martes, junio 11, 2013

Reformas para sostener el crecimiento: ¿Confianza o liderazgo? PERU


Reformas para sostener el crecimiento: ¿Confianza o liderazgo? PERU

Fernando Silva Abanto
La gestión del presidente Humala se encuentra en medio de la influencia geopolítica latinoamericana que busca modificar los fundamentos económicos que si bien nos han permitido mantener las actuales tasas de crecimiento y progresivamente reducir las tasas de pobreza y desigualdad empiezan a mostrar límites para sostener las tasas de crecimiento. La  reciente visita del ex presidente brasileño Lula Da Silva es una muestra más de la referida influencia pero que también ha servido para mostrar el contraste de los avances de los países miembros de la Alianza del Pacífico. Sin embargo, ante estas influencias y un clima político confrontacional preocupa la falta de definición de nuestra autoridad respecto de su comprensión del grado de intervención del Estado en la economía. La vigilancia mediática, empresarial y política así como las evidencias de un proceso de enfriamiento de la economía peruana determinaron que se respondiese al  reclamo de un shock de confianza y el pasado viernes 24 de mayo se anunciaron siete medidas para promover la inversión pública y privada. ¿Podemos confiar en que no habrá una conducta dubitativa respecto a los fundamentos de una economía social de mercado? ¿Se está concentrando en la implementación de la agenda por la cual fue electo y que supone reestructurar el Estado en función a estos nuevos objetivos de política económica: inclusión social y competitividad? ¿El desarrollo institucional alcanzado modelan las conductas políticas y sociales?
-        ¿Geopolítica y fundamentos económicos determinantes de conductas políticas?
Un factor que ayuda a explicar la conducta del Presidente de la República es la tendencia observada desde inicios de la década del 2000 pero que con la crisis mundial del 2008 se evidencia la necesidad de reconceptualizar los fundamentos en los que se había basado una etapa de crecimiento regida por los principios del respeto de la libertad, la democracia, esfuerzo personal y la propiedad privada pero que no han resuelto los problemas de desigualdad y redistribución del ingreso. Reconceptualización que fortalecía a países que vienen implementando un modelo de desarrollo donde prima un mayor grado de intervención en la economía para hacer prevalecer la justicia social, la redistribución y un componente colectivista.
El Perú en las elecciones del 2006 se ratificó por un modelo que aún brindaba posibilidades de bienestar para todos y que prometía concentrarse en los temas sociales reformando el Estado. Humala representaba el anti sistema, por ende, no obtuvo el respaldo popular; sin embargo, la “reforma del alma” de García no se materializó por las privilegiadas condiciones del contexto internacional y la historia juzgará sobre otra oportunidad perdida acerca de la reforma del Estado.
Las condiciones electorales para el 2011 tienen como marco un mundo que no ha podido aún superar la crisis del 2008 pero también un país estabilizado por los fundamentos de la economía de mercado. En la primera vuelta primó la demanda de una gran transformación pero en la segunda vuelta el descenso de los indicadores de confianza influyeron para que el pueblo peruano elija la hoja de ruta que suponía cambios con un nuevo contenido social al modelo imperante.
Los cinco primeros meses de gobierno se caracterizaron por enviar señales para confirmar que efectivamente esa era la orientación, aprobándose la ley de consulta previa, la creación del MIDIS, el fortalecimiento de Sunat, el nuevo sistema impositivo minero entre otras medidas que el ministro de economía sintetizó en diciembre del 2011 como los 10 desafíos para un crecimiento sostenible.
Las señales de respeto de los fundamentos de mercado pero con un sentido social, demandas regionales por el impacto ambiental de la minería incorporadas en las políticas públicas, medidas fiscales para mantener tasas de crecimiento ante un contexto de desaceleración mundial, así como la aprobación presidencial superior a sus dos predecesores y un entorno geopolítico regional proclive al intervencionismo alentaron al presidente a retomar este camino. Los sucesos de Venezuela y las gestiones para adquirir Repsol evidenciaron esta conducta así como las presiones para su modificación.
¿Estamos frente a un proceso donde la asociación positiva entre confianza y liderazgo se basa en la fortaleza de un sistema democrático y ésta tiende a corregirlo cuando se presentan debilidades en este último? ¿Nuestro sistema democrático ha madurado cuando corrige la escasa correlación entre confianza y liderazgo? O ¿sigue siendo expresión de la captura del Estado y no denota consensos sobre la forma como se conduce un país y el respaldo que se brinda a quiénes alertan sobre las variabilidades de la conducta política de nuestras autoridades?
-        Gestión de reformas estatales y conducción política
Desde inicios de la presente gestión se reconocía el dilema que representaba el agua vs el oro, así también se reconocía que políticas de mercado no habían resuelto la desigualdad de ingresos  después de más 20 años de aplicadas, con la consiguiente corresponsabilidad del Estado dado que contribuía a ésta con mecanismos como la distribución del canon y las regalías.
