Comer menos no alarga la vida
Comer menos no alarga la vida
Un estudio en monos descarta la asociación entre longevidad y dieta
Lo que mejora es la calidad de vida
El País
Madrid
29 AGO 2012 - 20:44 CET73
Llegó un mono, y estropeó la teoría. Lo que había funcionado en
gusanos, moscas y ratones, y también temporalmente en monos, no se
confirma: comer menos no alarga la vida. Pero el tiempo que se sobreviva
será mejor, eso sí. El estudio que publica Nature
ha seguido durante 25 años a un grupo de macacos rhesus sometidos a una
restricción calórica del 30%, para concluir que no se cumple lo que se
había visto en animales más sencillos.
Así que ahora el foco de la longevidad se orienta hacia otros dos factores. Uno de ellos, la predisposición genética. Y contra eso, todavía, hay poco que hacer. El otro es el tipo de alimentos, y ahí sí que se puede intervenir.
“Pensar que un simple cambio en el consumo de calorías tenía ese efecto era reseñable”, ha dicho Don Ingram, un gerontólogo de la Universidad de Luisiana en Baton, que fue quien diseñó el estudio hace 30 años.
Pero la idea perduró mucho. En 1989 un primer análisis descubrió que solo el 13% de los monos que tenían una dieta restringida habían fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el envejecimiento; entre los otros, la tasa llegaba al 37%. Pero ahora se ha pensado que lo que ocurría era que la alimentación utilizada era insana en sí misma, así que los que comían menos estaban más protegidos.
En humanos no se han hecho más que ensayos observacionales, y no hay datos al respecto. Solo se ha visto, en general, que los que hacen una dieta adecuada en calidad y cantidad, sin excesos ni déficits, viven más.
Así que ahora el foco de la longevidad se orienta hacia otros dos factores. Uno de ellos, la predisposición genética. Y contra eso, todavía, hay poco que hacer. El otro es el tipo de alimentos, y ahí sí que se puede intervenir.
“Pensar que un simple cambio en el consumo de calorías tenía ese efecto era reseñable”, ha dicho Don Ingram, un gerontólogo de la Universidad de Luisiana en Baton, que fue quien diseñó el estudio hace 30 años.
Pero la idea perduró mucho. En 1989 un primer análisis descubrió que solo el 13% de los monos que tenían una dieta restringida habían fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el envejecimiento; entre los otros, la tasa llegaba al 37%. Pero ahora se ha pensado que lo que ocurría era que la alimentación utilizada era insana en sí misma, así que los que comían menos estaban más protegidos.
En humanos no se han hecho más que ensayos observacionales, y no hay datos al respecto. Solo se ha visto, en general, que los que hacen una dieta adecuada en calidad y cantidad, sin excesos ni déficits, viven más.
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