- 30 septiembre 2016
Los vikingos utilizaban una loción de estiércol de ganso. El médico griego Hipócrates creía que lo mejor eran los excrementos de paloma con rábano picante, comino y ortigas.
Una receta egipcia de hace 5.000 años aconsejaba mezclar las espinas quemadas de un erizo, sumergidas en miel y aceite, con alabastro, ocre rojo y muestras de debajo de las uñas, y untar el brebaje sobre la zona afectada.
Miles de años más tarde, seguimos buscando soluciones a la calvicie; gastamos unos US$3.500 millones cada año en intentar curarla.
Tal y como dijo Bill Gates el año pasado, eso es bastante más de lo que invertimos en controlar la malaria (unos US$154 millones al año).
Según una encuesta de 2009 de la Sociedad internacional de Cirugía para la Restauración del Cabello (ISHRS, por sus siglas en inglés), cerca del 60% de los hombres preferiría tener la cabeza llena de pelo que tener más dinero o amigos.
Pero cada vez existen más indicios de que las cabezas calvas no son un espectacular accidente evolutivo, después de todo.
Los hombres calvos son vistos como más inteligentes, dominantes y de mayor estatus social; sus brillantes cabezas peladas podrían ayudarles a seducir a las mujeres o incluso a salvarles la vida.
Pero antes de adentrarnos en los detalles sobre por qué ser calvo puede ser tan genial, aclaremos algunos puntos.
Teorías equivocadas
Contrariamente a la sabiduría popular —y a la existencia de pelones supermasculinos, como Bruce Willis— la propensión a perder el cabello no te hace más hombre.
Los hombres calvos no son más virilesy no tienen niveles de testosterona más altos que los demás (aunque suelen tener más vello en los brazos, piernas y pecho).
Tal vez lo más sorprendente es que los hombres calvos, en realidad, no tienen ni un pelo menos en la cabeza. Llevamos años equivocándonos al respecto.
Aristóteles creía que la calvicie la causaba el sexo.
Durante la época romana, culparon a los pesados cascos de metal de una epidemia entre los soldados.
Otras teorías culpaban a la "sequedad del cerebro" —la cual se pensaba que separaba la cabeza del pelo, haciendo que el cerebro se encogiera— la polución del aire o un mal corte de pelo.
En 1897, una ola de pánico recorrió el mundo luego de que un dermatólogo francés anunciara que había descubierto la causa verdadera: un microbio.
Barberos y revistas médicas anunciaron que los peines debían lavarse en agua hervida con regularidad y que bajo ninguna circunstancia los miembros de las familias de calvos debían usar otros peines o cepillos para el cabello que no fueran los suyos propios.
El efecto de la DHT
Ahora sabemos que la calvicie ocurre por un potente desglose de la testosterona, que se convierte en dihidrotestosterona (DHT).
En el útero, la hormona juega un papel importante en el desarrollo de los genitales masculinos.
Y en algunos adultos hace que los folículos capilares se encojan.
La DHT provoca que los cabellos "terminales" de la cabeza del hombre se transformen en "vellos" suaves como los de la cabeza de un bebé.
Y, como es un componente de la testosterona, podríamos pensar que más testosterona equivale a más DHT (y a más pelos dañados).
Pero tan sólo se necesita una pequeña cantidad de DHT para que comiences a quedarte calvo.
Lo que les diferencia a los calvos es su sensibilidad hacia sus folículos capilares, la cual heredan de sus madres.
Para cuando llegan a su 30 cumpleaños —mucho antes del final de su vida reproductiva— entre el 25% y el 30% de los hombres tiene algún grado de pérdida del cabello.
Y eso ocurre en todo el mundo, en cada grupo étnico.
Si quedarse calvo fuera tan malo, ya no seguiría sucediendo. El hecho de que sea tan común podría significar que es útil. Pero ¿cómo? Y, de ser así, ¿por qué sólo les ocurre a los hombres?
Atracción natural
"En general, en la naturaleza, cuando los hombres tienen algo que las mujeres no, esa característica actúa como una señal", dice Frank Muscarella, psicólogo de la Universidad de Barry, en EE.UU.
La mayoría de esos atributos "sexualmente dismórficos" tienen algo más en común.
"Suelen vincularse a la dominación y a mayores oportunidades reproductivas", dice Muscarella.
En otras palabras, ser calvo podría hacer a ese ser humano el equivalente a un pavo real con su abanico de plumas de colores extendido; podría haber evolucionado porque les resulta atractivo a las mujeres.
