lunes, mayo 27, 2013

¿Sirven para algo los intelectuales?


¿Sirven para algo los intelectuales?

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En un país como el Perú en el cual no hay mucha investigación científica y humanística en las universidades y hay una inmediatez coyuntural en las coberturas noticiosas, son pocas las voces intelectuales que pesan en la opinión pública, que aporten análisis y visiones más académicas de lo que ocurre en nuestra sociedad, exceptuando quizá las de algunos reputados economistas, sociólogos y politicólogos. 
A propósito de esas reflexiones estuve revisando un artículo que publiqué en Expreso el 03/10/2000 descubriendo que la situación de hoy no ha variado sustancialmente respecto a 14 años atrás. En esa ocasión señalaba cómo es que el Presidente Fujimori, al frente de muchos políticos, funcionarios y empresarios que pensaban igual, varias veces habían despreciado explícitamente la capacidad de los intelectuales para aportar algo útil al desarrollo del país, por lo que prefería colocar en los cargos principales a  "gerentes" pragmáticos y efectivos (que dicho sea de paso, pocas veces lo han sido). 
Yo escribía entonces que la incapacidad del gobernante de confiar algo más en las capacidades de los intelectuales resultaban ser la causa de muchos de los males heredados desde su gobierno. Algunos aportes que podría haber  escuchado estarían en la línea de lo que sigue:  
Los historiadores les hubieran explicado cómo  el caudillismo y la falta de una ideología y axiología coherentes condenan a los gobernantes a desviarse de sus fines originales y actuar según convenga electoralmente, a acomodarse como sea en el poder, a ser efectistas, buscar favores y aliados que los sostengan, lo que inevitablemente lleva a la corrupción y finalmente el fracaso. 
Los psicólogos les hubieran explicado cómo el peor enemigo que tienen las personas poderosas es su propia omnipotencia y sentimiento mesiánico o de infalibilidad, que poco a poco las va llevando a distanciarse de su sentido humano, transgredir normas, violar derechos y caer en corrupciones, creyendo que el "fin justifica los medios" y que no hay que rendirle cuentas a nadie. 
Los politicólogos les hubieran explicado que no se construye democracia sin alternancia en el poder, porque cuando un liderazgo tiene conciencia que su período gubernamental es efímero, trata con mucho más respeto a la prensa y a la oposición, y tiene muchos más frenos frente a la corrupción y la impunidad. Tener en la conciencia que "dentro de 5 años estaremos fuera y serán otros los que gobiernen" se constituye en un excelente freno ético y cívico para cualquier transgresión. 
Los economistas les hubieran dicho (como lo hicieron algunos) que sin división de poderes y sin un poder judicial sólido, justo y confiable, no habrá empresas que hagan grandes inversiones, exceptuando aquellas de alto rendimiento en muy corto plazo, que suelen protegerse contratando personalidades cercanas al poder. 
Los educadores les hubieran dicho (como lo hicimos y hacemos varios constantemente) que lo que se ha estado haciendo con la educación peruana no la iba a conducir a ninguna parte, como efectivamente ha ocurrido y lo demuestran los resultados de las pruebas nacionales y comparaciones internacionales respecto a la medición de la calidad de la educación. Les hubieran ilustrado respecto a que leyes y ministerios de Educación burocráticos, reglamentaristas y controlistas paralizan la intuición educativa y  su capacidad de asumir riesgos por las iniciativas originales, que son aptitudes que sí suelen tener quienes día a día trabajan innovando en educación . 
También los intelectuales que proceden de los campos de la ciencia y las profesiones liberales hubieran aportado mucho porque siempre los pensadores, desde la ventana de su especialidad, tienen una mirada diferente capaz de enriquecer el saber común.
El Perú está culminando un ciclo de experiencias políticas altamente  improductivas desde la perspectiva de la paz social, justicia y la equidad. ¿No sería bueno que el presidente Ollanta Humala se rodeara un poco más de los más distinguidos intelectuales del Perú para salirse de las visiones de corto plazo y las franelas que brindan lasencuestas para pensar en el futuro viable para el Perú, convocando a todos los peruanos a subirse a ese tren?
Por su lado los intelectuales, aunque estén en condiciones desfavorables, no deberían dejar nunca de asumir sus responsabilidades públicas y éticas  procurando hacer  escuchar su voz.

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