Imágenes de la salud, la enfermedad y el desarrollo: fotografías de la Fundación Rockefeller en Latinoamérica
Images of health, illness, and development: Latin-America’s Rockefeller Foundation’s photographs
Ver
una fotografía puede ser otra manera de leer. Para los
historiadores de la medicina latinoamericana de comienzos del siglo
XX algunas fotografías son tan valiosas como los más preciosos
documentos de archivo. A veces, estas imágenes nos revelan los
supuestos, las prioridades, las obsesiones, las virtudes, los
defectos, los anhelos, los estigmas y hasta las ideas del bienestar
físico, el orden y desarrollo que imperaron en cierta época o entre
ciertas personas. Seguramente esto ocurre porque hasta hace poco tomarse
una foto era un momento especial y memorable para cualquiera; posar
era casi una obligación y el enfoque del fotógrafo suponía una
complicidad preestablecida con aquellos que iban a mirar la
fotografía. En este caso se trata de algunas de las
extraordinarias fotografías que tomaron funcionarios y médicos de la
Fundación Rockefeller en los viajes que realizaron a América Latina
desde comienzos del siglo XX. Estas fotos servían para registrar
sus actividades, demostrar las condiciones, problemas y logros de su
trabajo y fueron utilizadas eventualmente en las diversas publicaciones
de la fundación. Muchas veces las fotos estaban especialmente
dirigidas al patronato de la fundación, a otros norteamericanos y
fueron vistas solo por un puñado de latinoamericanos. La inclinación
del fotógrafo hacia este público fue una manera de sugerir o confirmar
que las políticas y los resultados de la fundación estaban bien
encaminados. Todas las fotos que aquí se reproducen —
con la excepción de una que viene del National Institutes of Health,
Washington D.C. — provienen de la riquísima colección Rockefeller
Foundation archives del Rockefeller Archive Center de Nueva York.
Según una reciente estimación del director de este archivo, Darwin
Stapleton, deben haber aproximadamente 25.000 imágenes fotográficas
sobre América Latina y el Caribe que están bien clasificadas y algunas
de las cuales fueron publicadas. Otra evaluación general de los
fondos latinoamericanistas en este archivo es Cueto (1991).
La mayoría de las fotos que aquí se presentan están ligadas
a las actividades de la División de Salud Internacional (International
Health Division) que desde 1918 organizó estudios y campañas en la
región contra la anquilostomiasis, la fiebre amarilla y la malaria
(Cueto, 1996). Asimismo, la fundación realizó valiosos y detallados
informes sobre las escuelas médicas de América Latina, promovió el
envío de profesores e investigadores de los Estados Unidos, ofreció
becas para los estudiantes de medicina de América Latina para
especializarse en las universidades norteamericanas, alentó la
formación de institutos de investigación en las ciencias básicas y
difundió el modelo de educación médica flexneriano. Bajo cada foto
se transcribe la leyenda que indica la fecha, el lugar y el nombre de
los personajes. El número de serie que aparece en las leyendas se
refiere a la clasificación de la colección por países (Por ejemplo,
Brasil es 305). Se ha complementado la información de las leyendas y
elaborado una interpretación para entender el contenido y el contexto
de la imagen. Finalmente es importante resaltar que
algunas de estas fotografías nos permiten regresar a temas clásicos
del desarrollo de la salud y la enfermedad con otras respuestas. Lo
que antes parecía mostrar una lesión anatómica que explicaba la
miseria de un individuo y el atraso de un país, justificaba una
intervención técnica específica o denunciaba una característica de la
educación médica que parecía disonante con la modernización. Hoy
puede tener otras interpretaciones y supone una consideración más
detallada por el contexto, la flexibilidad de los cambios
institucionales y la consideración del papel del medio ambiente. Por
ejemplo, la foto que presenta a los enfermos de anquilostomiasis fueron
seguramente vistas en su época como la demostración que la pobreza
se explicaba por la enfermedad. Hoy creeríamos que es lo contrario:
es decir que la enfermedad es una expresión de su miseria. ¿Cómo se
verán en el futuro? Quien sabe.
