamente lo opuesto a lo que ocurre naturalmente en el síndrome de Werner, que como dijimos antes, se caracteriza porque las células se envejecen muy rápidamente y sin control.
Mientras estas investigaciones den frutos estimado lector y mientras esperamos una “píldora contra el envejecimiento”, recuerde que como lo delineamos en nuestro primer libro La Salud Hecho Fácil: Consejos vitales de como llegar a viejo lo mas joven posible, un envejecimiento saludable puede conseguirse con una alimentación saludable, actividad física diaria, respetar las horas de sueño, reconocer y manejar el estrés, evitar la exposición al humo del tabaco, cultivar la salud mental y espiritual, tener la buena costumbre de visitar al médico regularmente para hacerse una revisión periódica y usar racionalmente los productos y aparatos que nos brinda la vida moderna.
El sueño de Dorian Grey va a tener que seguir esperando…