La Coca-Cola, "determinante" en muerte de mujer de 30
Redacción
BBC Mundo
Martes, 12 de febrero de 2013
Un forense en Nueva Zelanda ha concluido que beber demasiada Coca-Cola fue un factor determinante en el fallecimiento de una mujer, de 30 años de edad, que sufrió un paro cardíaco que le causó la muerte en 2010.
Natasha Harris bebía entre 6 y 10 litros de esta gaseosa cada día -una cantidad que contiene el doble del límite recomendado de cafeína y 11 veces más del de azucar.
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Harris, madre de 8 niños, que había perdido los dientes, bebía Coca-Cola a lo largo de todo el día y su familia aseguró que era una "adicta", llegando a sufrir incluso síndrome de abstinencia.
La compañía argumentó que no se podía probar que su producto había contribuido a la muerte de la fallecida.
Pero el forense aseguró que de no haber sido por las enormes cantidades de gaseosa que bebía Harris no habría muerto "cuándo ni cómo" lo hizo.
Según el experto la Coca-Cola fue un "factor sustancial" en la condición cardíaca de la fallecida, y aunque creyó que no había que responsabilizar a la bebida de la salud de los consumidores que abusaban de ella consideró que las compañías de bebidas gaseosas deberían aclarar mejor los riesgos de consumir demasiado azúcar y cafeína.
Presión arterial y obesidad
La muerte de Harris ha vuelto a recordar las consecuencias que puede tener el consumo abusivo de bebidas azucaradas.
Algunas investigaciones recientes relacionan el consumo de este tipo de bebidas con un aumento en la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo para las enfermedades del corazón.
La presión arterial alta es uno de los principales riesgos para el desarrollo de la enfermedad cardíaca, ya que si bien puede no dar síntomas es una de las causantes de lo que se denomina aterosclerosis y enfermedad arterial coronaria, que se produce cuando las paredes de las arterias se vuelven más gruesas por el depósito de grasas en ellas.
En relación con las bebidas edulcoradas o bebidas dulces, una investigación reciente encontró que las personas que consumen más glucosa y fructosa (dos tipos de endulzantes que se contienen estas bebidas) tienen niveles de presión arterial más elevados.
Asimismo, los investigadores encontraron que quienes están acostumbrados a consumir más bebidas azucaradas, en general, tienen una dieta menos saludable que quienes no lo hacen. Además, estas bebidas agregan más calorías al cuerpo lo que puede potenciar la obesidad, otro de los factores más importantes que ponen en riesgo la salud del corazón.
La Asociación del Corazón de Estados Unidos recomienda que la gente no consuma más de tres bebidas carbonatadas de 355 mililitros a la semana.
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