En inspiradora charla “The pursuit of ignorance” (TED) Stuart Firestein comenta sobre un curso que desarrolla en la Universidad de Columbia junto con algunos colegas, en cuyas clases explican a los alumnos que es aquello que los científicos no conocen de sus áreas de especialidad y que procuran descubrir con sus investigaciones. Piensa como James Maxwell que ser consciente de nuestra profunda ignorancia es el preludio para todo avance científico.
La idea es usar el conocimiento existente para crear una ignorancia de alta calidad, que provoque buenas preguntas sobre lo faltante o nuevo que hay que descubrir. El rol de la educación debería ser por tanto darles a los alumnos el gusto por ir más allá de las fronteras del conocimiento existente. Me pareció una propuesta brillante que debería tener cabida en la pedagogía escolar y universitaria de nuestros tiempos.
Por ejemplo, se conocen datos sobre el incremento continuo en los acosos y ataques a las mujeres. La pregunta -cuya respuesta no conocemos- sería ¿cómo se revierte eso?
Pero para ello hay que vencer al principal enemigo de la educación relevante e interesante que es la preparación para dar pruebas o exámenes que se basan en los conocimientos ya existentes. Romper la imprudencia pedagógica escolar que convierte a niños de educación inicial con enorme interés por la exploración científica en egresados escolares que no quieran saber nada con las ciencias. Resulta desmotivante acumular conocimientos científicos requeridos solo para rendir pruebas sin que los alumnos les hayan agregado valor alguno.
Hay que pensar bien si lo que queremos es que los alumnos se dediquen a hacer tareas y rendir pruebas o si queremos que exploren y traspasen las fronteras del conocimiento. En todo caso las pruebas debieran diseñarse para preguntar “dada esta respuesta que han hallado los científicos sobre el tema X ¿cuál es la nueva pregunta que habría que hacer para seguir avanzando?”
Hay que entender de una vez por todas a Yeats que sostenía que la educación no debe ocuparse de llenar huecos, sino de alimentar los fuegos de la motivación y la pasión por investigar y aprender.
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