miércoles, junio 09, 2010

Las Peleas de pareja




Desde muy pequeños casi todos aprendemos que lo “normal” es que encontremos a otra persona con la cual compartir nuestra vida y crear un proyecto de vida común. De tal modo que, independientemente de la preferencia sexual, es un hecho que todos buscamos a esa pareja ideal, a ese príncipe o princesa “azul” de los cuentos de hadas con quien “vivir siempre felices”.
Desgraciadamente la realidad es bastante lejana a los cuentos de hadas y no es raro encontrar que muchas parejas establecidas, con o sin matrimonio, tengan muchos problemas e insatisfacciones principalmente derivados de conflictos en la dinámica de la relación de pareja. Muchas mujeres se sienten atrapadas en un remolino que no tiene ni pies ni cabeza; muchos hombres viven con amargura el peso de una relación que ha perdido la magia y el entusiasmo del principio.
Existen muchos errores que casi todos cometemos y nos llevan a una vida en común insatisfactoria y desprovista de perspectivas.
A continuacicion presentamos las seis reglas de una buena relación de pareja, que pueden hacer la vida mucho más interesante para ambos:

Atracción física. Cuando iniciamos una relación, generalmente el primer elemento que nos atrae hacia la otra persona es su aspecto exterior. Curiosamente está entre las cosas que más tienden a descuidarse una vez que se establece la pareja. No es raro ver que “una vez atrapada la presa” dejamos de cuidarnos físicamente, engordamos, dejamos de rasurarnos o peinarnos, descuidamos nuestro vestido y apariencia, aparecen los tubos en el pelo o por la noche las cremas en la cara… Dejamos de tener el esmero que mostrábamos durante la fase del cortejo o del noviazgo. No importa cuánto tiempo tenga la pareja de establecida: es importante tratar de seguir siendo atractivos físicamente para la o el compañero.
Atracción intelectual. Este punto se refiere a la necesidad, muchas veces olvidada, de que a lo largo del tiempo se busque seguir teniendo intereses comunes. Muchas veces la casa, los hijos o la familia se convierten en lo único de lo que pueden hablar; se pierde todo aquello que durante la fase del noviazgo era pertinente sólo a los dos y consecuentemente ello lleva al tedio y a la falta de interés. Es necesario seguir compartiendo cosas exclusivas de los dos. Cuando novios era muy importante “poder estar solos”, pasear tomados de la mano por un parque o sentarse en una banca o en un café por horas y horas hablando de los dos y de “esas cosas” exclusivamente nuestras.
Atracción afectiva. Para que una pareja subsista armoniosamente se requiere que exista un sentimiento hacia el otro. Puede dársele el nombre que se quiera, pero lo más común es hablar de amor. Es cierto que los filósofos y los escritores discuten mucho sobre el significado verdadero de este término tan utilizado por tantos y pocas veces concretado en cuanto a lo que quiere decir. Sin embargo, tratando de hacer las cosas sencillas podemos decir que en el seno de una pareja debe existir un sentimiento hacia el otro que se concrete en la frase: “tú a mí me importas”. Ello implica que si me importas deseo tu bienestar, tu crecimiento, tu desarrollo, tu independencia y tu felicidad. Este es el verdadero amor en el seno de la pareja, y no el sentimiento posesivo y controlador que suele ser la regla.
Comunicación. Se refiere a que tratemos constantemente de que nuestros sentimientos y palabras sean entendidos por el otro, pero esto al mismo tiempo que hacemos un esfuerzo por entender los sentimientos y lo que el otro dice. Existen parejas que hablan mucho pero que realmente no se comunican, lo que suele ser muy dañino para la relación.
Empatía. Está estrechamente vinculada con lo anterior. Se refiere fundamentalmente a la capacidad para “ponernos en los zapatos del otro”. Lo más común es que siempre veamos sólo nuestro punto de vista, sin embargo en la pareja es indispensable rebasar esta visión estrecha y tratar de entender el sentir y el motivo de las acciones del otro desde su propia vivencia y perspectiva. Un 90% de las discusiones y pleitos de una pareja pueden salvarse y convertirse en discusiones productivas. Entiéndase: empatizar no significa justificar, estar de acuerdo o ceder, simplemente se refiere a entender mejor al otro.
Respeto. Desgraciadamente existe la idea generalizada de que cuando se forma una pareja, ambos deben perder su individualidad y fusionarse “para ser uno solo”, como se maneja popularmente. Nada más equivocado y dañino. Al unirse dos personas en una pareja siguen siendo personas e individuos, cada uno con sus propios intereses, necesidades, gustos y metas. Algo que generalmente le ocurre a las mujeres es que, al constituir una pareja, abandonan sus proyectos e intereses personales para subordinarse exclusivamente al otro. Es cierto que se han unido para un proyecto común, pero como individuos autónomos que queriéndose han decidido ir por la vida juntos (no arrastrados ni empujados o poseídos) para apoyarse y ayudarse.
Via: www.informacion-general.com
www.alivianate.org

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