Marcos Cueto
Instituto de Estudios Peruanos/Universidad Peruana Cayetano Heredia Horacio Urteaga 694, Lima 11, Peru e-mail: mcueto@iep.org.pe copydesk: Lucía d’Albuquerque
|
La Comisión Rockefeller hacia el Brasil, 1916. Serie 305. Este
es el viaje de la primera comisión de la Fundación Rockefeller que
visitó Sudamérica con el encargo de estudiar la posibilidad de
iniciar programas contra la anquilostomiasis. Las dos primeras
personas que aparecen en la foto — de izquierda a derecha — son
Bailey K. Ashford y Richard Pearce. Ashford era un reconocido estudioso
de la anquilostomiasis que la había identificado en Puerto Rico.
En la misma isla creó un Instituto de Medicina Tropical que fue
la base de una Escuela de Medicina Tropical que la Universidad
de Columbia creó años más tarde. Pearce era un médico graduado en
Harvard y funcionario de la fundación que escribió varios de los
informes sobre educación médica de América Latina. |
La
Comisión de Fiebre Amarilla. De izquierda a derecha: William Wrightson,
T. C. Lyster, Juan Guiteras, William Gorgas, Henry Carter,
Eugene Whitmore. Enero, 1917. Serie 100.
Aunque no se indica lugar, por referencias
documentales sabemos que los miembros de esta comisión viajaron a
Bahia, Guayaquil, Lima y otras ciudades de América del Sur
donde creían que existían los focos de infección de la fiebre
amarilla. En otra foto parecida se menciona que Gorgas es el director de
esta comisión, Carter es clínico, Guiteras -de nacionalidad
cubana — viaja como clínico y asesor general, Lyster como
clínico, Whitmore como patólogo y Wrightson como ingeniero
sanitario. El general Gorgas era conocido como quien controló la fiebre
amarilla en la Habana poco después que se estableció el papel
del Aedes aegypti en la transmisión de la enfermedad y
como quien dirigió el servicio médico que permitió la
construcción del canal de Panamá que se inauguró en 1914. Sus éxitos
fueron reconocidos por la fundación y permitieron una
reorientación del énfasis inicial en la anquilostomiasis para la
fiebre amarilla. Ello en realidad sólo pudo ser realidad hacia
el final de la primera guerra mundial. Carter era un conocido estudioso
de la fiebre amarilla y en parte el responsable de la Teoría de
los Centros Claves que llevó a la Rockefeller a concentrarse en
la erradicación de la fiebre de las ciudades endémicas más
importantes de la región. Guiteras fue un reconocido profesional cubano
que defendió la idea que no existía alguna especie de inmunidad
natural de los nativos del trópico con respecto a la fiebre
amarilla. Wrightson llegó a ser director de Salubridad Pública
del Perú durante cerca de dos años cuando la fundación desarrolló la
campaña contra la fiebre amarilla en ese país. |
A la derecha, caso de anquilostomiasis. Ulcera en el pie. San Luis, Maranhão. Brasil. 1925. Serie 305.
Una foto tomada por un funcionario de la
Rockefeller en un hospital de Brasil revela como los norteamericanos, y
seguramente muchos latinoamericanos, veían la enfermedad como el
principal problema social que explicaba la pobreza y el atraso
de los individuos y de los países latinoamericanos. Es relevante
recordar que en Estados Unidos la anquilostomiasis era conocida
como "la enfermedad del sueño". La anemia típica de este mal era
asociada con un supuesto desgano por el trabajo. Sin embargo, el
enfermo que aparece en esta imagen no parece abrumado por su
enfermedad. Incluso tiene cierta tranquilidad y hasta dignidad.
