La desnutrición tiene muchas caras. Y en Guatemala, donde el gobierno declaró esta semana el estado de calamidad pública por la situación de hambre, quienes luchan por salvar a los niños conviven con una realidad que desafía adjetivos.
"Encontramos niños que se hinchan por la retención de líquidos, con decoloración del cabello (...) y niños con otra forma de desnutrición severa, con la piel pegada al hueso", relata Lida Escobar, monitora de campo del Programa Mundial de Alimentos en Guatemala.
Escobar, quien tiene más de 20 años de experiencia en distribución de ayuda, compartirá con los lectores su visión de la realidad en el terreno, mientras recorre comunidades afectadas.
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clic Lea la primera entrega: "Da mucha tristeza"No hay fuentes de trabajo: 15 de setiembre
"Yimi Manfredo Román Cruz tiene un año con cuatro meses. Es originario de la comunidad Los Izotes, Santa María Shalapan, Jalapa. Su ingreso al hospital de Jalapa fue por desnutrición aguda y bronconeumonía. No se podía sentar ni sostener su cabeza por si solo.
Delia Cruz Gutiérrez, de 26 años de edad, la madre de Yimi, ha procreado un hijo más y por circunstancias de la vida ahora es viuda. Para sostener a sus hijos se dedica a la recolección de leña en el campo, la que después vende para comprar los alimentos de sus hijos.
Yimi se recuperó de la bronconeumonía, sus movimientos psicomotrices han mejorado. Pero lamentablemente, tiene que abandonar el hospital para regresar a su hogar. En el hospital no tienen cómo responder y alimentar a los niños. La recuperación puede llevar dos o tres meses, dependiendo del caso.
En el área indígena Chortí, en Chiquimula, sí tenemos dos centros de recuperación nutricional donde el niño no se va hasta que está recuperado completamente.
Lamentablemente, tiene que abandonar el hospital para regresar a su hogar. En el hospital no tienen cómo responder y alimentar a los niños.
Niños como Yimi tienen que irse a sus comunidades y la pregunta para nosotros es, ¿qué va a pasar con estos niños que no tienen comida en sus hogares? De seguro van a regresar al hospital.
El hospital lo remite al Frente contra el Hambre, un programa que reúne al gobierno y la sociedad civil, con apoyo del Programa Mundial de Alimentos. Se entrega maíz, frijol, harina, arroz, aceite, azúcar, está programado el apoyo hasta el mes de diciembre. Pero la ayuda cubre sólo el 50% de las necesidades.
Algunos niños, cuando el médico les dice que es hora de ir a casa, no quieren irse y le dicen al médico, "es que en mi casa, ¿qué vamos a comer?". Las condiciones para adquirir los alimentos cada día son peores, las cosechas se han perdido y no hay fuentes de empleo.
La sequíaSoy ingeniera agrónoma y mi criterio personal es que en este momento la crisis no es sólo por la sequía y la falta de alimentos. En algunos casos, maíz hay y frijol también hay, pero no hay dinero para comprarlo y no hay trabajo. Las señoras no pudieron comprar alimentos para almacenar. Y lo que tenían, lo tuvieron que vender porque no tenían de donde echar mano.
Uno de los problemas es que no hay fuentes de trabajo. Anteriormente se podía trabajar en la agricultura. Ahora los costos de los abonos e insumos se han elevado, lo que no permite que los agricultores puedan comprarlos, como también muchos trabajan en fincas en el lado de Honduras en el cultivo de café.
Lida Escobar conversa con Delia, la mamá de Yimi. Delia es viuda y recoge leña en el campo, que vende para dar de comer a sus hijos.
La crisis por la sequía se va a empezar a ver desde mediados de septiembre del 2009 a Agosto del año entrante.
La época más fuerte de cosecha es octubre y noviembre.
Ahora las milpas están dobladas. La planta se dobla para que el maíz se seque antes de la cosecha. El problema es que la mazorca ya no va a dar el mismo peso de grano por la sequía, es mucho más chiquita.
Algunas familias tienen una cuerda de tierra para cultivos de subsistencia, otras alquilan. Pagan por hectárea unos 400 quetzales por año, cerca de 50 dólares. El que menos siembran tiene 0,3 de hectárea.
Es necesario apoyar al agricultor con proyectos de mediano y largo plazo para mejorar sus rendimientos e ingresos para que sus familias vivan mejor.
Y pienso mucho ¿qué está pasando con las madres? ¿qué está pasando con los padres? Incluso en el área Chortí encontramos madres con 14 y 16 hijos, madres adolescentes tan jóvenes como de 14 ó 12 años. A veces dicen, “más de alguno se nos va a criar, por eso tenemos tantos”. O “todos los niños traen el pan bajo el brazo”.
Es un problema de educación. Los médicos, las enfermeras hablan de planificación familiar, pero las parejas no aceptan practicarla por sus creencias."
BBC. COM
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