Algunos estudios han mostrado que las mujeres no encuentran a los hombres calvos más sexy, pero puede que esto se deba a que suelen ser mayores. Y la vejez no es atractiva.
"Sabemos que (algunas) mujeres se sienten atraídas hacia hombres con un alto estatus social, así que incluso aunque no sean físicamente atractivos, (la calvicie) podría agregar una especie de atractivo no-físico", dice Muscarella, quien comenzó a investigar el asunto en 2004.
Muscarella le pidió a un amigo peluquero "que cortara pelucas de hombre; una que pareciera la cabellera completa, otra que tuviera entradas y otra como si se hubiera quedado calvo", explica.
El investigador tomó algunas fotos a seis estudiantes con las pelucas puestas. "Se veían horribles", recuerda.
Gracias a la edición de las fotos en la computadora hicieron parecer su aspecto más natural.
Y sometieron las imágenes a una prueba: las mostraron a 101 hombres y a 101 mujeres, todos ellos estudiantes de psicología, y les pidieron que las calificaran según el nivel de atractivo y los aspectos de su personalidad.
Quienes estaban calvos y quienes tenían entradas no fueron considerados tan físicamente atractivos como los demás, pero los superaban en una categoría: eran calificados como más inteligentes, influyentes, educados, honestos, amables y de mayor clase social, rasgos que, en general, pertenecen a lo que se conoce como "madurez social".
Los hombres calvos también eran percibidos como menos agresivos.
"Los primeros hombres corrían por ahí completamente desnudos y velludos, así que si nos imaginamos una enorme cabeza peluda, un gran bigote —y todo tipo de vello corporal— probablemente tenían un aspecto muy amenazador", dice Muscarella.
Quedarse calvo puede haber sido una forma de separar a los hombres maduros y de mayor estatus social de los adolescentes hostiles.
Si ése es el caso, lo hemos estado ignorando durante años.
Calvicie y cáncer de próstata
Hay algunas —controvertidas— evidencias que aseguran que la calvicie podrían salvar vidas.
Durante un tiempo, se pensó que lo contrario era cierto.
Sabemos que aquellos hombres que no pueden producir DHT —como quienes fueron castrados— son más saludables. Y no se han registrado casos de cáncer de próstata en este grupo.
La DHT es responsable del crecimiento de la glándula prostática en bebés, por eso tiene sentido que también contribuya al crecimiento de los tumores en adultos.
El cáncer de próstata y la calvicie podrían estar fundamentados en una sensibilidad hormonal compartida.
Y eso fue confirmado a principios de este año con el descubrimiento de que los hombres calvos son más propensos a desarrollar un cáncer de próstata agresivo, responsable de unas 300.000 muertes al año.
Pero no todo son malas noticias para los calvos.
Los bajos niveles de vitamina D, que el cuerpo sólo puede producir cuando se expone a la luz solar, son otro riesgo de factor para el cáncer de próstata.
Y, tal y como puede confirmar cualquier hombre calvo, su piel se expone mucho más al sol que la de cualquier otra persona.
¿Evolucionó la calvicie para mitigar algunos de los efectos mortales de la DHT?
"Hace decenas de miles de años en Europa podría haber ayudado que esos individuos recibieran más radiación ultravioleta para producir más vitamina D", dice Peter Kabai de la Universidad de Szent István, en Hungría, quien tuvo la idea cuando comenzó a quedarse calvo.
Esto también explicaría por qué las mujeres no se quedan calvas (pues no tienen próstata).
El efecto de ese cáncer es tan potente que incluso la época en la que lo diagnostican puede marcar la diferencia: aquellos diagnosticados en verano tienen menos posibilidades de morir de este tipo de cáncer.
La prueba final viene de un estudio clínico publicado el año pasado.
A 37 hombres con cáncer de próstata les dieron suplementos de vitamina D (cerca de siete veces la cantidad recomendada) o un placebo. 60 días más tarde, les extrajeron la próstata.
En el grupo que había tomado vitamina D, los tumores se habían reducido. En los demás casos, habían empeorado.
El suplemento también afectó a sus genes, desactivando aquellos involucrados en la inflamación.
En otras palabras, los hombres calvos pueden ser más susceptibles al cáncer de próstata a pesar de que estén perdiendo su cabello, y no por causa de ello.
Y la calvicie podría ayudar a reducir parte de los riesgos.
La calvicie podría, de hecho, ayudar a algunos hombres a conseguir a la chica o a recuperarse (del cáncer).
Tal vez sea el momento de dejar de lado los excrementos de paloma y de dar a las cabezas peladas el respeto que merecen.
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