La verdad científica del lavado vaginal y los abortos
Cuando políticos mal informados, mal intencionados y timoratos se refieren a la ciencia, muchas veces hablan disparates. Tal como lo reportamos en un artículo de junio del 2015 –en pleno debate sobre la despenalización del aborto por un embarazo producido por una violación-, el congresista Juan Carlos Eguren aseguró que durante una violación, la mujer no sale embarazada porque sufre estrés y no tiene lubricación vaginal.
Pues la semana pasada se produjo un caso similar, en el que se combinan otra vez un congresista, el aborto, la violación y la vagina. En una entrevista radial –cuyo video está dando la vuelta al mundo- el moderador le hace una pregunta muy simple y directa a sus entrevistadas, Isabel Cedano candidata al congreso por el Frente Amplio; y Luciana León, candidata a reelección por el partido Aprista. La pregunta es acerca de su posición frente al proyecto de ley que busca despenalizar el aborto por un embarazo producido por una violación.
Por su lado, en un alarde de ambigüedad exquisita, la congresista Luciana León dijo lo siguiente: “yo soy pro vida, por lo que hablar del aborto para mi es muy complejo, sin embargo también es una situación muy compleja cuando estamos en casos de violación”. Y luego de proponer la cadena perpetua para los violadores, independientemente de la edad de la mujer violada, dijo lo siguiente: “Para hablar ya del aborto han tenido que pasar muchas etapas, si ha habido una violencia sexual puedes en primer lugar ir a hacerte un lavado vaginal, puedes hacer o tomar la píldora del día siguiente… tienes muchas otras medidas mas allá de llegar al tema del aborto, que en mi opinión tendrían que ser viables antes de poder pasar por este tema”. Esa declaración contiene un monumental disparate científico, el cual es que el uso de un lavado vaginal podría prevenir un embarazo.
En ese sentido, queremos recordarle amable lectora que no existe ninguna evidencia científica de que un lavado o ducha vaginal vaya a impedir un embarazo, si eso fuera cierto, tendríamos el método anticonceptivo mas efectivo del mundo al alcance de las manos. Por mas rápida que se haga la ducha vaginal, los espermatozoides pueden estar ya en el canal endocervical, en pleno camino a la trompa de Falopio para fecundar al óvulo.
Por cierto, aparte del lavado vaginal, tampoco funcionan para evitar el embarazo los hechizos o rezos, el poner hierbas o excremento en la vagina u orinar después de la relación sexual.
Pero es desde el punto de vista legal que las pérfidas declaraciones de León hacen más daño a la mujer. De acuerdo al Centro de Tratamiento de Violaciones de la Universidad de California en Los Ángeles, la mujer violada debe tomar los siguientes pasos: buscar un lugar seguro, reportar el caso a la policía, llamar a un familiar o amigo, recibir atención médica inmediata, escribir todo lo que recuerda para no olvidarlo, y sobre todo, no destruir evidencias de lo ocurrido. En ese sentido, el bañarse o hacer un lavado vaginal va a destruir la evidencia mas importante que se tiene para probar la violación: el esperma del violador para hacer una prueba del ADN.
Dándose cuenta del daño que sus palabras le han causado, la congresista publica una carta aclaratoria, en la que afirma de que sus expresiones han sido totalmente sacadas de contexto. Lo cierto es que la pregunta fue simple y directa y la respuesta completa es la que esta transcrita líneas arriba, no hay nada fuera de contexto. Lo que dijo, fue lo que dijo.
Pero, esa carta nos revela más oscuridad en el entendimiento científico de la congresista pues en un párrafo menciona “Mi posición es que el aborto no es la única solución frente a una violación cuando no se desea la concepción…”.
Esa insensible frase implicaría que algunas mujeres violadas desearían que se produzca una concepción. Lo cierto es que ninguna mujer violada desea una concepción como consecuencia de tan horrible crimen. Además, la concepción o fecundación no va a depender de que la mujer lo desee o no, simplemente se va a producir. Es por eso que un estado responsable debe amparar a la mujer en la decisión que tome con respecto al embarazo que se produzca como consecuencia de la violación, ya sea que ella desee continuarlo o interrumpirlo.
Preocupa mucho el pobre conocimiento científico básico de algunos congresistas de la República. Es triste comprobar que entre la falta de lubricación vaginal de Juan Carlos Eguren y la ducha vaginal de Luciana León se encuentran atrapados los derechos reproductivos de millones de mujeres peruanas.
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