La conceptualización de este dilema se recogía en uno de los principales instrumentos de política económica como es el marco macroeconómico multianual (MMM) del 2012-2014 que enfatizaba en: mayor inclusión social y reducción de la pobreza, crecimiento con estabilidad, mejorar la productividad y competitividad de nuestra economía, aumentar la presión tributaria y mejorar la calidad del gasto público a través del presupuesto por resultados.
La operativización de este enfoque se tradujo en procesos de reforma que se vienen implementando tal como  se puede advertir en el cuadro adjunto y donde la Presidencia del Consejo de Ministros tan sólo monitorea. El Perú ha generado un proceso de aprendizaje en la gestión del momento óptimo para reformas. En esta oportunidad el dilema del agua vs oro es un problema público que impactó en el sistema político y si bien existe el conocimiento suficiente para conceptualizarlas y traducirlas en un nuevo diseño institucional, las presiones por implementar políticas que permitan superar progresivamente una economía basada en recursos naturales pueden encontrar obstáculos que pongan en riesgo estas, más aún cuando no existe compromiso político con las mismas, o las dificultades se encuentran en el  consenso para su implementación ya sea por no contar con una estrategia integral para su diseño, gestión y comunicación hacia el conjunto de la sociedad pero en particular para incorporar el conocimiento que debería venir de la academia y de las regiones con mayor sensibilidad a éste.
Sigue siendo válida la crítica en la orientación de las políticas públicas por parte del MEF pero también es verdad que existen esfuerzos por modernizar la gestión pública y esta es responsabilidad de la Secretaria de Gestión Pública de la Presidencia del Consejo de Ministros que aprobó  a inicios de año la Política de Modernización de la Gestión Pública.
En medio del marasmo político vivido en estos días el Presidente del Consejo de Ministros ha podido responder a la iniciativa del Ministerio de Educación de presentar la política de modernización y descentralización de la gestión de este sector y encontrar una respuesta política a la crítica relacionada a que el gobierno no está en piloto automático y que se ha “iniciado reformas importantes en diversos ámbitos de la administración pública, que están orientadas a generar cambios fundamentales para el país”.
Efectivamente se están generando una serie de cambios y donde el contenido de estos son más de carácter administrativo que corresponde a las denominadas reformas microeconómicas pero que no forman parte de la agenda política. Tanto el Presidente de la República como el Presidente del Consejo de Ministros no priorizan la gestión de los cambios en curso.
-        Cambios para responder a los déficits de productividad y competitividad
La agenda de reformas, como se puede observar del cuadro adjunto, es de por si compleja. Cada una de ellas observa dificultades y resistencias que determinarán el grado de profundidad de las mismas.
 Se concuerda que la etapa del crecimiento fácil concluye y que hay que concentrarse en los factores que influirán en un crecimiento basado en la productividad y competitividad.
Si bien el fenómeno de la globalización y las reformas de los noventa desarrollaron conductas de emprendimiento aunque mayormente por necesidad antes que por oportunidades, nos encontramos en un momento de consolidar un clima de competitividad. Las reformas en el sector educación pueden ser ese detonante al priorizarse los aprendizajes, calidad de docencia y gestión descentralizada. Los mismos docentes comprenden que no pueden estar ajenos a la capacitación y a la actualización y mejor aun cuando se cuenta con incentivos donde se reconoce el valor del conocimiento y un pago proporcional por este pero respetando derechos laborales. En la misma orientación se encuentra la ley del servicio civil.
Es pues la calidad del sistema educativo la que determinará una mayor participación en las oportunidades que se desprenden de inversiones que por la misma amplitud de nuestros mercados son superiores a los 2,000 millones de dólares. En ese sentido, el sector educativo, academia e industria tienen que conversar para estructurar currículos que materialicen las demandas de talentos por parte de empresas de acuerdos a sus necesidades y no sentirnos excluidos de oportunidades y riqueza que se genera con nuestros recursos naturales fundamentalmente.
En ese sentido, es importante el anunció promovido por el sector educación antes que por iniciativa de la gestión integral de la Modernización de la Gestión Pública que le correspondería a la Secretaria de Gestión Pública de PCM, dado que con estos cambios también se empieza a resolver la debilidad del proceso descentralización en cuanto a la definición de las funciones y competencias de cada nivel de gobierno, por ende, se ejerce el rol rector y genera una mayor articulación intergubernamental e intersectorial.
Otro cambio a tomar en consideración es el tributario. La concentración de la tributación es la que debe llamarnos la atención dado que el 80% de la recaudación proviene de 15,000 contribuyentes de un total de 5 millones de contribuyentes, al momento de solicitar el fortalecimiento de Sunat en setiembre del 2011; de estos aproximadamente 54 contribuyentes aportan el 40% de la recaudación.