No parece tener ninguna vergüenza en mostrar la lesión típica. Quizás
esta falta de vergüenza se deba a que la anquilostomiasis
estuviese tan extendida entre los pobladores que la enfermedad
no conllevaba ningún estigma. Esto debió deberse al hecho que
para muchos campesinos del Brasil estar enfermo de anquilostomiasis era
un hecho de la vida por el que muchos tenían que pasar. La
llegada de la Rockefeller clasificó esta dolencia como una
enfermedad grave que debía y podía ser erradicada. ¿Qué tan
extendido fue el estigma que creó esta nueva visión de la
anquilostomiasis? No lo sabemos. |
Un
ex-esclavo, nacido en Mozambique de quien se dice que ha cumplido los
cien años junto a su nieto. Los dos están infectados de
anquilostomiasis. Brasil, Diciembre 31, 1916. Serie 305
Esta foto revela uno de los supuestos más
importantes de la mayoría de los funcionarios de la Rockefeller. Que en
las sociedades tradicionales existe una inmutabilidad en el
tiempo. Según este supuesto, en las sociedades donde no ha
llegado la modernización pueden haber personas que vivan mucho
tiempo y pueden cambiar los sistemas de trabajo, pero siempre hay algo
que se mantiene continuo y que explica la miseria y el atraso:
la enfermedad. Un supuesto complementario al anterior es que el
cambio o modernización en estas sociedades vendrían de la
difusión de la ciencia y la medicina moderna desde afuera, es decir
desde otras sociedades más adelantadas. |
Caso severo de anquilostomiasis tomando
medicina bajo la observación directa de un enfermero. Brasil,
Junio, 1917. Serie 305.
Los
personajes están seguramente posando para el fotógrafo en un
ambiente rural. La intención del fotógrafo es mostrar la autoridad,
calma y pulcritud del enfermero así como el medicamento
utilizado para expulsar a los parásitos que está administrando y
que en realidad apenas se nota. En contraste aparece cierta congestión,
resignación, pobreza y pasividad de un enfermo que está
abrumado por su dolencia. Nótese que el enfermo está descalzo.
Esta era la causa de infección de esta enfermedad ya que la
anquilostomiasis se producía por la ausencia de calzado y de letrinas en
el campo. |
Campaña contra la fiebre amarilla,
Guayaquil, Ecuador, 1918-19. Una brigada sanitaria, tomada como
una brigada estándar para los distritos, con tanques de agua.
Serie 317.
Esta fue la primera
campaña ‘urbana’ contra la fiebre amarilla que realizó la
fundación en América Latina. El énfasis de la campaña fue la
organización de brigadas sanitarias y la distribución de peces de río
que comían las larvas de los Aedes aegypti en los
contenedores de agua doméstica ubicados en las viviendas de los
seres humanos donde los mosquitos preferían criar a sus larvas. Los
personajes aparecen con vestimentas rudimentarias mostrando los
varios materiales que usaban en su trabajo como baldes de peces,
una bandera, una escalera y tarro de kerosene. La novedad o
improvisación de esta imagen es más evidente al ver los personajes
‘más profesionales’ que aparecen más adelante. Es interesante notar
que el personaje central — seguramente un inspector — lleva una
libreta de apuntes. En algunos países, las campañas de la
Fundación Rockefeller fueron, junto con las estadísticas de
vacunación antivariólica, uno de los primeros ejercicios de
estadística sanitaria (Véase Cueto, pp. 59-86, 1997). |
Comisión de la fiebre amarilla y personal en Guayaquil, Ecuador, 1919. Serie 317. La
intención del fotógrafo parece ser mostrar que el personal que
había participado en la campaña era numeroso. Asimismo, es importante
resaltar la dirección de los médicos norteamericanos ubicados al
centro de la foto, en primera fila. Hay cierto caos en esta
foto, donde algunos personajes de las filas posteriores miran en
cualquier dirección y sólo los de la primera fila están
conscientes de la importancia del momento. Esto es especialmente claro
cuando se compara esta foto con la de las campañas más
organizadas y de los años posteriores contra la fiebre amarilla.
