jueves, junio 17, 2010

La medicina Social en el Perú



Reflexión del Dr Juan Pablo Murillo, cuan vigente...
Estimados amigos
 

Me parece muy relevante el aporte del profesor Uriel García, sin embargo los correos que he tenido oportunidad de leer me impresionan en el sentido que desde mi particular punto de vista no se acercan al punto central de nuestras dos contradicciones centrales:
 
1. ¿Qué es lo que nos une realmente? (¿hablamos de lo mismo, cuando hablamos, DESDE EL PERU, de Medicina Social?)
2. ¿Somos realmente un colectivo?, ¿Que tipo de acción colectiva estamos dispuestos a hacer?
 
En realidad estas preguntas, desde mi punto de vista explican las tensiones, evidentes y que no tenemos por que negarlas, dentro de quienes de una u otra manera nos hemos sentido ligados a ALAMES PERU. En ese sentido creo que es mas importante que en vez de pensar en hablar con compañeros de Bolivia, Colombia , Ecuador o Zimbawe, conversemos...entre nosotros, y discutamos con sinceridad, de que Medicina Social estamos hablando en el pais de las combis, dado que, como bien decía nuestro querido amigo y maestro Juan Arroyo, la Historia de la Medicina Social en el Perú es una historia fundamentalmente de Fracasos, y vaya que fracasos, en un país como en el Perú, que fue a principios del siglo XX, uno de los centros de pensamiento socio sanitario de América Latina (Nancy Leys Stepan, narra en uno de sus libros, como en el Brazil se pasaban a mimeografo y se distribuian como volantes,los manuscritos de Paz Soldán, que dicho sea de paso, en 1916 ya daba conferencias a los obreros sobre esa cosa loca y exótica llamada Medicina Social), donde tuvimos Gestiones Ministeriales como la 1ra de David Tejada de Rivero, con líneamientos sanitarios explicitamente intersectoriales orientados a los determinantes sociales. Una historia de llena de sueños y esfuerzos, muy cuesta arriba, pero también de fracturas, de intolerancia, de una negación a la diversidad de pensamiento. Nos dimos el lujo en una época de tener dos revistas de Medicina Social que se publicaban simultaneamente, cuyos editores se cruzaban casi todos los dias en la misma universidad donde laboraban, pero eran incapaces de dialogar el uno con el otro. Nadie se ha tomado el trabajo de analizar la experiencia de "Cuadernos Médicos Sociales" y sus intentos de desplegar una medicina social desde la crítica y la acción política. Sin embargo, la Medicina Social Peruana no solo ha sido una corriente de pensamiento, a la par de la nobleza de espíritu y de los solitarios esfuerzos de algunos de sus referentes, la historia también registra los páramos de las pasiones humanas, como la ignominia de la prisión de Kuczynski en el Fronton y su posterior exilio académico, alentada por otros salubristas y cientificos que pactaron con Odría. Basta con leer algunos de los sentidos escritos personales de Paz Soldán, o la dedicatoria que el notable Médico Social Carlos Vidal, quien tanto hiciera por la Salud Pública y por ALAMES en nuestra tierra, escribiera en sus obras completas: "A mis amigos...los muchos o los pocos que me quedan. Ellos y yo sabemos quienes son...", para saber que también ha existido una notable soledad intelectual y también mucha mezquindad e ingratitud. Parafraseando nuevamente a Juan Arroyo, la historia  de la Medicina Social en el Perú es una historia de noventa años de éxitos individuales y fracasos colectivos y es desde alli de donde tenemos que empezar a construir nuestro colectivo medico-social. Por ello, el aporte de Don Uriel García es muy importante para rescatar esas experiencias y sobre todo los viejos debates, que sorprenderían a muchos por su actualidad.
 
Quiero, recalcar que este reencuentro con la historia (nuestra historia) de la medicina social es mas que un ejercicio académico o un inventario de experiencias frustradas. Tal como lo plantea Ludwick Fleck, los colectivos se definen no solamente por un "estilo de pensamiento" (una forma de mirar el mundo e interpretar la realidad), sino tambien, por individuos que reconocen que comparten un pasado común, tradiciones, simbolos, heroes, una matriz cultural, un norte o un proyecto u aspiración colectiva. Son cosas que tenemos que reconocer dentro de lo mucho u poco que nos une y ese reconocimiento nos plantea en la realidad los margenes que tenemos para la accion colectiva, si es que en realidad podemos identificar alguna. Quizás descubramos que estamos lejos de los pensamientos monoliticos-politicamente correctos-refundacionales, llenos de certezas y descubramos que el campo de la Medicina Social en el Perú es mucho mas diverso y plural y desde esa diversidad reconozcamos cosas que nos unen y nos separan y que establecen las posibilidades, reales y democraticas de una posible futura accion colectiva. O quizás descubramos que lo que queremos realmente, es ser archipiélago de discursos y prácticas donde cada cual se sienta comodo escuchando su propia voz, construyendo sus propios proyectos académicos o de accion politica o siendo una simple caja de resonancia, lo cual también son decisiones perfectamente legítimas y respetables, en todo caso, recien con ese minimo de claridad en lo que somos y lo que queremos, podríamos como grupo conversar con colectivos de otros países.
 
A la distancia, un fuerte abrazo y mis mejores votos para que podamos tener oportunidad de conversar y poder empezar a imaginar el colectivo medico social que nuestro pais merece
 
Con aprecio
 
Juan Pablo

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