La atención primaria pide atención
por Osvaldo Artaza.
Una de las cosas que llama la atención tanto en México
como en la mayoría de países de América Latina, es que sus sistemas de
salud están compuestos por instituciones que están fragmentadas. Los
servicios más utilizados y demandados por los ciudadanos son los de
atención primaria, pero estos en muchos casos no tienen suficiente
cobertura ni resolución. Quizá la respuesta esté en que la mayoría del
gasto público en salud se deriva a la atención en hospitales, ¿por qué
existe esta disonancia? ¿Por qué se sigue apostando por un sistema
basado en el hospital y en lo curativo?
A pesar de todos los esfuerzos realizados por varias décadas por
integrar el Sistema Nacional de Salud y por generar redes efectivas
basadas en la atención primaria, la realidad señala que continúa
manteniendo su desarticulación. El diseño del sistema de salud sigue
concentrando la oferta de servicios en la atención hospitalaria, en
particular de tercer nivel, centros que cuentan por ejemplo con unidades
renales, de trasplantes y tratamientos de quimioterapia o radioterapia.
Existe, así, una discrepancia entre las necesidades de la población,
especialmente la más vulnerable, y el diseño vigente de los servicios de
salud.
La Organización Panamericana de la Salud ha pedido una renovación de la estrategia dictada hace 35 años en la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de la Salud en la que participaron los países miembros de la OPS/OMS
en Alma-Ata, Kazajstán. La OPS sugiere que esta revisión es “más
necesaria que nunca” con el objetivo de que refleje mejor las
necesidades contemporáneas en materia de salud y de desarrollo de la
población.
En respuesta a las consecuencias de los sistemas sanitarios fragmentados y segmentados, la OPS sostiene que es necesario implementar Redes Integradas de Servicios de Salud (RISS) en
los sistemas de salud del continente. Asimismo, ha propuesto cómo se
debe diseñar e implementar un modelo de RISS centrado en la atención
primaria con el objeto de que el usuario de los servicios perciba que
sus cuidados son coherentes con sus necesidades y continuos en el
tiempo. Es decir, que no existan quiebres en la cadena lógica de sus
requerimientos a pesar de que reciba prestaciones en distintos centros.
Los sistemas fragmentados requieren un modelo de atención que
facilite su integración gradual de cara a las necesidades de la
población usuaria. Por ejemplo, en el caso de México, se hace imperioso
implementar un Modelo de Atención que ayude a hacer posible los
requerimientos de acceso y calidad que postulan el Plan Nacional de
Desarrollo y el Plan Sectorial de Salud.
Para seguir avanzando primero hay que constatar que no se parte de
cero ya que hay varias experiencias exitosas y considerar algunas claves
como:
- fortalecer la capacidad de las secretarías y/o ministerios de salud para dirigir y coordinar los subsectores del sistema
- fortalecer políticas para que los recursos humanos sean suficientes, competentes y bien distribuidos para cubrir las necesidades de todas las personas y comunidades
- procurar que los recursos financieros, además de ser suficientes, estén alineados con la atención primaria para promover el tratamiento de los problemas de salud en el lugar más apropiado y la promoción y preservación de la salud de las personas
- que los sistemas de información continúen integrándose de modo que ayude a vincular a todos los miembros de la red
- ir paulatinamente homologando las carteras de servicios de las distintas instituciones
- estandarizar sus costos
- establecerse un sistema común de garantía de la calidad
Lo anterior debe implementarse con gradualidad pero con sentido de
urgencia ya que, de no cambiar el actual modelo, las posibilidades de
enfrentar con éxito los nuevos desafíos serán menores, a mayor costo y
con enorme insatisfacción de la ciudadanía.
El desafío de instalar un modelo de atención común basado en la
estrategia de la atención primaria requerirá de toda la voluntad de las
partes y grandes acuerdos políticos y técnicos. Los ciudadanos y
ciudadanas de hoy y del mañana, sobre todo los más pobres, lo apreciarán
y lo reconocerán.
¿Cómo funciona la atención primaria de tu país? ¿Estás satisfecho con
ella? ¿Crees que las administraciones deberían estar más pendientes de
ella? Haz saber tu opinion comentando en este blog o en nuestra cuenta
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Osvaldo Artaza es médico por la Universidad de Chile y tiene
estudios de posgrado en la especialidad de Pediatría, Cardiología
Infantil y en Gestión de Instituciones de Salud por la misma casa de
estudios. Fue ministro de Salud de Chile durante la presidencia de
Ricardo Lagos y fue director del hospital de niños Luis Calvo Mackenna
durante 16 años. Desde 2013 trabaja como consultor en Sistemas y
Servicios de Salud de la Representación en México de la OPS/OMS y sus
áreas de especialidad son la gestión hospitalaria y las políticas
públicas de salud.
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