Día 26/10/2010 - 11.13h
Hace tan solo unos días, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford aseguraban que los sentimientos que provocan las pasiones amorosas pueden ser tan eficaces para aliviar el dolor como los analgésicos o la cocaína. Ahora, otro equipo internacional de científicos ofrece una nueva e interesante teoría sobre lo que ocurre cuando nos enamoramos. Resuelta que ese sentimiento pasional, además de potente, es fulminante. Nos quedamos prendados de otra persona en tan solo la quinta parte de lo que dura un segundo. Ni un suspiro. La investigación, que aparece publicada en la revista Journal of Sexual Medicine, puede ayudarnos a entender por qué perdemos la cabeza por alguien que no nos conviene, que es un desastre o que incluso puede perjudicarnos. ¡No tenemos tiempo para pensar!
Según la investigación, liderada la profesora Stephanie Ortigue, de la Universidad de Siracusa, en Nueva York, cuando una persona se enamora, doce áreas del cerebro trabajan conjuntamente para liberarlos productos químicos que inducen a la euforia, como ladopamina, la oxitocina y la adrenalina. El sentimiento amoroso también afecta a sofisticadas funciones cognitivas, como la representación mental, las metáforas y la imagen corporal.
Ortigue explica en la web especializada Science Daily que en la sangre de las parejas que acaban de enamorarse también se han encontradoniveles significativamente mayores del factor de crecimiento nervioso(NGF, por sus siglas en inglés). Esta molécula desempeña un papel importante en la química social de los seres humanos relacionada con el«amor a primera vista». Estos resultados «confirman que el amor tiene una base científica», asegura.
Ortigue explica que esta investigación puede tener implicaciones importantes para la neurociencia y la investigación en salud mental, ya que una ruptura amorosa puede provocar un importante estrés emocional y depresión. Al identificar las partes del cerebro estimuladas por el amor, los terapeutas pueden conocer mejor cómo tratar a los corazones rotos.
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