|
Un hospital siendo fumigado. Ecuador Febrero 24, 1919. Ecuador, Serie 317. El
hospital aparece cubierto con lienzos listo para ser fumigado. Esta era
la forma tradicional como se combatía la fiebre amarilla y
otras infecciones en diversos lugares de América Latina hasta
comienzos del siglo XX. La intención de la foto es mostrar
claramente que esta era una operación complicada y costosa, además de
ineficiente porque era casi imposible proteger los edificios más
importantes de una ciudad de esta manera. Seguramente fue
utilizada como un argumento para demostrar la ventaja del
control por peces que era defendido por los médicos de la Fundación
Rockefeller. |
Guardias de la Comisión de Fiebre Amarilla en el Brasil, 1924. Serie 305. Disciplina.
La palabra surge al contemplar esta foto tomada en uno de los
momentos más avanzados de la lucha de la fundación contra la fiebre. La
convicción de los personajes estaba respaldada por el éxito de
campañas anteriores de la fundación, como la que realizó en
Guayaquil y en la costa peruana, por la confianza en sus métodos
de control y prevención, entre los que estaban el sistema de peces y la
vacuna Noguchi (que posteriormente se mostró ineficaz), además
de los recursos económicos, el apoyo político y el significativo
número y calidad del personal que intervenía en la campaña. Los
personajes uniformados aparecen en una formación casi militar
listos para salir a combatir la fiebre amarilla. El inspector parece
estar pasando revista a sus tropas antes de una batalla. Junto a
los baldes de peces aparecen aparatos de fumigación. Esta
combinación fue el resultado de una negociación entre los médicos
norteamericanos que consideraban ineficaz la fumigación y los
salubristas brasileños que sabían del valor público de la
fumigación (el tema está analizado en Williams, pp. 23-51,
1994). |
Un inspector sanitario y su asistente en México en 1920 durante la campaña contra la fiebre amarilla. Serie 323.
Inspector y peón aparecen con los elementos
esenciales de la campaña: una banderola, un balde de peces, un aparato
de desinfección y una libreta de apuntes. La foto da la sensación
del establecimiento de una burocracia especializada con
jerarquías, disciplina y con claro conocimiento de las tareas
precisas de lo que se debe hacer. |
Inspectores sanitarios. Brasil, Mayo, 20, 1925. Serie 305.
Los
miembros de la brigada seguramente todos brasileños — aparecen
uniformados. El lazo negro en el brazo de uno de ellos probablemente
indica que era el jefe. Otros detalles importantes que revelan
autoridad y prestigio son la libreta de apuntes y el reloj en la
muñeca. Casi todos tienen una mirada que revela orgullo, misión
y dedicación a su trabajo. Ello sugiere que para algunos
latinoamericanos trabajar en las campañas de la Rockefeller se
convirtió en un símbolo de distinción y de seguridad económica. |
Chagas y Noguchi cuando el primero visitó el Instituto Oswaldo Cruz de Bahia, Brasil. Abril 16, 1924. Serie 305.
El
prestigioso microbiólogo Hideyo Noguchi, miembro del Rockefeller
Institute of Medical Research de Nueva York, visitó varias veces
Latinoamérica entre fines de la década de 1910 y la década de
1920. Estas visitas estuvieron generalmente dedicadas a sus
estudios sobre la fiebre amarilla. Hacia 1918 Noguchi creyó haber
encontrado el origen de la enfermedad, una Leptospira a la que
agregó el nombre de icteroides para diferenciarla de la que
producía la enfermedad de Weils. Posteriormente produjo una
vacuna que, aunque no fue el medio de control principal de la fundación,
fue extensamente utilizada en la región. Años después, otro
científico de la Rockefeller demostró que todo era un error
científico de Noguchi, que su vacuna era ineficaz y que la
enfermedad era producida por un virus. Sin embargo cuando se tomó
esta foto, Noguchi gozaba de un gran prestigio en los
principales centros científicos del mundo. Noguchi aparece al
lado del no menos conocido investigador brasileño Carlos Chagas del
Instituto Oswaldo Cruz. Ambos aparecen como pares, posando con
serenidad y cierta complicidad ante el lente del fotógrafo. La
imagen indica uno de los grandes cambios que estaba ocurriendo
en la época: la reorientación de la investigación médica
latinoamericana del modelo francés al modelo norteamericano que se
lograba a través del envío de profesores y de investigadores de
los Estados Unidos a América Latina. |
Robert
A. Lambert en su oficina de la Escuela de Medicina Tropical de Puerto
Rico, San Juan, Febrero 18, 1927. Serie 100.
