Es bueno Tomar leche?....

“Tómate toda la leche y después te vas a jugar”. ¿Cuántas veces habremos escuchado esa frase durante nuestra infancia? ¿Cuántas veces más, ya de adultos, muchos médicos nos recomendaron ingerir gran cantidad de lácteos para fortalecer nuestros huesos y prevenir, entre otras cosas, la osteoporosis?

Sin embargo, la leche no parece ser el “alimento milagroso” que muchos creen. “En los últimos años, tomar leche tiene más contras que pros para nuestra salud. Si bien en la antigüedad era un alimento y un medicamento, hoy, con la industrialización, se desvirtuaron muchísimo sus propiedades originales”, explica el doctor Alfredo Lauría, Director Médico del Centro Argentino de Ayurveda.

Y continúa: “La leche que compramos hoy en los supermercados es, primero, deshidratada. Luego, se la estaciona en lugares similares a los silos, donde sufre ataques de hongos y bacterias, por lo que, antes de volver a hidratarlas para ponerlas en la góndola, se le debe agregar antibióticos y otros químicos que le quitan los nutrientes vitales, los antioxidantes, las vitaminas y los minerales. Dime, ¿qué alimento natural puede durar seis meses guardado en un envase de cartón?”.

La doctora Elba Albertinazzi, presidenta de la Asociación Argentina de Médicos Naturistas, coincide en los perjuicios de estos procesos de industrialización: “Van mucho más allá de la simple pasteurización. Se trata de calentamientos excesivos, descremado con eliminación de vit.liposolubles: A, D, E, que luego se agregan pero no en forma natural; el hierro agregado a la leche no se absorbe por la falta de enzimas y actualmente hay una leche rica en caseína, que puede favorecer el desarrollo de alergias”.

¿Qué sucede con los bebés y niños?

Muchas corrientes sostienen que el ser humano -al igual que los demás mamíferos- no debería seguir tomando leche después de haber sido destetado. Según esta postura, la única leche adecuada para el ser humano es la leche materna y no deberían consumirse lácteos de ningún tipo una vez terminada la fase de amamantamiento, siempre recomendada el primer año de vida.

“En la niñez o en ciertas etapas, como durante el embarazo, la leche es un alimento muy importante, del cual no podemos prescindir. Pero también es cierto que a los siete años, el hombre pierde las enzimas que nos permiten digerir la leche, por lo que se convierte en un alimento que favorece la acumulación de toxinas, la producción de moco y que puede agravar enfermedades neurológicas”, comenta Lauría. “Por eso es necesario medicar la leche, agregarle ciertas hierbas o especias que neutralizan el efecto tóxico. Mediante un diagnóstico personal, se le da al paciente una receta donde puede agregar jenjibre, canela, pimienta o limón, de acuerdo a sus necesidades”.

“Luego del destete, tenemos que considerar los antecedentes familiares. Si en la familia de alguno de los dos  padres hay personas que han tenido reacciones alérgicas o enfermedades del sistema inmune (alergias alimenticias, eccemas, psoriasis, asma, rinitis, mucosidades, diarreas o constipación frecuentes, cólicos, distensiones) es mejor evitar la ingesta de lácteos  hasta los 2 años por lo menos, y luego tratar de no abusar de ellos”, aclara Albertinazzi.

¿Es realmente la leche una fuente de calcio?

“Es cierto que la leche animal contiene una buena cantidad de calcio, pero unida al fósforo, lo que no permite su liberación para ser absorbido –explica Albertinazzi-. Por eso, nuestro consejo para los adultos es evitar los alimentos descalcificantes, es decir, alimentos con aditivos, que “sacan” el calcio de sus depósitos naturales, los huesos, para compensar la acidez del organismo”.

“Para la osteoporosis, es más importante evitar gaseosas, azúcar blanca y harinas, que consumir mucha leche, ya que lo que el hueso termina absorbiendo es mínimo comparado con los elementos tóxicos que también se introducen al organismo. La leche de vaca está preparada para nutrir a un ternero y no a un ser humano. Tenemos contexturas óseas muy distintas. Entonces, si no ordenás tu dieta, por más que tomes tres litros de leche por día, será en vano para prevenir la osteoporosis”, dice Lauría.

“Lo que se recomienda en reemplazo son leches de origen vegetal, de arroz, de castañas, de almendras, de cebada, que mantienen todos los nutrientes, minerales, ácidos grasos polisaturados fundamentales para el sistema inmunológico”, asegura el doctor.

“Además, es necesario aumentar los alcalinizantes, es decir, verduras de hojas verdes, semillas, almendras, coliflor y brócoli, ajo, cebolla y repollo. En el caso de los bebés que no pueden amamantarse, una opción es usar las leches maternizadas -comenta Albertinazzi- Recién a partir de los 6 meses, cuando el bebé comienza a ingerir otros alimentos pueden usarse jugos vegetales, mal llamados leches, que son muy fáciles de hacer hirviendo los cereales en agua y procesándolos o colándolos. Es preferible mezclarlos entre sí, por ejemplo, arroz con almendras o sésamo, que contienen una buena cantidad de calcio y magnesio. A medida que el bebe crece pueden ingerirse como papillas completando los purés vegetales”.

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