Este dato tiene por finalidad mostrar el desafío de la diversificación productiva puesto que la ampliación de la base tributaria no será suficiente con la incorporación de la informalidad y medidas para reducir la evasión, exoneraciones y conciencia tributaria. El grado de concentración de la riqueza expresa la necesidad del desarrollo de capacidades de gestión así como de competitividad.
El esfuerzo de un sistema meritocrático en la administración pública  se sustenta en que luego de más de dos décadas de crecimiento económico las organizaciones públicas, privadas y sociedad civil requieren nuevas estructuras organizacionales porque las exigencias del desarrollo así lo ameritan.
Progresivamente la prestación de bienes y servicios básicos empiezan a coberturarse y esto se traduce en una mayor integración de las áreas rurales a los espacios urbanos producto de mejor infraestructura económica y social que incrementa ingresos y capacidad adquisitiva, sin embargo, las demandas ahora se orientan hacia otro tipo de bienes y servicios y nuestro país se siente presionado por incrementar agresivamente la productividad y competitividad, eficiencia y equidad.
El reto de crecer y distribuir convoca a participar a todos los actores pero será sobre la base de una estructura estatal eficiente y eficaz, una sociedad cohesionada y liderada por el jefe de Estado que nos permitirá superar la denominada trampa de ingresos medios al concentrarnos por consenso en invertir en otro tipo de infraestructura, capital humano más calificado, mercado laboral sin rigideces, en ciencia y tecnología y nuevo diseño institucional. El MMM 2014-2016 alerta acerca de los riesgos de la sostenibilidad en el crecimiento y donde sólo unos cuántos países han logrado mantener sus tasas de crecimiento en el largo plazo. Chile creció en promedio a una tasa de  6.9% durante el período 1990-1999. Durante el 2000-2011 fue de solo 3.9% y su tasa de crecimiento potencial de largo plazo es de 4.5%. Perú muestra un crecimiento promedio histórico (1950-2012) de 4% con lo cual “…el estimado actual de crecimiento potencial en torno del 6.0%-6.5% tiene un riesgo a la baja…”
¿Los conflictos provenientes de los reclamos socio ambientales serán determinantes en la reproducción de experiencias históricas en cuanto a la sostenibilidad de nuestras tasas de crecimiento? La nueva oficina de Diálogo y Sostenibilidad, la ley de Consulta Previa, el SENACE, el ordenamiento territorial entre otros deben posibilitar nuevas inversiones para el aprovechamiento de nuestros recursos naturales, garantizar a la ciudadanía su disponibilidad y confianza en la preservación del ambiente y de su cultura.
-        Conclusiones
Nos encontramos ante una ventana de oportunidad  que puede ser aprovechada porque se cuenta con el conocimiento relativo para hacer realidad los cambios en curso pero que requieren del liderazgo del Presidente de la República o de la Presidencia del Consejo de Ministros.
Progresivamente hemos fortalecido nuestras instituciones que nos permiten trasladar procesos de aprendizaje en la gestión de los problemas públicos del ámbito de la economía hacia el socio ambiental y son éstos los que permiten cumplir con compromisos políticos. Es así que este conocimiento y la fortaleza institucional señalada minimizan los problemas de liderazgo observados y contribuyen hacia diseños de intervención del Estado en la economía donde lo deseable socialmente, como es el de crecer y distribuir, supone reafirmar un modelo propio y evitar reproducir conductas clientelistas y dádivas que no hacen sino retornar a épocas pasadas de un sistema político proclive al déficit, endeudamientos y ciclos políticos perversos.
Asimismo, las entidades públicas gestoras de los procesos de cambio deben comprometer al conjunto de la ciudadanía y para ello deben informar periódicamente en particular a las distintas comisiones del Congreso de la República siendo deseable que éstas no sólo fiscalicen sino que efectivamente gestionen conjuntamente las políticas sectoriales, asimismo, involucrar a las universidades y empresas en las tareas que deben acompañar en los desafíos que se desprenden de los cambios propuestos.
Consideramos que el desarrollo institucional obtenido viene modelando los comportamientos políticos y sociales y no intereses subalternos producto de la comprensión que el funcionamiento de la democracia permite atender oportunamente y pertinentemente los diferentes bienes y servicios de los pueblos más alejados del Perú.
Una agenda basada en estas reformas garantizarán a la ciudadanía la confianza sobre los desafíos pendientes y permitirán reencontrarse al Presidente de la República con Cajamarca y suscribir un pacto por el desarrollo donde toda la clase política se comprometa y canalice sus energías a promover una cultura de la competitividad y no a una confrontación política que pone en riesgo el destino de muchos compatriotas. Evitemos que la historia reproduzca el dato de ser un país que no supo sostener su crecimiento económico producto de caudillos y no estadistas capaces de generar la suficiente confianza y liderazgo.
10-06-2013



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