El patólogo fue enviado
como profesor de la Escuela de Medicina Tropical que había instalado la
Universidad de Columbia en la isla de Puerto Rico. Lambert había
sido profesor antes en otras universidades latinoamericanas
como en la de São Paulo donde enseñó entre 1923 y 1925 y
promovió la difusión del modelo flexneriano de educación médica. Lo
interesante de la imagen es que muestra a un norteamericano en
una posición de relajo y control, mimetizado con el ambiente en
que vive. Una piel de ocelote se extiende en el suelo dándole
una atmósfera ‘tropical’ a la oficina. Ello contrasta con la foto de
la pared donde seguramente aparece algún médico o científico
europeo. Asimismo hay una intensa luz que viene de una ventana
que sugiere el calor del trópico. |
Cuando
el inspector penetra en las casas, busca las larvas en toda clase de
depósitos que por su naturaleza puedan constituir criaderos:
barriles, cubos, botellas, latas y muchos otros recipientes
necesitan de vigilancia. Tales depósitos son numerosos por la
carencia de un sistema adecuado de provisión de agua potable,
actualmente insuficiente en cantidad, además de contaminada. La
unidad está insistiendo en la necesidad urgente de un buen
servicio de agua. Unidad Sanitaria Cooperativa de Veracruz,
1929. Serie 323.
Nótese el contraste de la pequeña linterna
usada para buscar las larvas de la fiebre amarilla y el resto de
elementos de la foto que indican varias causas de posibles
infecciones. La gallina y los niños descalzos sugieren una
vivienda en un ambiente semi-rural. Los miembros de la familia, con
cierta sorpresa o deslumbramiento, asisten al proceso de
inspección de su barril y preparación de la imagen fotográfica.
Esta foto fue conservada con una larga leyenda donde se explica
con detalle el trabajo sanitario, pero también revela que los
funcionarios de la Rockefeller eran conscientes de las
limitaciones de su propio trabajo. |
Antiguo sistema de distribución de agua todavía en uso en Fortaleza. Brasil, Junio 15, 1925. Serie 305.
Aquí
aparece el principal problema de provisión de agua potable en el
Brasil urbano y en muchas otras ciudades de América Latina. El agua
era vendida de casa en casa y la población la conservaba en
barriles y otro tipo de contenedores. La falta de un sistema
adecuado de provisión de agua contribuía a la persistencia de
enfermedades, como la fiebre amarilla y de enfermedades
diarreicas que seguramente tenían una morbilidad mayor.
Seguramente muchos funcionarios de la Rockefeller eran conscientes que
este problema era crucial, pero al mismo tiempo supusieron que
más importantes, o accesibles, eran las tareas de distribución
de peces que se habían establecido. La instalación de un sistema
moderno de provisión de agua debió parecer a muchos como una
tarea inalcanzable por los costos. La intervención técnica para
interrumpir la transmisión de una enfermedad parecía un buen
atajo para lograr la salud. Como sabemos ahora, los supuestos
científicos de la fundación sobre la fiebre amarilla sirvieron para
erradicar la enfermedad de los centros urbanos de Sudamérica pero se
complicaron tremendamente en la década de 1930 cuando se
descubrió que la fiebre tenía un reservorio permanente en la
selva. Entonces se supo que la erradicación completa de la
fiebre amarilla era un objetivo utópico. La foto parece tomada
rápidamente, como un registro de un problema más profundo y sin
el cuidado o la perfección técnica de otras imágenes. Este
tratamiento sugiere que muchos eran conscientes de este problema pero
pensaban que era poco lo que podía hacerse. |
Pabellón en un hospital de Buenos Aires, Argentina. Pearce, 1917. Serie 301.
