La felicidad también nos rompe el corazón
La frase «se me ha roto el corazón» es mucho más literal de lo que parece. Una ruptura, la muerte de la pareja o un hijo o un grave disguste pueden ponernos al borde de un ataque cardiaco. Y ahora también un evento que nos colme de felicidad
La felicidad también nos puede romper el corazón. El denominado síndrome del corazón roto, también conocido como síndrome Takotsubo, puede ser provocado por un episodio de felicidad, y no solo como se pensaba hasta ahora por un acontecimiento adverso. Lo acaba de demostrar por vez primera un equipo internacional dirigido por Christian Templin, del Hospital Universitario de Zurich (Suiza), cuyos resultados que se publica en«European Heart Journal» demuestra que este síndrome pueden ser provocado por acontecimientos de la vida, negativos y positivos, lo que a juicio de los investigadores sugiere que, «a pesar de su distinta naturaleza,los acontecimientos felices y tristes de la vida pueden compartir similares vías emocionales comunes, que en última instancia pueden desencadenar el síndrome».
El síndrome del corazón roto tiene los mismos síntomas que el infarto de miocardio pero afortunadamente sin sus graves consecuencias. La enfermedad tiene síntomas similares a un infarto de miocardio, con una debilidad cardiaca transitoria, en la cual la parte del corazón afectada (el ventrículo izquierdo) adquiere una forma similar a la de la vasija. Se produce en personas sanas, sin estrechamiento de las arterias coronarias, y su pronóstico suele ser benigno. Casi todos los enfermos se recuperan completamente al cabo de unas semanas.
Síndrome del corazón feliz
Se cree que en el 90% de los casos está provocada por un estrés muy fuerte y súbito. Algunos estudios apuntan que ese estrés produce la liberación repentina de grandes dosis de catecolaminas, unas sustancias similares a la adrenalina que, a dosis muy altas, tienen un efecto tóxico sobre el corazón. De hecho, síntomas similares a los que tienen estos enfermos se han descrito en pacientes que han sufrido sobredosis accidentales de adrenalina.
Descrito por primera vez en los años 90 en Japón, se le denominó Tako-Tsubo porque así se llama una vasija usada tradicionalmente entre los pescadores nipones para atrapar pulpos. Ahora, por primera vez, los investigadores han analizado los datos del mayor grupo de pacientes diagnosticados de este síndrome en todo el mundo, y han visto que algunos pacientes han desarrollado la enfermedad después de un acontecimiento feliz o alegre; que han llamado «síndrome del corazón feliz».
Templin estableció en 2011 el primer Registro Internacional Takotsubo en el hospital Universitario de Zurich. Para este estudio se han analizado los datos de los primeros 1.750 pacientes registrados procedentes de los 25 centros colaboradores en nueve países (Austria, Alemania, EE.UU., Finlandia, Francia, Italia, Polonia, Reino Unido y Suiza).
Y los resultados mostraron que en los 485 pacientes en los que hubo un ‘disparador emocional definido’, en 20 (4%) el síndrome se había desencadenado por acontecimientos felices y alegres, como una fiesta sorpresa, una boda, el triunfo de su equipo favorito o el nacimiento de un nieto, mientras que en los 465 restantes (96%) se había producido después de situaciones tristes y estresantes.
Otro dato interesante del trabajo, aunque ya conocido, es que el corazón se rompe más habitualmente en las mujeres: el 95% de los pacientes del estudio eran mujeres, tanto en los 'corazones rotos' con en los 'corazones felices'. Y el mayor riesgo se da en las mujeres post-menopáusicas (la edad media fue de 65 entre los 'corazones rotos' y de 71 entre los 'corazones felices').
Cambio de paradigma
Para la investigadora principal, Jelena R. Ghadri, los nuevos hallazgos deberían conducir a un cambio de paradigma en la práctica clínica. «Hemos demostrado que los factores desencadenantes de este síndrome puede ser más variados de lo que se pensaba hasta ahora. Ya no podemos hablar siempre del 'corazón roto', y los médicos deben ser conscientes de ello y tener en cuenta que los pacientes que llegan al servicio de urgencias con síntomas de ataques al corazón, como dolor de pecho y dificultad para respirar, después de un acontecimiento feliz, podrían estar sufriendo este síndrome». Y añade: «nuestros hallazgos amplían el espectro clínico de síndrome de Takotsubo».
Los investigadores también han visto que un patrón diferente en los corazones rotos y los felices: los pacientes cardíacos 'felices' eran más propensos a tener corazones que habían estallado en la mitad del ventrículo. Aunque se trata de un nuevo e interesante hallazgo, el pequeño número de pacientes en este grupo obliga a hacer más investigación
Templin considera que se necesita más investigación para comprender los mecanismos exactos que subyacen tanto a los corazones ‘rotos’ y ‘felices’. «Creemos que este síndrome es un ejemplo clásico de un mecanismo de retroalimentación entrelazado en el que intervienen los estímulos psicológicos y / o físicos, el cerebro y el sistema cardiovascular. Tal vez los eventos felices y tristes de la vida, aunque inherentemente distintos, comparten vías comunes de salida del sistema nervioso central, que en última instancia conducen al síndrome de Takotsubo».
Los investigadores están trabajando para entender mejor la relación entre el corazón y el cerebro; que están utilizando resonancia magnética funcional para examinar el funcionamiento de las partes del cerebro conocida por estar involucrada en el procesamiento de las emociones, reacciones, el comportamiento, la toma de decisiones y la memoria, tales como la amígdala y la corteza prefrontal.
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