Así lo indica un nuevo informe publicado en la Revista Panamericana
de Salud Pública, que presenta un modelo para abordar integralmente las
muertes maternas y la morbilidad materna grave.
Buenos Aires, 16 de julio de 2015 (OPS/OMS).- La
reducción de la tasa de embarazos no planificados es, sin lugar a dudas,
la medida más efectiva para el descenso de la mortalidad materna, la
morbilidad materna grave y las complicaciones potencialmente fatales
relacionadas al proceso reproductivo. Así lo asegura un nuevo informe
publicado en la Revista Panamericana de Salud Pública de la Organización
Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS),
que presenta un modelo para abordar integralmente la mortalidad materna y
la morbilidad materna grave.
La investigación propone reconceptualizar el modelo “de las tres
demoras”, que refiere a que la mortalidad materna puede deberse a la
demora en la gestante o su familia en reconocer signos de alarma y
decidir buscar atención; la demora en acceder a los servicios de salud y
la demora en recibir servicios de calidad en forma oportuna y adecuada.
El trabajo considera que debe incorporarse una cuarta demora, que en
realidad “debiera ser la primera”: la demora en la búsqueda de medidas
anticonceptivas para la planificación oportuna del embarazo, postula.
“Es en esta etapa cuando la familia y la comunidad son fundamentales para reconocer los factores y las complicaciones de
riesgo, así como para promover la oportuna y adecuada remisión de los
casos a los servicios de salud”, señala el informe. “De ahí que la
anticoncepción no se deba ver como una agenda independiente de la de
reducción de la mortalidad materna o de la de promoción de los derechos
humanos de las mujeres y la equidad de género”, sostiene.
Un estudio realizado en Argentina mostró que de 65.033 mujeres
analizadas, el 50,4% había tenido embarazos no planificados. En tanto, a
nivel mundial, se estima que en el año 2013 ocurrieron 292.982 muertes
maternas, una disminución con respecto a las 376.034 registradas en
1990. La mayor proporción de decesos ocurrieron durante el parto o la
etapa posparto. En América Latina y el Caribe, de todas formas, casi
ningún país muestra un ritmo de reducción de la mortalidad materna
suficiente para lograr la meta propuesta en los Objetivos de Desarrollo
del Milenio.
Según los autores del informe, la mortalidad materna es un importante
problema de salud pública y de derechos humanos. “El conocimiento de la
magnitud y las causas de las muertes maternas ha sido insuficiente para
intervenir efectivamente en el alcance de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio”, admiten. En este marco, plantean un modelo para abordar
integralmente la mortalidad materna y la morbilidad materna grave, con
siete campos: priorización y definición del problema, caracterización
contextual, amplitud metodológica, gestión del conocimiento, innovación,
implementación, y un sistema de monitoreo y evaluación de las
gestantes. Este modelo permite abordar los problemas asociados con la
mortalidad materna y la morbilidad materna grave desde una perspectiva
anticipatoria de las complicaciones potencialmente fatales que pueda
haber durante el proceso reproductivo.
El informe fue escrito por los expertos Ariel Karolinski, consultor
en Salud Materna de la OPS/OMS en Argentina, y coordinador general del
CISAP (Centro de Investigación en Salud Poblacional del Hospital Durand,
Buenos Aires, Argentina); Raúl Mercer, Paula Micone, Celina Ocampo,
Pablo Salgado y Dalia Szulik, del Centro de Investigación en Salud
Poblacional; Lucila Swarcz, del Centro de Estudios de Estado y Sociedad;
Vicente Corte, de la Maternidad Provincial de Jujuy; Belén Fernández
del Moral, del Hospital de la Madre y el Niño de La Rioja; Jorge
Pianesi, del Ministerio de Salud de Misiones; y Pier Paolo Balladelli,
representante de la OPS en Argentina.
El informe destaca la importancia de la gestión del conocimiento para
la reorientación de políticas, programas y la atención sanitaria.
Específicamente, desde el Ministerio de Salud de la Nación en Argentina,
“el desarrollo de un conjunto mínimo de indicadores basado en el
Sistema Informático Perinatal orientado a la gestión, denominado
SIP-Gestión (SIP-G), permitió evaluar la variación en el desempeño de
los servicios de salud argentinos mediante la medición del uso de
prácticas que permitieran reducir la morbimortalidad materna y perinatal
y mejorar el comportamiento de los indicadores seleccionados de base
poblacional”.
“Se debe mejorar la interacción y explotar las sinergias entre las
personas, las comunidades y los actores del sistema de salud para
potenciar los resultados de los programas sanitarios. Se requiere más
información científica validada sobre la forma en que las intervenciones
deben aplicarse en diferentes entornos”, exhorta, y llama a fortalecer
la articulación entre los centros de investigación, las agencias de
cooperación y los organismos del Estado.
El trabajo forma parte del nuevo número de la Revista Panamericana de
Salud Pública, la cual se centra en plantear una nueva agenda de salud
de la mujer en la Región de las Américas. Los artículos de investigación
original destacan los múltiples problemas de salud que enfrentan las
mujeres de la región, en especial aquellas de menores recursos, y de
poblaciones indígenas y rurales, así como las brechas que persisten en
los sistemas de salud en responder estos problemas. Todos los artículos
están disponibles en: www.paho.org/journal
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