Debe
corresponder al informe de Richard Pearce titulado ‘Medical
education in Argentina, 1917’ (RG 1.1., Serie 301, box 2. RAC, RFA). La
imagen revela la crítica de uno de los aspectos de la educación
médica latinoamericana: la falta de control por parte de las
facultades de medicina de los hospitales utilizados para la
enseñanza clínica. Muchos de los hospitales estaban administrados por
sociedades de beneficencia. La vida en los pabellones estaba
regida por las monjas y los enfermeros eran hombres. Estos tres
aspectos debían ser cambiados según los promotores del modelo
flexneriano y de las políticas de norteamericanización. Es decir, los
hospitales debían ser controlados o ser parte de las facultades
de medicina. Otros aspectos complementarios que fueron
promovidos fueron la enseñanza de las ciencias básicas, la
profesionalización de los profesores de tiempo completo, el apoyo a los
investigadores dedicados exclusivamente a los laboratorios y la
reducción del número de estudiantes de medicina. Sobre los
informes de las distintas escuelas de medicina, véase Cueto (1994,
pp. 1-22). |
Instituto de Fisiología de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Rio Grande do Sul de
Porto Alegre. Profesor P. Riet Corea utiliza un fisiógrafo en
demostraciones prácticas para estudiantes. Serie 305.
Otro
aspecto importante en la difusión del modelo flexneriano fue la
creación de laboratorios de ciencias básicas en las facultades de
medicina. La fisiología se destacó como una de las áreas que más
se desarrolló en la región. Uno de los aspectos que más se
promovió fue la donación de equipo moderno para los laboratorios
de fisiología. El que aquí aparece se desarrolló además por su estrecha
relación con el Instituto de Fisiología de Buenos Aires,
dirigido por Bernardo Houssay, que también recibió donaciones
importantes de la Fundación Rockefeller (véase Cueto, pp.
228-46, 1994). |
Personal del Instituto de Fisiología de la Universidad de Rio Grande do Sul, 1955. Serie 305
Esta
foto indica la importancia que los funcionarios de la Rockefeller
le dieron a la formación de grupos de investigadores locales en las
ciencias básicas. Los nombres de los investigadores aparecen
escritos, seguramente para reconocerlos en posteriores viajes de
los funcionarios de la Rockefeller. Al centro de la primera fila
está sentado el fisiólogo brasileño P. Riet Correa. Es interesante
notar la presencia de hasta siete mujeres en las filas dos y
tres. |
Robert A. Lambert en la Facultad de
Medicina de la Universidad de San Marcos, Lima. Latin American
Diary. 1940. Serie 300.
Lambert
aparece en una visita a Lima sentado al centro — con los
miembros de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos.
Entre ellos se distinguen a los dirigentes del Instituto de
Biología Andina, un centro de investigación sobre la fisiología
de altura que fue apoyado por la Fundación Rockefeller. Por ejemplo,
aparecen Carlos Monge Medrano y exactamente atrás de Lambert está
parado Alberto Hurtado, un investigador peruano que mantuvo
estrechos vínculos con la fundación. Cueto (1989). |
Unidad Sanitaria Cooperativa de
Tierra Blanca, Tierra Blanca, Veracruz, México, 1933. El
director de la unidad, la enfermera sanitaria y el club de
parteras. Las parteras traen sus propias gorras y vestidos de enfermera y
la unidad les provee de un pequeño maletín y el equipo
necesario. Los inicios de la
enfermería profesional en América Latina están también ligados en muchos
países a los programas de la Fundación Rockefeller.
Al respecto existe una gran cantidad de fuentes en el Rockefeller
Archive Center pero creo que ningún estudio al respecto. Sobre
el trabajo de la fundación en México, véase Birn (1996, pp.
203-34). |
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